Así lo decidió el gobernador bonaerense Axel Kicillof, pese a los cuestionamientos profesionales y políticos que causó la eventual llegada de los profesionales ofrecidos por el régimen comunista.
No fue idea de Alberto Fernández, ni de Ginés González García. Se le ocurrió a Axel Kicillof que lo conversó con Cristina Fernández de Kirchner. La llegada de 202 médicos cubanos a la Argentina para atender las consecuencias del coronavirus en la provincia de Buenos, fue una decisión política que tomó el gobernador bonaerense al margen del Presidente y su ministro de Salud.
“Fue una propuesta de Axel (Kicillof), yo no tuve nada que ver”, contesta Alberto Fernández en Olivos cada vez que le preguntan sobre la probable llegada de los médicos cubanos al país.
El Gobernador bonaerense sólo espera que se alcance el pico de la pandemia para activar la llegada de los médicos a Ezeiza. La cuarentena obligatoria bajó los promedios de atención en los hospitales públicos en la Provincia, y todavía no es necesario que desembarquen los médicos cubanos. Cuando el pico del coronavirus ponga en jaque al sistema sanitario -explicaron ayer a Infobae-, Kicillof ejecutará su decisión de política internacional.
La jugada del Gobernador bonaerense puso en stress a la Cancillería, la Casa Rosada y al propio Presidente. Felipe Solá arbitró los medios para conceder sin demora las visas para los 202 médicos que llegarían desde La Habana. Después recibió una contra orden, y todo quedó congelado.
Mientras tanto, en Balcarce 50 se analizaba como sería el tramite inmigratorio y las excepciones legales para evitar que el ingreso de los cubanos se transformara en un bonus track de la película Brazil. Un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) establece que es posible “en forma excepcional y temporaria, la contratación y el ejercicio de profesionales y técnicos de salud titulados en el extranjero, cuyo título no esté revalidado o habilitado en la República Argentina”.
Y a la vez, otro DNU, ordena la cuarentena obligatoria a los ciudadanos argentinos que llegan desde el exterior, y prohíbe el ingreso al país de ciudadanos extranjeros. Es decir, el perdón administrativo a los médicos cubanos debería alcanzar la cuarentena obligatoria y permitir su ingreso a la Argentina sin ningún obstáculo normativo.
El perdón administrativo a los médicos cubanos, que la Casa Rosada está dispuesto a otorgar, puede desembocar en un escándalo sanitario similar al que ocurrió hace unos días en Andorra. Este Principado que funciona como un paraíso fiscal y tiene maravillosas pistas de esquí, recibió a la brigada cubana Henry Reeve que estaba integrada por 11 médicos y 27 enfermeros.
Y a los pocas horas se comprobó que uno de los profesionales cubanos que viajó a Andorra tenía coronavirus. Toda la delegación fue puesta en cuarentena obligatoria y la misión sanitaria quedó al borde del fracaso.
Además del perdón administrativo respecto a su condición de extranjeros y al cumplimiento de la cuarentena obligatoria, desde la Habana se puso en duda que los 202 profesionales cubanos tengan formación como médicos.
“Si finalmente viajan, la mayoría están capacitados como enfermeros generales. Es poco probable que todos sean médicos. Eso nunca ocurre”, comentó un funcionario en Cuba que conoce los secretos políticos y burocráticos de la jugada diseñada por Kicillof y avalada por Cristina Fernández de Kirchner.
En este sentido, las asociaciones profesionales de la Argentina ya expresaron su rechazo a las intenciones del gobernador bonaerense. «Si nosotros seguimos trayendo personal de cualquier lado y no tomamos las medidas de bioseguridad adecuadas, esta medida no nos va a sumar, nos va a restar. Vamos a tener cada vez más personal infectado, incluso de otros países”. aseguró María Berude, médica cirujana e integrante de la Red Integrada de Médicos Argentina (REDIMA).
Y a su turno, el presidente de la Confederación Médica de la República Argentina (COMRA), doctor Jorge Alberto Coronel, concluyó: “En otras oportunidades se amenazó con traer profesionales provenientes de Cuba y nuestra posición siempre fue rechazar estas medidas. Consultando a distintas asociaciones médicas de Latinoamérica, se vio que no se podía determinar la validez de la capacitación de estos supuestos médicos y hemos denunciado que los requisitos que se les pedían a estos médicos no eran los suficientes».
El perdón administrativo a los médicos cubanos, que la Casa Rosada está dispuesto a otorgar, puede desembocar en un escándalo sanitario similar al que ocurrió hace unos días en Andorra. Este Principado que funciona como un paraíso fiscal y tiene maravillosas pistas de esquí, recibió a la brigada cubana Henry Reeve que estaba integrada por 11 médicos y 27 enfermeros.
Y a los pocas horas se comprobó que uno de los profesionales cubanos que viajó a Andorra tenía coronavirus. Toda la delegación fue puesta en cuarentena obligatoria y la misión sanitaria quedó al borde del fracaso.
Además del perdón administrativo respecto a su condición de extranjeros y al cumplimiento de la cuarentena obligatoria, desde la Habana se puso en duda que los 202 profesionales cubanos tengan formación como médicos.
“Si finalmente viajan, la mayoría están capacitados como enfermeros generales. Es poco probable que todos sean médicos. Eso nunca ocurre”, comentó un funcionario en Cuba que conoce los secretos políticos y burocráticos de la jugada diseñada por Kicillof y avalada por Cristina Fernández de Kirchner.
En este sentido, las asociaciones profesionales de la Argentina ya expresaron su rechazo a las intenciones del gobernador bonaerense. «Si nosotros seguimos trayendo personal de cualquier lado y no tomamos las medidas de bioseguridad adecuadas, esta medida no nos va a sumar, nos va a restar. Vamos a tener cada vez más personal infectado, incluso de otros países”. aseguró María Berude, médica cirujana e integrante de la Red Integrada de Médicos Argentina (REDIMA).
Y a su turno, el presidente de la Confederación Médica de la República Argentina (COMRA), doctor Jorge Alberto Coronel, concluyó: “En otras oportunidades se amenazó con traer profesionales provenientes de Cuba y nuestra posición siempre fue rechazar estas medidas. Consultando a distintas asociaciones médicas de Latinoamérica, se vio que no se podía determinar la validez de la capacitación de estos supuestos médicos y hemos denunciado que los requisitos que se les pedían a estos médicos no eran los suficientes».
El régimen cubano limita las libertades en la Isla y aprovecha las crisis sanitarias para exportar un modelo de gestión política que la caída del Muro de Berlín transformó en un simple capítulo de la historia del siglo XX. Pese a la reticencia de la Cancillería y la Casa Rosada, Kicillof insiste con la operación médicos cubanos y asegura que llegarán con el pico de la pandemia en Buenos Aires. En la Habana aguardan sus ordenes para embarcar y aterrizar en Ezeiza.