Por un tornado, un crucero de placer terminó en catástrofe en China

chinarristas subidos al casco del buque dieron martillazos y pudieron oír golpes de respuesta desde el interior de la nave, de la que sólo una pequeña parte se mantenía a flote. Tan pequeña como la esperanza de hallar más sobrevivientes. Pasadas 24 horas del naufragio, sólo 14 de las 458 personas que estaban a bordo del crucero habían sido rescatadas. Las demás están desaparecidas.

«Haremos todo lo que podamos para rescatar a todos los que estén atrapados, no importa si están vivos o no, y los trataremos como si fueran de nuestra familia», declaró Chen Shoumin, el comandante militar de la zona del naufragio.

Algunos turistas lograron llegar a la costa a nado, mientras que otros fueron salvados a tiempo luego de quedar atrapados, durante horas, en la carcasa del Estrella de Oriente. Entre ellos, estaban el capitán del barco y el jefe de máquinas, que fueron demorados por la policía para ser interrogados sobre las causas que hicieron de uno de los viajes más placenteros de China un turbulento desastre náutico.

«El barco se hundió en un minuto», sintetizó desde su cama de hospital Zhang Hui, uno de los guías de turismo, que tuvo el tiempo justo para ponerse el chaleco y salir por la ventana cuando el agua ya le llegaba al cuello, para después pasar horas con su salvavidas hasta que alcanzó la orilla al amanecer. «La lluvia me golpeaba la cara como si fuera granizo. Sólo me repetía: «Resiste un poco más, resiste un poco más», dijo el hombre de 43 años.

En el barco viajaban 46 tripulantes, cinco guías de turismo y 405 pasajeros, la mayoría de 50 a 80 años. Procedían sobre todo del este de China -la activa ciudad de Shanghai, la vecina provincia de Jiangsu y otras zonas cercanas- y se cree que no había extranjeros.

La nave había partido seis días antes de Nankín, capital de la provincia de Jiangsu, en un crucero de 13 días por el Yangtsé, el río más largo de Asia, con destino a la suroccidental Chongquing, una ruta muy popular entre los chinos.

El naufragio sucedió en mitad de la travesía, en la provincia de Hubei, donde el río tiene una profundidad de 15 metros. En esta época, el tiempo es a menudo inclemente en la zona y para los próximos días las previsiones meteorológicas hablan de más lluvias violentas.

Las primeras pesquisas no apuntan a que el barco, en servicio desde hace 20 años y con capacidad para 534 personas, infringiera ninguna norma. Según las declaraciones del capitán a los policías que lo llevaron en custodia, el barco se dio vuelta cuando fue sorprendido por un tornado, como también informó el diario oficial People’s Daily. Otros sobrevivientes afirmaron que había salvavidas disponibles, pero que el problema fue la falta de tiempo para reaccionar.

Las exigencias de explicaciones corrieron entre los sobrevivientes y los familiares de los desaparecidos. Decenas de allegados montaron una protesta frente a una oficina del gobierno en Shanghai, donde una mujer llamada Chen contó, entre lágrimas, que a bordo del Estrella de Oriente viajaban su hermana y su cuñado, los dos de 60 años, con la nieta de ellos, de seis.

Otra mujer, Huang Yan, cuyo marido y suegro se encontraban en el barco, acusó al capitán, que, a su juicio, debió ser el último en saltar del barco. «¿Por qué abandonó la nave si todavía había pasajeros a bordo?», se preguntó.

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