Una moneda volando en el aire. Eso parece ser el clima para el campo, y para la economía argentina, por el protagonismo que la agroindustria tiene en ella; aunque en vez de cara y ceca puede caer en lado seca, con s, como sucedió el año pasado, o en lado húmedo, como se está dando en esta campaña agrícola.
Entonces, ahora que el agua que escaseó el año pasado llegó en abundancia, muchos se preguntan cómo impactará en términos de pesos y dólares para las cuentas nacionales. Es una inquietud que lógicamente involucra al gobierno, porque la cadena de valor agroindustrial explica la mitad de las exportaciones y, vía retenciones, es clave para el equilibrio fiscal. Esperaban 30.000 millones de dólares, pero será menos. Los daños fueron menores a los de la sequía de 2018. Es que la zona afectada representa el 10 por ciento del área agrícola y no está ubicada en la región más productiva. Este mes es clave en la definición de los rindes de cultivos.