Participó del ciclo “Compositoras 2020” Laura Balzer: una guitarrista que se suma al movimiento artístico local

 

Lo decimos siempre: Gualeguay es generadora de cultura. Con artistas locales que muchas veces valoramos poco y conocemos menos, siempre hay oportunidad de descubrir nuevos artistas que prometen aportar a la movida artística de la ciudad.

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Tal es el caso de Laura Balzer (41), una gualeya que elige volver a vivir en su ciudad natal tras permanecer 10 años en Paraná y viajar otros dos por Sudamérica. Docente de Música, prefiere participar en conciertos y recitales sin la presión que conlleva vivir de ello y en sus tiempos libres se dedica a componer, en vistas de un proyecto discográfico.
Sus inicios con la música fueron tempranos. El sonar de la guitarra en las manos de su mamá la deslumbró y despertó en ella la admiración y las ganas de lograr esos acordes y melodías. “Mi vieja tocaba en casa y esos fueron mis primeros acercamientos, yo la admiraba y ella notó mi entusiasmo, así que empecé a estudiar en la Escuela de Música”.
Para Laura fue fundamental el acompañamiento de su familia. “Me he encontrado con otros músicos y músicas que me han contado que no han tenido tanto apoyo y me dicen que eso es tener la mitad del camino ganado, así que en mi caso es una suerte”.

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Mientras seguía estudiando música y guitarra, en su adolescencia también participó de grupos locales. “Estuve en una banda de mujeres en la que hacíamos música pop y a los 19 estuve cantando en una de rock de acá, al tiempo que estudiaba canto en Buenos Aires. Esas fueron mis primeras incursiones”, relata Laura, mientras da cuenta que “después me fui a Paraná a estudiar profesorado de Música y ahí fue que quise dedicarme más a la composición de canciones. Quería tocar la guitarra y cantar mis propias canciones y en esos tiempos Jorge Fandermole estaba dando un taller de canción en Santa Fe, así que fui durante tres años y aprendí muchísimo”.
-¿Qué género musical es el que más te gusta?
-Siempre me atrajo mucho la trova, me gustaban las canciones de Fandermole sin saber que eran de él, también Silvio Rodríguez, la trova cubana, lo que es la canción, siempre fui de escuchar las letras. El folklore también, acá en mi casa se escuchaba mucho folklore y tango, así que un poco de todo. Las músicas latinoamericanas siempre me atrajeron, hace un par de años tuve la oportunidad de hacer un viaje largo, recorrer Sudamérica y la idea fue ir conociendo músicas, a la vez de encontrarme con un montón de intereses y cosas.
“Me encontré con músicas nuevas —continúa—, otras perspectivas, incluso con la posibilidad de valorar más nuestra música y la poesía del folklore. Escuchás folklore de otros lugares, comparás y te das cuenta que nosotros tenemos un capital cultural riquísimo y uno no lo ve, como lo tenés a mano no lo valorás”.

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-¿Se te ha dificultado insertarte en el medio artístico local?
-Como estuve dos años fuera del país y diez en Paraná, había mucha gente que no me conocía o no se acordaba, pero me encontré con un montón de amigos y amigas dentro de la música, también gente que conocí dentro de la escena cultural y me sentí súper bien recibida y eso me fortaleció como para querer mostrar más lo que hago, querer moverme más, querer compartir, por eso también esto de haber tocado con otros músicos (ver recuadro). En cuanto a ser mujer en la música es la misma lucha en todos lados, hay lugares en los que hay más espacios porque son ciudades más grandes, pero tenés que pelearla.
-¿Cuál es tu apreciación de la movida cultural local?
-Siento que falta interés por parte del Municipio. Por ahí se hacen cosas, pero siempre apuntando a las mismas personas o al hecho de traer capital cultural de afuera porque se dice que acá no hay gente capacitada y resulta que estamos llenos de gente capacitada y un montón de gente valiosa en todos los ámbitos, lo que es teatro, pintura, música, literatura.
“Comparado con otros lugares siento que hay poco interés, en Paraná hay gente tocando, pintando y acá está todo parado. Evidentemente el interés está puesto en otro lugar, vaya a saber dónde, pero no en la cultura y la pandemia no es excusa, porque creo que hay cosas para hacer. Ojalá esto cambie de ahora en adelante”, apunta la artista.
Laura es docente en la Escuela de Música y en una escuela secundaria de la ciudad, lo que le permite desarrollar lo que le gusta y además asegurarse un salario mensual. “Me he enfocado en que mis ingresos sean a través de la docencia y que los conciertos estén también, pero no quise que se transformaran en una presión de tener que tocar porque tengo que pagar la luz, por ejemplo. Es una cuestión de decisión, hay épocas en las que toco más y otras en las que toco menos”, explica.
-¿Aprovechás esa instancia para despertar el interés por la música y no sólo para transmitir?
-Sí, a mí lo que me gusta es que hagan música, que el acercamiento sea a partir del hacer, del sentir, del disfrutar, del conocer otras cosas, de saber que lo que existe no es solamente lo que escuchamos en la radio todos los días, sino que hay otras músicas, otras culturas y que quizás a alguno se le despierte el interés por la música porque disfrutaron de tocar el cajón peruano, la flauta o la armónica que había en la escuela. El experimentar tocar varios instrumentos y que, más allá de que lo aprendan a tocar o no, pasen por ese quehacer musical.
Si bien en principio asume no tener demasiados proyectos, Laura termina por reconocer que ni bien termine la pandemia concretará algunos que tiene pendientes. “Cuando esto se acabe y se pueda viajar seguramente voy a ir a tocar a un montón de lugares que tenía pensado hacerlo antes. Hay un montón de compañeras en Mendoza, en Córdoba, en Jujuy, en la Patagonia, un montón de lugares donde se pueden hacer conciertos y compartir con otras cantautoras y cantautores. Eso quedó varado y ni bien se pueda activar voy a encarar con eso”.
“También hacer otro disco. Edité uno en 2017 con composiciones mías y hay una que es compartida con una amiga de Paraná. Ahora decidí terminar canciones que había empezado a componer y la idea es ponerme a trabajar para grabar”.
-¿Tiene un género definido?
-No, prefiero no etiquetarlo, porque no sabría qué género ponerle, si digo género canción un chamamé también es una canción, todo lo que tenga letra, música y exprese algo es una canción, entonces ponerle rock, pop, folklore o jazz no me parece porque me encasilla. En el disco anterior hay una canción que es samba canción brasilera, otra que es litoraleña tirando más a chamamé, otra que es más bien urbana porque la escuchás y no hay un ritmo folclórico de fondo, otra que es más tirando a música peruana.
“Hay algunas —agrega— que fueron hechas con la intención de que fuera un huayno, por ejemplo, y otras que no, que fueron hechas canción y que alguien escuchó y me dijo que le hizo acordar a la música peruana. Ahí me doy cuenta que aparecieron ritmos que yo tengo adentro por lo que he escuchado, por lo que he tocado, por lo que me ha gustado y se ha reflejado en la canción inconscientemente. Podría ponerlo en el género folklore, que es a lo que más se asemeja, pero no es netamente folclórico”.

En concierto
Laura Balzer participó el pasado viernes 6 del ciclo “Compositoras 2020”, que se transmite desde mediados de octubre vía streaming en el canal de YouTube y Facebook de la Casa de la Cultura de Entre Ríos.
De la presentación participaron además Judith de León (Paraná), Valeria Verónica Pais Miller (Paraná) y Valeria Martínez (La Paz).
Nuestra representante estuvo acompañada por artistas invitados: Arito Cardoso en bajo, Gera Falcone en batería y Juan Martin Caraballo en guitarra eléctrica.
“Este era un recital que ya estaba filmado y la convocatoria estuvo muy buena. Además posteriormente las visualizaciones del video aumentan, porque queda subido y la gente que no lo vio ese día lo puede ver en cualquier momento y el que lo vio y le gustó lo puede ver todas las veces que quiera”, señala Laura ante la consulta.
En seguida, revela que “al Ciclo lo ideó Paola Núñez, ella estaba en la Casa de la Cultura en ese momento y ahí arrancó con la premisa de trabajar de manera cooperativa, convocar a diez mujeres y que todas trabajaran en los conciertos. Posteriormente, la Casa de la Cultura siguió apoyando esto”.

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