Murió este domingo, a los 80 años, el médico David Vainstub, uno de los socios fundadores del Instituto Privado de Pediatría (IPP) de Paraná y condenado en la causa por la sustracción y sustitución de identidad de los mellizos de Raquel Negro y Tulio Valenzuela.
Vainstub fue jefe de la Sala 3 del hospital de Niños “San Roque” de Paraná, presidente de la Filial de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) Río Paraná, y codirector de la Región Litoral de la SAP.
Además, como socio del IPP fue condenado en 2018 junto a los médicos Miguel Alberto Torrealday y Jorge Eduardo Rossi, por haber facilitado la sustitución de las identidades de los mellizos Valenzuela Negro.
En las redes sociales se replicaron las muestras de pésame de las diferentes instituciones de las que Vainstub participó como el IPP, el Hospital San Roque o la Asociación Israelita.
En tanto, desde las organizaciones de Derechos Humanos recordaron y lamentaron que el médico murió sin aportar datos que permitan dar con el paradero del Melli.
La historia de los mellizos
“Tucho” Valenzuela, Raquel Negro y su hijo Sebastián Álvarez fueron secuestrados en la ciudad de Mar del Plata y trasladados a la ciudad de Rosario en enero de 1978. Sebastián fue entregado a la familia de Raquel, y ella y su compañero fueron mantenidos en cautiverio en el CCD conocido como “Quinta de Funes”. Raquel fue luego trasladada al CCD “La Intermedia”, ambos ubicados en el Gran Rosario.
Negro, al momento de su secuestro, se encontraba con un embarazo avanzado. Durante su cautiverio fue llevada por los captores al Hospital Militar de Paraná por lo menos dos veces: una para el control obstétrico y otra para la fecha del parto. Fue ingresada a ese hospital como sobrina del general Galtieri que era, al momento de los hechos, el jefe del II Cuerpo del Ejército.
Entre fines de febrero y principios de marzo de 1978 nacieron los mellizos: una nena y un varón. Inmediatamente después del parto fueron separados de su madre, llevados a la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Militar y luego trasladados al Instituto Privado de Pediatría (IPP) de Paraná.
Del libro de ingresos del sector de neonatología de esa clínica privada surge que la niña ingresó como “Soledad López” el 4 de marzo y el niño como “NN Facundo”, el 10. Allí permanecieron aproximadamente 20 días, al cuidado de las enfermeras y de los médicos dueños del lugar, quienes no dieron aviso a las autoridades correspondientes y entregaron los niños a desconocidos.
La pequeña fue abandonada en la puerta de un convento en la ciudad de Rosario y, puesta en adopción judicial, fue entregada a un matrimonio de apellido Gullino de la ciudad de Rufino. Ellos le pusieron el nombre Sabrina. En diciembre de 2008, acompañada por sus padres adoptivos, restituyó su verdadera identidad: Sabrina Valenzuela Negro. Sus padres, Raquel y “Tucho”, y su hermano mellizo, permanecen desaparecidos.