Monsieur Juanele: la obra de poesía más extensa traducida al francés

Juan Laurentino Ortiz trascendió hace mucho tiempo las fronteras de Gualeguay y de Argentina, sin embargo recién ahora su obra ha sido traducida al francés. El Gualeguay, su poema de 2.639 versos, fue publicado por una editorial francesa tras un largo proceso de trabajo para su traducción.

JUNELE

Por María Constanza Fernández Larraburu 

El viaje a la poesía de Juanele no tiene regreso. Adentrarse en su literatura es conocer un mundo nuevo dentro del mismo que habitamos, porque el río, el paisaje, la naturaleza del lugar en el que nació son al mismo tiempo los hilos conductores y el destino final de su obra.

Cuando la hija del gualeyo Omar Maddoni y su pareja, un editor francés, visitaron la ciudad, descubrieron la poesía de Ortiz. Poco tardaron en decidir que El Gualeguay sería la próxima publicación de Trente-trois morceaux, una pequeña pero exquisita editorial francesa.

Con la colaboración de algunos vecinos de Gualeguay, el aporte invaluable de Sergio Delgado –el mayor estudioso de la obra de Juanele-, y muchas horas de trabajo para traducir poesía, en marzo pasado vieron la luz mil ejemplares de Le Gualeguay, una edición bilingüe, en espejo –página en francés y contra página en español-, con una estética cuidada hasta en el más mínimo detalle.

Fue Omar Maddoni quien medió durante todo el proceso y trajo desde el sur de Francia –donde reside- algunos ejemplares, que dieron pie a la presentación en la Biblioteca Popular el pasado viernes 6 de mayo, en una noche que incluyó la música de Juan Martín Caraballo y la lectura en español, por parte de estudiantes del Instituto Adveniat, y en francés, por una integrante de la Alianza Francesa, de fragmentos de El Gualeguay.

 La presentación

“Es una poesía extraordinaria. Marta Zamarripa, Arnaldo Calveyra, Carlos Mastronardi y Juan L. Ortiz son los únicos escritores entrerrianos que forman parte de la cátedra Literatura Latinoamericana de la Universidad de París, de la Sorbona, pero es la primera vez que se traduce una obra completa de Juanele”, expresó durante la presentación el escritor local Gastón Fleita Moreyra, al tiempo que destacó que “en esa cátedra se dan dos poemas muy importantes de su obra, Fui al río, que es el que más difusión tiene, y Oración de la mañana. Las notas del libro están hechas por Sergio Delgado, tal vez la persona más idónea para hablar de la obra de Juan L. Ortiz”.

“Delgado decía sobre El Gualeguay —indicó Fleita Moreyra— que es el poema más extenso, tiene 2.639 versos y es el cauce central de la obra de Juan L. Ortiz. No quedaron mayores datos sobre su proceso de escritura, solamente una carta al pasar indica que comenzó a ser elaborado en el año 1959; otra, en apenas una frase, da cuenta de la continuidad del trabajo tres años después. El texto se publicó en En el aura del sauce (1970-1971), la edición que recopiló en tres tomos la producción del poeta entrerriano, y en Obra completa (1996)”.

Y agregó: “en palabras de Delgado, El Gualeguay cuenta la Historia desde el punto de vista del río, desde el origen del territorio de la provincia de Entre Ríos hasta fines del siglo XIX. La exterminación de la población aborigen, la colonización española, la historia de los caudillos y el período que Giuseppe Garibaldi pasó en la zona, casi de incógnito para la posteridad, son los episodios principales que el poema aborda, en un mundo creado por el río (“Todo nacía de él, o venía evangélicamente/ a él”): la cuenca del Gualeguay, las especies que lo habitan y sobre todo las más pequeñas, las presencias minúsculas que dan el sentido del paisaje. La escritura del poema remite a una base documental, pero también a la historia del poeta”.

A su turno, Omar Massoni relató: “Tengo en común con Juanele haber nacido y vivido en Gualeguay, así que hoy fui al río, a verlo, a interrogarlo un poco, a pensar qué diría a través de la pluma de Juan L. Ortiz sobre las cosas que siguen pasando, porque el río Gualeguay es el personaje, el que relata, vive, mira, interpreta y cuenta el mundo de manera poética. Empieza en tiempos de la aparición de los humanos, de las plantas, de los pajaritos, de los indios y es curiosa la actualidad que tiene en vista de lo que está pasando con el cambio climático y el peligro que eso conlleva para la desaparición de la especie humana”.

“Es por esto que en las sociedades actuales se está tomando conciencia de esta problemática tan vital y se está discutiendo de manera filosófica, pero también real y política, la eventualidad de otorgarle personería jurídica a las plantas, a los ríos, a los animales, porque sin ellos la vida no es viable. La integración vital, existencial, con el paisaje, él lo hace con un poder metafórico extraordinario y le da esa calidad poética incomparable”, consideró el gualeyo, residente francés desde hace más de 45 años.

Massoni resaltó luego “que se haya logrado traducir al francés y que tengamos este libro, que es una edición bilingüe, que llevó un año y medio de trabajo intenso de traducción, con el apoyo de Sergio Delgado, que escribió un prefacio muy completo en francés. La traducción de poesía de por sí es complejísima y mucho más de una poesía tan sofisticada, tan metafórica como la de Juanele y de esta obra enorme, tan central y tan importante, con 2.639 versos en las que habla de cosas muy locales como los efluentes de ríos, el nombre de la vegetación, de los indios. No es fácil traducir y encontrar la música sin que pierda el sentido”.

Acerca de la editorial, Massoni dio cuenta que “se llama Trente-trois morceaux, que es Treinta y tres partes, por una historia de René Char, que es un gran poeta francés, muy activo en la resistencia a los nazis. En un momento de su vida puso una pila de libros sobre su cabeza, tropezó, se hizo un desparramo de papeles y él eligió 33 pedazos  de su obra”.

“El logo —reveló— es un mosaico que tiene 33 pedacitos y cada libro que editan tiene en el lomo uno de esos pedacitos. Todos los libros tienen el mismo formato, colores coherentes, de manera que la editorial va a editar solo 33 libros de gran calidad literaria y este es el número 15”.

“Con esta edición —afirmó— la obra de Juanele llegará a la comunidad universitaria, a intelectuales, a poetas, a conocer no solamente Gualeguay, sino también las metáforas que tiene implicadas. Muchos países francoparlantes van a tener acceso”.

En relación a cómo nació el proyecto, Massoni recordó que “mi hija y su pareja vinieron a la ciudad y cuando él vio El Gualeguay lo consideró extraordinario, entonces se trabajó miles de horas, se hicieron consultas con diccionarios y con expertos, para llegar a este libro. Es un lanzamiento casi simultáneo porque en Francia salió en marzo y yo traje un ejemplar para la Biblioteca”.

Desde la editorial

En su página web, la editorial Trente-trois morceaux, resume sobre El Gualeguay de Juan Laurentino Ortiz:

Dentro de la literatura argentina, El Gualeguay ocupa un lugar especial. Culminación de una obra casi legendaria por la discreción y que supo protegerse para desarrollar su sistema, el poema es el lugar de una cita largamente preparada con el río Gualeguay, que atraviesa de norte a sur la provincia de Gualeguay.

Entre Ríos y al borde del cual abrió los ojos Juan L. Ortiz en 1896. Adoptando el punto de vista del río, el poema aspira tanto a una vena lírica, abierta a las reflexiones del momento, como a una objetivo épico del destino histórico de la región, desde las primeras poblaciones amerindias que habitaron sus costas hasta las guerras de independencia y las guerras civiles posteriores a la revolución de mayo de 1810, luego hasta el advenimiento de la nueva industria desalados. El poema del río se constituye así en el espejo en el que la Historia puede mirarse a sí misma, con sus contradicciones y sus vacilaciones, sus impulsos y sus destrucciones, al mismo tiempo que la búsqueda de un fraseo que sea capaz de combinar, y tal vez de ser reconciliadas, estas “diversas categorías de tiempo.

Juan Laurentino Ortiz (1896-1978) nació en Puerto Ruiz, en la provincia de Entre Ríos, Argentina. Con excepción de una breve estancia en Buenos Aires y un tardío viaje a China, pasó la mayor parte de su vida en su provincia natal, particularmente en las ciudades de Paraná y Gualeguay. Entre 1937 y 1958 publicó diez libros, recogidos en 1971 en una sola obra, En el aura del sauce, en la que aparece por primera vez Le Gualeguay. En 2020 se publicará en Argentina una nueva edición de sus obras, complementada con poemas de su juventud, correspondencia inédita y traducciones.

Con excepción de una selección de poemas traducidos por Roger Munier, publicados fuera de comercio por el Centro Cultural Argentino en 1982, su obra había permanecido inédita hasta el momento en francés.

El puente
 Omar Massoni se reconoce como el nexo para que Le Gualeguay sea una realidad. Con su yerno y el grupo de estudiantes que conforman la editorial se reunió incansablemente para dar vida y música en francés a la poesía de Juanele. Y fue como corolario de esa labor que llegó hasta su ciudad natal para participar de la presentación en sociedad.

Si bien creció en Gualeguay y vivió hasta finalizar sus estudios secundarios en la Escuela Normal Ernesto A. Bavio, son pocos los familiares que conserva en esta ciudad, a la que continuó visitando desde que fijó residencia en Francia. “Estudié ingeniería en Buenos Aires y después me fui al exterior, volví, vino la dictadura en el ’76, me buscaron y casi me agarraron, así que me fui exiliado a Francia. En ese momento no militaba, porque me había ido al extranjero, había hecho una maestría en Sociología en Estados Unidos y cuando volví no había encajado con ninguno de los movimientos, pero ya había militado antes”.

 -¿Por qué cambió la ingeniería por la sociología?

-No pude terminar Ingeniería Química, porque fue en la época de Onganía y la intervención de la universidad. Se puso muy difícil, no podía continuar los estudios por la persecución política y tuve que irme. Eso es lo que nos ligaba con Juanele y Gualeguay, porque Derlis Maddoni, Juanele, Emma Barrandeguy, todos fueron de una política de ideales y de cambiar el mundo con justicia social, ideales que permanecen y que están en la poesía de Juanele.

 -¿Nunca volvió a vivir en Argentina?

-No. Me casé con una francesa, nacieron los chicos y empezaron la escuela, entonces el sistema te va llevando. Sí traje a mis hijas desde chiquitas a Gualeguay y a Colón, conocieron a mi madre que vivía entonces y se argentinizaron, incluso una de mis hijas vivió 10 años en Buenos Aires, estudió cine en la Argentina y tuvo a su primera hija, mi primera nieta, en Argentina. Hay un lazo muy fuerte y lo mantenemos. Alguien me preguntó si extrañaba y le dije que a Gualeguay no lo extraño, lo llevo conmigo, uno no lo pierde, cuando vengo lo disfruto y estoy con mis amigos, que en 2024 vamos a cumplir 60 años de egresados.

 -¿A qué se dedica actualmente?

-He trabajado mucho en relaciones internacionales comerciales, de productos alimenticios, y desde hace 15 años trabajo con una empresa inglesa con un producto ecológico que ayuda a disminuir la polución de los combustibles. Es una nueva manera de mantener ese compromiso con tratar de salvar el mundo.

Omar, que vivió 25 años en París, “una ciudad maravillosa que conozco como la palma de mi mano”, habita actualmente un pueblito del siglo XI en el sur de Francia. “Tiene ocho mil habitantes, es muy lindo, en una zona agreste, con una naturaleza muy interesante, mucho sol, buenos vinos y buenos quesos. Se disfruta”. Allí toma mate todos los días y conecta así su mundo actual con el que lo vio dar sus primero pasos. “Son distintos y vivirlos enriquece, pero no se trata de que sea mejor uno que otro”.

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