Leishmaniasis en Gualeguaychú: Son de la variante más peligrosa de la enfermedad

Fueron detectados en perros. Uno de los animales fue sacrificado por los dueños, pero el otro es callejero y se desconoce su paradero, ya que la persona que lo recogió se negó a darle muerte. Investigan cómo se pudo producir el contagio.

Dos casos de Leishmaniasis en perros acaban de ser detectados en Gualeguaychú.

La leishmaniasis es una enfermedad propia de otras zonas del planeta que viene siendo «corrida» hacia el sur por el cambio climático (desertificación, lluvias continuas, mayor humedad, más calor, etc).

Tiene tres formas, explica la OMS: la visceral (forma más grave, también conocida como kala-azar; ataca fuertemente el bazo y el hígado, entre otros males que produce), la cutánea (la más común; genera llagas y ulceraciones y puede ser defomante cuando ataca en el rostro) y la mucocutánea (además de la piel, ataca las mucosas de nariz y boca).

Es causada por un parásito transmitido por la picadura de flebótomos infectados (insectos muy parecidos al mosquito). Estos vectores toman el contagio al picar a perros infectados. Los dos animales que dieron leishmaniasis positiva en Gualeguaychú vivían en la zona del Corsódromo. El primero, un perro vagabundo que fue recogido en la ruta nacional 14 y llevado a una vivienda. Ante un caso en perros, es obligatorio denunciar a las autoridades nacionales de salud y se indica analizar a todos los perros que vivan en un radio de 100 metros. Fue así como se detectó al segundo, un cachorro de raza bichón frisé que jamás había salido de Gualeguaychú.

Sus dueños decidieron sacrificarlo el sábado pasado, tal como se indica (deben ser sacrificados e incinerados). En cuanto al otro perro, se desconoce su paradero, ya que la persona que lo recogió se negó a darle muerte y podría incluso haberlo devuelto al lugar donde lo halló. «Esto último sería gravísimo, ya que estaba muy deteriorado y, además, puede contagiar a otros si lo pica un flebótomo», dijo a Clarín el veterinario Camilo Hernández.

Fue precisamente Hernández quien, junto a su colega Aldo Tellechea, tuvo que sacrificar al cachorrito. «Este animal nunca salió de la ciudad, no pudo traer la enfermedad de afuera», aseguró.

La Leishmaniasis (llamada así por el apellido del científico que identificó la variedad visceral) es menos grave en su forma cutánea y mucocutánea y más fácil de tratar, pero muy severa en su forma visceral. No es mortal si se trata a tiempo. En América Latina, la tasa de letalidad promedio de la variedad visceral (que es la que se detectó en Gualeguaychú) es del 8% con tratamiento, y hasta del 90% sin tratamiento, especialmente en niños. Y es muy grave en inmunodeprimidos (oncológicos, diabéticos, VIH, entre otros).

Todo perro positivo de leishmaniasis debe ser sacrificado e incinerado, dicen los dos profesionales. No hay tratamientos para animales. Solo paliativos, que retrasan una muerte inexorable y dolorosa, y además, exponen a la población humana a terminar contagiada.

«Estamos investigando de dónde pudo provenir el contagio. No hemos encontrado flebótomos hasta el momento en Gualeguaychú. En toda la provincia, solo comprobamos que sí hay en Chajarí y en Concordia, que son ya zonas de transmisión», dijo la directora de Epidemiología de la provincia de Entre Ríos, Silvina Saavedra.
La detección se realiza usando trampas lumínicas en noches cuya temperatura sea mayor a 20 grados, por lo cual, habrá que esperar al verano para confirmar que el vector no está en la localidad.

«Podría ser un caso de transmisión vertical, de madre a hijo ?agregó Saavedra-. Se transmite por la placenta. Estamos muy atentos a los casos de perros de raza infectados por la madre que, al ser vendidos, pueden llevar la enfermedad a numerosos destinos». Recomendó que quien adquiera un pichicho de raza, se asegure mediante análisis de que no porta leishmaniasis.

«Este no es el caso ?aseguró Camilo Hernández-. Ya se procedió a analizar a la madre de este cachorro, y está totalmente sana. El dictamen es del Instituto Nacional de Parasitología, Dr. Fatala Chaben».

El primer caso autóctono de leishmaniasis en el país se dio en Misiones en 2006. El Programa Nacional que sigue esta enfermedad recomendó control y seguimiento en todas las poblaciones situadas en la costa del Uruguay y, en 2014. incluyó a Gualeguaychú en la lista.

«Estamos monitoreando varios departamentos ?dijo Saavedra-; ante posibles casos, tomo yo misma las muestras de sangre y hago yo los análisis, para asegurarme los resultados. Hasta ahora, confirmamos que en esta provincia, el flebótomo está en Chajarí y en Concordia. También, en Salto, Uruguay, desde 2010».

Prevención: limpiar pastizales, usar mucho repelente siempre, poner collares repelentes a los perros. La Organización Mundial de la Salud recomienda diagnóstico temprano, gestión eficaz de los casos para reducir la prevalencia y prevenir la discapacidad y la muerte, y que se genere movilización social (informar con estrategias de comunicación efectivas).

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