Como parte de las repercusiones que generó la decisión de la Organización Mundial de la Salud de considerar al glifosato -el herbicida más utilizado del mundo- como agente cancerígeno, la cadena británica BBC recordó otros productos que el mismo organismo considera que son potencialmente productores de la enfermedad. Entre ellos, el «mate caliente».
El medio de Reino Unido recuerda que un informe de la Agencia Internacional para la Investigación sobre Cáncer (IARC por sus siglas en inglés) de 1991 incluyó a la infusión, ampliamente consumida en Argentina, Bolivia, Chile, Uruguay, Paraguay, Brasil, Líbano y Siria, en el grupo de riesgo 2A, que define al producto «probablemente cancerígeno para humanos».
Contribuir a la amplia difusión de este informe podría afectar a los exportadores de yerba mate de la región, especialmente de Argentina, el mayor país exportador de la hierba en el mundo. Los principales compradores son libaneses y sirios.
Sin embargo, no es en Argentina donde se consume proporcionalmente más mate, sino en Uruguay, donde el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) -siempre citado por la BBC- señala que se toma el doble por habitante que del otro lado del Río de la Plata: 15 kilos per cápita contra siete.
El IARC no es concreto al señalar por qué el mate es potencialmente cancerígeno, y la palabra «caliente» reconoce además que cualquier bebida consumida repetidamente a alta temperatura podría ser potencialmente dañina.
«Tres estudios de control en América del Sur investigaron la asociación entre tomar mate y el cáncer de esófago», dice el estudio, que detalla la conclusión de uno realizado en Uruguay:»Quienes beben mucho mate tienen diez veces más posibilidades de desarrollar cáncer que personas que no toman mate».
La propia IARC alerta entonces que «en reglas generales, las investigaciones sobre el consumo de mate y el cáncer del tracto gastrointestinal superior sugieren una fuerte asociación».