«La bienvenida tumbera» que presos del penal de Dolores le dieron a los rugbiers

«¡Suéltenlos, que los estamos esperando!». Ese fue, de acuerdo a los vecinos del penal de Dolores, el cántico con el que el resto de la población carcelaria recibió a los diez rugbiers, imputados por el homicidio de Fernando Báez Sosa.
La noticia corrió rápido entre pabellones: los rugbiers de Gesell, los acusados por el asesinato a golpes de un adolescente de 18 años, serían alojados en el penal de Dolores, el más sobrepoblado de la provincia de Buenos Aires. La noticia no sólo conmocionó la tranquilidad de los lugareños, sino que arengó al resto de la población carcelaria.

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«Les cantaron eso durante toda la primera noche», reconocen los vecinos. «Normalmente no hay problemas, es un penal tranquilo. Más que el movimiento habitual de visitas semanales, no pasa nada. Pero esto cambió todo», suman.

Aunque alejados del resto de los reclusos por expreso pedido de la fiscal de la causa, Verónica Zamboni, los rugbiers escucharon la «bienvenida tumbera». En efecto, fue la primera noche que pasaron en una cárcel, dado que hasta el momento estuvieron detenidos en comisarías: primero en Villa Gesell y luego en Pinamar.

«Nadie está acostumbrado al encierro, es antinatural; más allá de la clase social a la que uno pertenezca». Si bien los imputados están en mejores condiciones que el resto de los reclusos, su abogado no pudo conseguirles que puedan disfrutar del «menú vip». «La celda en la que están no tiene cocina, por lo que tienen que sí o sí alimentarse con la comida que ofrece el penal. Los alimentos que sus familiares pueden llevarles tienen muchas restricciones», contó un allegado a los rugbiers a Big Bang News.

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