La adolescente no presentaba lesiones a nivel de sus genitales. Habrían encontrado tierra en sus pulmones, lo que para los investigadores confirma el hecho de que fue semienterrada viva.
La autopsia a Agustina Imvinkelried, la chica de Esperanza que el lunes fue encontrada muerta, concluyó que no fue violada. El examen realizado en la morgue judicial de Santa Fe reveló además que lo último que hizo la adolescente fue pelear y resistirse con todo a un ataque sexual de parte de quien sería el asesino. En esa defensa se le fue la vida a la adolescente.
Los médicos forenses indicaron que la joven no presentaba lesiones a nivel de sus genitales, que era una de las hipótesis, aunque sí detectaron heridas propias de quien se defiende de un ataque de índole sexual. Es por eso que se observan hematomas y traumatismos en diversas partes del cuerpo, como remarcó la madre de la joven asesinada.
El otro dato que se corroboró y que había trascendido ayer es que la muerte de la joven fue por «asfixia manual», o para decirlo más claro, por estrangulamiento.
Otro de los aspectos escalofriantes que tiene este caso, de por sí estremecedor, es que los peritos habrían hallado tierra en los pulmones de la adolescente, por lo que se infiere que la joven fue semienterrada cuando aún estaba viva.
Esta situación tiene relación directa con la versión de un vecino de Pablo Trionfini, el acusado del asesinato que se quitó la vida, quien afirmó que el atacante le solicitó una pala para «buscar lombrices».
Unos minutos después se la devolvió y le aseguró: «Esa pala no sirve para nada».
Pero lo más llamativo de ese encuentro fue una frase que el hombre pronunció y que terminó siendo el epílogo de lo que sucedió luego: «Quizás no nos veamos nunca más».