Jóvenes geólogos crearon compuesto para ahorrar hasta 50% del agua de riego

Crearon un polvo granular que colocan alrededor de las raíces de las plantas, para absorber el agua de riego, la retiene y la libera lentamente por ósmosis, cuando la planta la necesita. Detalles del producto con el que fundaron su empresa.

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El flamante geólogo Axel Córdoba es tucumano, nacido en la localidad de Graneros, en el sur de la provincia. Tiene 25 años, pero desde sus 17 reside en la localidad de Fernández Oro, en el corazón del Alto Valle de Río Negro, entre Allen y Cipolletti. Siendo todavía estudiante en la Universidad del Comahue, junto a su compañero Denis Álvarez, a partir de la emergencia hídrica que atravesaban las provincias de Río Negro y Neuquén, se puso a buscar una solución a partir de sus conocimientos universitarios.
Axel y Denis, apoyados por distintas instituciones y organizaciones, pudieron así llegar a crear un polvo granular que se coloca alrededor de las raíces de las plantas, de modo que absorbe el agua de riego, la retiene y la va liberando lentamente por ósmosis, cuando la planta la necesita. No es la primera vez que se ve algo así, pero en este caso hay varias cosas innovadoras.

Cuenta Axel que este producto retiene hasta 80 veces su peso en agua y permite ahorrar hasta un 50% del agua de riego. Puede ser utilizado en plantas domésticas, en jardines, huertas, pero también en grandes campos de cultivo. En pequeñas cantidades, el producto se debe humedecer antes de colocarlo, pero en grandes dimensiones de tierra es posible colocarlo seco, mezclado con el sustrato. Se riega normalmente la primera vez y paulatinamente se va disminuyendo la cantidad de riego. Se obtendría un riego más eficiente al reducir las pérdidas de agua por infiltración o evaporación, mientras aporta a las plantas los elementos que ellas necesitan, como fósforo, potasio, nitrógeno, calcio, magnesio y hierro.

Los chicos registraron el producto bajo la marca Hydroplus y con el mismo nombre fundaron su empresa. Comenzaron a fabricar el producto en Fernández Oro. Luego se lanzaron a comercializarlo en pequeñas cantidades para el primer segmento, de jardinería. Realizan ventas directas al cliente y lo colocan en viveros por todas las provincias, en envases de 180 gramos y de 1 kilo. Cuentan con distribuidores por todo el país y están abocados a seguir difundiéndolo y que más personas se animen a venderlo en su local o vivero. Explican que más adelante, podrán abastecer a las grandes extensiones de campos, áreas forestales y pastizales.

“Nuestra misión es ser parte de una revolución transformadora, crear una cultura de apreciación y optimización en el uso del agua, para la recuperación y conservación de los ecosistemas. Para esto, decidimos vender nuestros productos a precios accesibles”, asegura Axel.

Y detalla: “Hydroplus cuenta con complejos de ácidos húmicos bioactivos (ácidos fúlvicos y húmicos), extraídos de materia orgánica altamente oxidada, que actúan como mejoradores de suelo y estimulantes del crecimiento vegetal. Es biodegradable, atóxico y tiene una vida útil de 3 a 5 años, es compatible con fertilizantes e incrementa su eficacia y la productividad del cultivo, mejora la aireación, la capacidad de retención de nutrientes del suelo y le aporta humus estable, promueve la captura de Carbono, mejora la estructura, especialmente de suelos arenosos y arcillosos, neutraliza toxinas y fija metales pesados en el suelo, promueve el desarrollo radicular, especialmente en dirección vertical, regula el valor pH del suelo a un margen neutral y su salinidad e incrementa la producción de biomasa”.
No nos está vendiendo, al parecer, nada mágico. En 2022 Axel fue preseleccionado entre 7.000 estudiantes de 150 países como uno de los 50 finalistas para obtener el Global Student Prize, un premio que otorga la Fundación Varkey, en alianza con Chegg.org, al mejor estudiante del mundo.
Para postularse, presentó todo su recorrido de vida, más su proyecto de Hydroplus, junto a otros dos que había elaborado antes: uno, al que llamó Ciencia Cristalina, por el que pretende acercar el conocimiento científico a escuelas rurales o a zonas periféricas, aprovechando frascos en desuso. Y otro, llamado Paradas Inteligentes, para fomentar la lectura en las paradas de colectivos. Como si fuera poco, creó la bandera de su ciudad. La diseñó para un concurso municipal de Fernández Oro y salió elegida.

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