La escritora española, María Ángeles Durán, se basó en el Tratado del Espacio Exterior de 1967, el cual impide a los gobiernos reclamar la propiedad de cuerpos celestes, pero no especifica nada sobre los individuos.
En el universo de aquellos que parecen vivir en una «realidad paralela» a la común, suelen encontrarse cientos de historias de tinte delirante y en esta ocasión, la protagonista de una de ellas es una ciudadana española llamada María Ángeles Durán, quien dice ser «dueña» del Sol.
Lo increíble es que la mujer asegura tener un documento de propiedad luego de aprovechar un vacío legal, por eso, en 2010, consiguió un acta notarial que la declara como la única propietaria del Sol: “Propietaria del Sol, estrella de tipo espectral G2, que se encuentra en el centro del Sistema Solar”, dice el documento.
Venta de parcelas en el sol
Cabe destacar que todo no quedó ahí, ya que tras «quedarse» con el Sol, dice que comenzó a «vender» parcelas. Sin embargo, el sitio eBay eliminó su publicación.
Luego, en 2015, tuvo una nueva e insólita situación judicial cuando un grupo de personas reconoció a Durán como la propietaria del Sol, pero la demandaron por los daños que ocasiona el Sol en la piel. Pese a que sus demandas nunca prosperaron, en noviembre de 2021 la mujer tomó otra particular decisión: quería cobrarle un impuesto a toda la raza humana por el uso del Sol.
“Conozco la ley y respaldé mi reclamo legalmente. Lo hice, pero cualquiera pudo haberlo hecho. Simplemente, a mí se me ocurrió primero. Cuando tienes una propiedad, tiene sentido hacer uso de ella. Las empresas eléctricas se benefician de los ríos, que son de todos, así que espero aprovechar el Sol”, dijo la emprendedora.
Según contó, de lo que recaude, lo distribuirá de la siguiente manera: el 50% al gobierno español, 20% para un fondo de pensiones de ese país, 10% para la investigación y el 10% restante sí iría a su bolsillo.
Cabe destacar, que Durán, en 2008, ya había tenido una demanda particular con la Sociedad General de Autores y Editores luego de haber registrado el grito de Tarzán a su nombre, pero la demanda no prosperó.