El estadio Alberto J. Armando fue testigo de la victoria de Boca sobre River en los penales. Fue por 4-2, luego de la igualdad 1-1 durante los 90 minutos de juego. Con la victoria, el equipo de Miguel Russo se metió en las semifinales. Quedaron definidos así los cuatro mejores de la Copa de la Liga Profesional.
La Copa de la Liga Profesional tuvo su plato fuerte este domingo por la tarde. En el estadio Alberto José Armando, Boca Juniors recibió a River Plate en un nuevo mano a mano entre estos equipos en instancias de eliminación directa. El Xeneize fue local debido a haber finalizado mejor en la fase de grupos que su adversario (terminó 2º, el Millonario lo hizo 3°).
Los primeros minutos de juego mostraron a Boca con el dominio posicional, adelantado en el campo de juego e intentando avasallar a un contrincante que llegó diezmado a este encuentro debido a los 15 contagios de covid-19 que se confirmaron horas antes del partido. En esos instantes buscó por las bandas, con las incursiones ofensivas de Cristian Pavón y Sebastián Villa, pero la primera chance no llegaría desde sus pies.
Fue Julio Buffarini quien adelantó la pelota por la derecha para Cristian Medina. El mediocampista controló en soledad, adelantó la pelota y envió el centro al área, dejando en claro el desacople defensivo entre Leonardo Ponzio y Milton Casco; allí apareció Carlos Tévez, que tras haberle cometido una clara falta a Jonatan Maidana, cabeceó en solitario contra el poste izquierdo de Alan Díaz, que pese a su volada no logró contener el remate. A los 10, el local se encontró con el gol y se puso 1-0.
Pese a buscar en la inmediatez tras el gol, Boca no fue prolijo en ataque y careció de claridad en sus intérpretes: Villa y Pavón definieron mal casi la totalidad de sus posibilidades. Ya sea con remates desviados o con jugadas personales inconclusas. La única prueba clara que encontró el local fue con un remate de media distancia de Agustín Almendra que Díaz controló muy bien.
Al contrario, RIver se fue soltando, empezó a adelantarse en el campo y, pese a mostrar muchos errores en el retroceso y tener problemas en la generación, pudo llegar al empate tras un error de Agustín Rossi que dejó el arco vacío para la definición de Gonzalo Montiel, aunque Frank Fabra despejó en la trayectoria de la pelota. Luego lo tuvo Maidana con un cabezazo que se fue por encima del travesaño como un misil. Sin más que agregar, el partido se fue con ventaja para el local por 1-0.
Con la ventaja a su favor, Boca otorgó el dominio a su rival, que con los minutos poco a poco se fue animando y terminó yendo al golpe por golpe. Casi sin buscarlo y abusando del pelotazo, el anfitrión tuvo varias chances para liquidarlo, dos de ellas muy claras en los pies de Tévez. En la primera, tras una descarga de Pavón al borde del área encaró hacia el arco y remató al palo izquierdo de Díaz, que se arrojó bien hacia ese costado y logró despejar; en la segunda fue aún más claro, Tévez recibió una habilitación por la punta izquierda y se metió dentro del área. Antes de quedarse sin ángulo de tiro intentó definir por sobre el arquero, pero Díaz puso bien el cuerpo y logró detener el disparo.
Esas dos jugadas fueron un mal presagio para el local. Es que a los 23, cuando pasaba poco en el partido, Fabrizio Angileri recibió una pelota por la punta izquierda, encaró por la banda y envió un centro al segundo palo para la posición de Julián Álvarez, que con un cabezazo cruzado venció a Rossi y puso el 1-1 parcial. Baldazo de agua fría para los de Miguel Russo y gran envión anímico para el visitante.
Pese a que los de Marcelo Gallardo fueron mejores durante la segunda mitad, no tuvieron más opciones de gol, salvo algún rebote o mal despeje del fondo local, pero es que tampoco generó nada el anfitrión, que igual se las arregló para terminar teniendo las dos más claras antes del final. La primera fue con un cabezazo de Carlos Izquierdoz que se fue pegado al ángulo superior derecho de Díaz; y luego fue Tëvez, quien tras un centro atrás de Pavón remató fuerte contra el palo izquierdo de Díaz que se arrojó hacia ese poste y logró despejar.
No sucedió mucho más en el partido. Pese a que Boca intentó empujar en los últimos minutos, tuvo grandes dificultades para generar chances de gol y por eso el final llegó con el empate 1-1. Orgullo y tranquilidad para el banco visitante, preocupación en el equipo local que tenía la obligación y no pudo.