El pescador que encontró oro en el Uruguay y fue rico por un día

Se asustó al “pescar” una bolsa repleta de joyas y monedas, en la zona del Ayuí, en Salto, frente a Concordia. Decidió entregar todo lo encontrado a la Prefectura.

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La Justicia uruguaya investiga el origen y valor de 348 artículos —al menos 147 de ellos de oro— hallados de casualidad por un pescador deportivo en la zona de Ayuí, en Salto, en el Río Uruguay, frente a Concordia.El domingo de mañana, Marcelo Díaz, albañil de profesión, intentaba pescar dorado con señuelo. Había intentado en la parte norte, pero no había caso: no encontraba nada. Sobre las 11:00 se dirigió un poco más hacia el sur, en donde alguna vez pescó con éxito, donde no había tanta gente. En ese sitio, Marcelo se paró arriba de un montículo desde donde divisó, a unos cinco metros de distancia, algo parecido a un reel de pesca y una bolsa blanca de nylon semicubierta.Al principio, no le dio importancia a ambos objetos: balanceó su caña y lanzó algunas líneas para poder cazar al dorado anhelado.

Pero pocos minutos más tarde, su curiosidad era mucho más intensa que cazar al dorado. Y lanzó de nuevo la cuerda para retirar el supuesto reel. Después de traerlo a la costa, se dio cuenta que estaba absolutamente confundido. El objeto era un fusil Springfield del año 1863.

Tras rescatarlo, volvió a lanzarla para recuperar la bolsa: la enganchó y la arrastró hacia la orilla. “Era pesada y me doblaba la cañita”, comentó a El País. Cuando la acercó a donde él estaba, se le terminó de quebrar.

El hombre nunca imaginó que dentro de esa bolsa que había sacado del agua fuera a encontrar tantas alhajas de oro, monedas del mismo metal y otras joyas.

Parte del tesoro encontrado por el pescador
Foto:Parte del tesoro encontrado por el pescador

Apenas lo vio, pensó: “Esto es peligroso. Esto es robado”. “En ningún momento me dio para pensar para quedármelo”, agregó. Luego de media hora, decidió dirigirse a la Prefectura de Salto, en donde entregó todo lo encontrado. Luego, lo hicieron ingresar a un salón, en donde cuantificaron todo lo hallado.

Lo que concluyeron es que dentro de la bolsa había 348 piezas que figuran, entre otros artículos, 71 cadenas de oro, 45 anillos y 31 monedas de ese metal. También fue encontrada una medalla de Peñarol campeón uruguayo de 1968, que fue entregada a un hombre de apellido Quintana y objetos confeccionados en el siglo XX, apuntaron fuentes del caso.

El pescador está seguro que por la altura de las aguas del Río Uruguay que en esas horas oscilaba por encima de los 8 metros, los objetos fueron arrojados por la noche y que tanto el fusil como la bolsa no presentaban indicios de haber permanecido mucho tiempo en contacto con el sedimento del lecho del río.

Francisco Merino, abogado del pescador, comentó que todos los días hay amantes de este hobbie en esa zona. Por este motivo, creen que los objetos “no pueden tener más de 10 horas en el lugar”. “El fusil gatillaba y los artículos estaban impecables”, dijo.

El hallazgo sorprendió a la Prefectura. Uno de los prefectos le dijo a Díaz: “Fuiste rico por una hora”. Esa misma expresión utilizó Marcelo cuando llegó a su casa y le relató el episodio a su mujer, hijos y nietos. “¿Quieren un abuelo rico? Acá está el abuelo rico, pero ahora ya es pobre”, les comentó entre risas.

“Mi familia me apoyó en la decisión que tomé de entregar a la Prefectura y de que la Justicia intervenga, aunque unos cuantos me dijeron que no podían creer que haya ido solo a la Prefectura para hacer ese trámite”, acotó. Y agregó: “Sentí un alivio tremendo y pude dormir tranquilo porque mi conciencia me lo indicó”.

Investigan el origen

La Armada Nacional y la Justicia están cotejando estos objetos con denuncias que en algún momento se hayan hecho en comisarías de la zona para poder encontrar a los verdaderos dueños de los artículos. Luego, llamarán a un perito para tasarlos. Aseguran que se trata de artículos de miles de dólares.

La Policía no había encontrado hasta ayer a ningún dueño de estos artículos. Ante tanta incertidumbre, es muy difícil para los investigadores saber cómo fue que esa bolsa terminó en el río. De todas formas, fuentes consultadas por El País aseguran que “es probable” que esas joyas y esa cantidad de anillos estén allí producto de varios hurtos o rapiñas.

Para el pescador que encontró el botín, es claro: “Eso llegó a ese lugar por algún robo”.

En la tarde de ayer, el abogado del pescador recibió cuatro llamados de personas que supuestamente habían tenido robos de objetos similares a los que fueron hallados por el pescador deportivo. “Me han llamado de Paysandú, de Tacuarembó y de otros puntos del norte del país. Se han enterado de la noticia y pensaron que aquí estaba lo que les fue robado”, agregó Francisco Merino. Le dijeron que les fue robada una pulsera y otros artículos de valor. En todos los casos, contestó que no tiene acceso a los artículos debido a que son investigados por la Justicia.

Según pudo saber El País, a la sede de la Prefectura salteña acudieron curiosos y hasta gente interesada en comprar antigüedades para ver “este tesoro”, contó el abogado del pescador.

Merino dijo que una persona que colecciona este tipo de artículos acudió a su lugar de trabajo y le preguntó: “¿Qué quedó afuera? Se pensaba que el cliente se quedó con algo. Pero es absolutamente honesto y devolvió todas y cada una de las piezas que encontró en el río”, concluyó.

El pescador reclamará dinero por el hallazgo

El abogado del pescador, Francisco Merino, anunció a El País que luego de que se conozca el valor de lo encontrado en las aguas del Río Uruguay iniciará un proceso de reclamación de hallazgo.

Se trata de una figura jurídica que, asegura, está prevista en el artículo 722 del Código Civil.

“El tesoro encontrado en terreno ajeno se dividirá por partes iguales entre el dueño del terreno y la persona que haya hecho el descubrimiento. Sin embargo, esta última no tendrá derecho a su porción sino cuando el descubrimiento sea fortuito o cuando se haya buscado el tesoro con permiso del dueño del terreno”, señala el texto del artículo 721. En el 722, se agrega: “Lo dispuesto en el artículo anterior es igualmente aplicable a los tesoros que se descubran en sitios de propiedad nacional”.

Merino aseguró que este hecho fue “absolutamente fortuito” y ya ha habido casos anteriores que van a utilizar como argumento para obtener una recompensa por haber hallado todos estos objetos.

De todas formas, están estudiando la doctrina para poder realizar una demanda con la finalidad de lograr recompensas ya que es la primera vez que en el estudio han recibido un caso de estas características.

Este caso puede demorar varios meses, según le adelantó a Marcelo Díaz. No obstante, Merino espera que varios de estos objetos puedan ir a un remate, si es que nadie los reclama en la Policía como un objeto robado. “El resultado del remate es lo que podríamos cobrar en una parte”, comentó. (Fuente: El País)

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