Trató de no polemizar con el presidente boliviano por el obsequio de la hoz y el martillo; «No me ofendió», aclaró.
A BORDO DEL VUELO PAPAL.- Como no podía ser de otra manera, una de las preguntas al papa Francisco en el avión que lo regresaba a Italia tuvo que ver con el polémico crucifijo tallado en una hoz y un martillo que le regaló el presidente boliviano Evo Morales, cuya imagen dio la vuelta al mundo.
Como demostró en su momento su cara, el Papa confirmó que fue sorprendido por semejante crucifijo. Dijo que desconocía que lo había diseñado el padre jesuita Luis Espinal -asesinado por la dictatura boliviana en 1980, a quien homenajeó en su breve paso por La Paz. Dijo que catalogaba ese tipo de obras como «arte de protesta», aseguró que no se sintió ofendido y que se lo llevó a Roma.
– ¿Santidad, qué sintió cuando vio esa hoz y el martillo con el Cristo encima que le ofreció el presidente Morales? ¿Dónde está ese objeto ahora?
-Es curioso, yo no conocía esto y no sabía que el padre (Luis) Espinal era escultor y poeta encima, lo supe en estos días. Cuando lo vi para mi fue una sorpresa. Segundo, se puede calificar como el género del arte de protesta. Por ejemplo, en Buenos Aires, hace algunos años atrás fue exhibida una muestra de un escultor bueno, creativo, argentino que ahora está muerto. Era arte de protesta y yo recuerdo uno que era un Cristo Crucificado sobre un bombardero que iba bajando. Era una crítica del cristianismo aliado con el imperialismo que bombardea. Entonces primero yo no sabía nada, segundo yo lo calificaré como arte de protesta que, en algunos casos, puede ser ofensivo. Tercero: El padre Espinal fue asesinado en el año 80. Era un tiempo en el cual la teología de la liberación tenía muchas ramas. Una de esas ramas proponía el análisis marxista de la realidad. Padre Espinal pertenecía a esto, eso lo sabía porque en esos años yo era rector en la facultad de teología y se hablaba mucho de esto. Cuáles eran las diversas ramas y quienes. En el mismo años el general de la Compañía de Jesús mandó una carta a toda la compañía sobre el análisis marxista de la teología. Un poco frenando y diciendo: esto no va, son cosas diversas, no es justo, no van y cuatro años después, en el 84, la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó el primer documento pequeñito, una primer declaración sobre la Teología de la Liberación que crítica esto después vino el segundo que abrió las perspectivas más cristianas, estoy simplificando, ¿no? O sea, hagamos la hermenéutica en aquella época, aquí no. Espinal era un entusiasta de este análisis de la realidad marxista y también de la teología usando el marxismo. De esto vino esta obra que, también las poesías de Espinal eran de ese género, de protesta pero era su vida, era su pensamiento, era un hombre especial, con tanta genialidad humana y que luchaba, él tenía buena fe. Haciendo una hermenéutica como esta lo comprendo. Para mi no fue una ofensa, pero tuve que hacer esta hermenéutica y lo digo a ustedes para que no existan interpretaciones
-¿Dónde quedó la cruz?
-La traigo conmigo. El presidente Morales quiso darme dos condecoraciones, la más importante de Bolivia y la otra es la Orden del padre Espinal, un nuevo orden. Si yo me los llevo: bueno, primero, jamás recibí una condecoración, no me viene. Él lo hizo con buena voluntad y con el gusto de darme un gusto y pensé que esto viene del pueblo de Bolivia y recé para saber qué hacer con esto. Si me lo llevo al Vaticano irán a parar al Museo, terminará ahí y ninguno jamás las verá entonces pensé en dejárselo a la Virgen de Copacabana, la madre de Bolivia, y las dos condecoraciones que he recibido irán al santuario de Copacabana. En cambio el Cristo lo traigo conmigo. Gracias.