Los deportistas de elite están sintiendo la cuarentena. Y Daniel Dal Bó, el palista olímpico de Gualeguay, está sufriendo las consecuencias. Hace más de dos meses, y en pleno entrenamiento para los Panamericanos, lo sorprendió la cuarentena.
En charla con este medio, el deportista contó detalles de su confinamiento, que cumple en Gualeguay. “Yo sigo entrenando en mi casa porque al río no puedo ir. Tengo un simulador de kayac que me dio la Federación en un gimnasio un poco precario que me armé en casa”, cuenta. “Por supuesto que esto no es comparable al entrenamiento habitual. Sirve solamente para mantener el físico. Nosotros hacemos 3 turnos por día en el agua, dos a la mañana y uno a la tarde. Los otros días se armó un debate por una publicación en Facebook pidiendo que nos dejen entrenar y aclaro, porque algunos piensan que uno pide por pedir. Pero esto no es un hobby, es mucho más, es mi forma de vida. Como el que tiene un local y pide reabrirlo porque tiene que vender para comer. Yo si no entreno, no tengo resultados, si no tengo resultados no tengo beca ni apoyos económicos. Hay que saber separar la diferencia entre un deportista de alto rendimiento y otro que lo hace para sentirse bien o por salud. No está mal, hay que saber diferenciar las prioridades nada más”.
Dal Bó apuntó que “en el río no te cruzás con nadie, no tenés contacto con ningún otro deportista. No se hace en conjunto tampoco. Desde la Federación lo que se pide es una autorización para poder salir a entrenar y mantenernos en actividad porque cuando se retorne se harán los clasificatorios para los Juegos Olímpicos, los Mundiales, los Panamericanos. Es muy difícil estar tanto tiempo parado cuando en Europa ya están entrenando en la mayoría de los países. España, Italia, ya volvieron a entrenar y tuvieron miles de muertes. No quiero que me malinterpreten. Hay que respetar las medidas de seguridad y se ha manejado bien, pero no todas las situaciones son iguales”.
El palista remarcó que “yo no trabajo de otra cosa. No tengo un local ni nada. Hago esto porque me gusta y tengo la suerte de viajar y competir. Y puedo vivir de lo que me apasiona pero si no entreno no voy a poder vivir más de esto. Desde mi casa no voy a poder competir con otros deportistas. Va a ser muy desigual después de estar tres o cuatro meses parado. Cuando me pregunten por resultados, va a estar difícil”. Daniel estaba entrenando para los Panamericanos de Brasil que iban a hacerse en mayo y eran clasificatorios para Tokio. “Todo se pasó para el año que viene, desde abril. Pero nadie me va a preguntar cuánto estuve parado. Vamos a llegar con esa diferencia. No es un reclamo lo mío, simplemente es una opinión. No quiero provocar debates ni pido que levanten la cuarentena. Además si hay algún permiso está un protocolo para entrenar”.
Sobre la cuarentena enfatizó que “al principio uno lo lleva tranquilo pero después la cabeza empieza a trabajar. Sobre todo viendo otros países. El físico mal que mal lo podés entrenar y vas a perder capacidad y la sensación de remar, que es algo complicado. ¿Cuánto me lleva recupérame? Nunca, nunca paré más de 15 días, desde que empecé. Yo me operé de apendicitis y paré 10 días y volvió con los puntos puestos. Por tendinitis, o cuando me caí de la moto, pero nunca dejé de remar, hasta con la bota puesta. Un deportista de elite de canotaje no se puede dar el lujo de parar 2 meses”.
