Viajó en febrero con planes para volver en mayo. Pero apareció la pandemia y todavía no tiene perspectivas de vuelta. Rebecca “Beca” Finstein está en Israel. El’ad es una ciudad de unos 45.000 habitantes, creada hace 20 años y que está cerca del Aeropuerto Ben Gurión. Ubicada a unos 100 kilómetros de Jerusalem, desde allí nos cuenta cómo viven la pandemia del otro lado del mundo.
Hay 6 horas de diferencia con la Argentina. “Es una ciudad religiosa. Vine a visitar a mi familia, hijo, nuera y nietos y me tocó quedarme por la pandemia –cuenta-. Me anunciaron que me dejaron el pasaje abierto y que los vuelos podrían empezar en septiembre. Ahora podría ser en agosto pero a ciudades ‘verdes’ que no han tenido contagio. Nosotros estamos en ciudad roja…”.
En Israel la pandemia se ha vivido como en otros lados. “Primero hicieron cuarentena, se cerraron todos los negocios y sólo quedaron abiertas farmacias y supermercados y bancos. No había escuelas ni nada. Después de a poco fueron saliendo pero para los mayores seguía. Por supuesto que se debe andar con barbijo, que mucho no lo respetan sobre todo los jóvenes, lavarse las manos, etc. Y tomar distancia a dos metros. Ahora tenemos 32°, hace mucho calor entonces la gente ha ido a la playa. Decían que con el verano el virus se iba pero no, estamos en verano y ha habido rebrotes”.
Beca cuenta que “al principio no hubo tantos contagios, ahora ha aumentado, también los fallecidos. Dicen que son los mayores que tienen otras complicaciones. Tengo una amiga que le tocó estar en el hospital. Después la pasaron a un hotel. Y le dieron el alta porque no tiene más corona, y le dicen que está inmune. Pero me he enterado de casos que se han curado pero han vuelto a tener coronavirus. Las clases volvieron un mes, porque abrieron unas guarderías pero volvieron a cerrar porque hubo contagios. Ya estamos en las vacaciones de verano, aunque dicen que en septiembre van a intentar volver”.
Si bien hay gente que se resiste a la cuarentena no dejan de ser grupos minoritarios. ¿Si se habla de Argentina? “No escucho mucho. Hace poquito salió un avión de una compañía israelí con un grupo de personas que son los que van a carnear los animales para la carne “Kosher”. Los judíos comen esta carne porque se mata de manera diferente a los animales. Para que no sufran. Viajaron 90 personas de acá que se dedican a eso. Varios fueron al frigorífico de Oro Verde, en Entre Ríos. Para la Argentina es muy bueno por la economía”. Beca, pese a la distancia y a la diferencia horaria (6 horas) está al tanto de lo que pasa en Argentina y en Gualeguay. “Todos los días 13,30 de acá, 7 de la mañana de allá, pongo Radio Gualeguay, escucho la temperatura y enseguida le mandaba mensajes a Miriam, a mis nietos, abríguense antes de irse a trabajar y no se olviden del barbijo. Un poquito cargosa…(risas)”.
¿Cómo es la vida cotidiana en El’ad? “Es como allá salvo la parte religiosa. Kevin vive en Jerusalém. Pero Gerardo se levanta, hace la parte religiosa y se va a trabajar. Es analista de sistema. A la tarde vuelve. Susana y yo estamos en casa, salimos a caminar un rato. La gente hace vida normal prácticamente. Las cosas son re-caras para nosotros. Hasta dulce de leche hay. Son 19 séquel el kilo, que equivalen a 570 pesos argentinos. El medio kilo de yerba sale alrededor de 750 pesos. Es muy caro para nosotros. Y a ellos no les importa el dólar, que siempre está igual. Sólo les importa el séquel”.
Datos interesantes de la vida en Israel
El’ad tiene unos 45.000 habitantes. Son estrictos en los controles de la pandemia. “A los que deben quedarse en casa los llaman por teléfono, y se tienen que asomar a la ventana cuando pasa la policía. Las multas en caso de incumplimiento son muy elevadas y arrancan en los 500 séquel, que son alrededor de 15.000 pesos. Por no usar también te multan. Pero si pasan por tu casa y no estás te llevan preso directamente”.
-“Hace unos días había gente rezando en el templo. Como no entraban todos, algunos se habían quedado afuera. Pasó la policía, verificó que algunos no tenían el barbijo bien puesto, y les ordenó colocárselo bien. Son muy estrictos”.
-“Todos los carteles de señalización deben ser escritos en árabe, hebreo e inglés”.