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Denunció que «la anestesiaron y la violaron anal y vaginalmente en el quirófano»

La víctima, de 42 años, encontró hematomas en sus piernas y en la cola, y se despertó con un dolor «terrible» en la vagina, después de haber sido operada en ese nosocomio.

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Una mujer de 42 años vivió una secuencia propia de una película de terror en el Sanatorio Güemes, ubicado en Av. Córdoba 3933. Allí, denunció que fue abusada sexualmente por los profesionales que la atendieron mientras se encontraba inconsciente a causa de la anestesia que le habían administrado para someterla a una cirugía de urgencia: «No solo había abuso anal y vaginal, sino que había lesiones, cortes, como si hubieran utilizado elementos dentro de su vagina».

La que habla es la abogada Raquel Hermida Leyenda, quien, además de este caso, representa a otras dos víctimas – ambas mujeres, de 20 y 28 años- que también afirman haber sido abusadas en el nosocomio en octubre y en noviembre de 2020. «Ella salió de terapia intensiva, del quirófano, la llevaron directamente a su habitación. Pero cuando despertó, se encontró con que estaba llena de sangre, con hematomas en las piernas y en la cola, y con un dolor vaginal terrible», resaltó la letrada.

La mujer -cuya identidad no se da a conocer en esta nota a pedido de su abogada, debido a que la familia de la víctima todavía desconoce los hechos- tuvo que ser sometida a una operación de urgencia producto de un accidente: «Era una operación de la rodilla para abajo, pero apareció con el camisolín roto. De hecho, una enfermera les gritó a sus compañeros por tenerla semi desnuda en la camilla».

El hecho ocurrió el último jueves, 24 de junio. Al darse cuenta que sangraba y que tenía cortes en la zona genital, optó por llamar a su abogado desde la habitación del Sanatorio, en vez de pedirle ayuda a las enfermeras. «Ella, en vez de llamar a la enfermera, llamó a su abogado, le contó lo que le sucedía y le dijo que se sentía como si la hubieran ‘violado´ y que no paraba de sangrar», contó Hermida Leyenda.

Por consejo de su abogado, la víctima llamó al 911 y en cuestión de minutos, varios efectivos se hicieron presente en el lugar: «Le pusieron custodia y con los médicos legistas certificaron que no solo había abuso anal y vaginal, sino que había lesiones de índole cortopunzante, como si hubieran utilizado elementos dentro de la vagina. Ella se comunicó con la Defensoría de Género de Ezeiza y cuando certifican el abuso, le sacaron fotos y se le dio conocimiento a la Fiscalía».

La denuncia quedó radicada en la Comisaría 14A, la causa quedó en manos del Juzgado Criminal y Correccional Número 19 a cargo de Diego Slopski y por estas horas, la mujer se encuentra en la habitación del Sanatorio -custodiada por la Policía Federal- ratificando su denuncia ante la fiscal Laura Di Pace. «La fiscal tuvo que ordenar que no le den el alta porque desde el Sanatorio la querían mandar a su casa cuando llegó la Policía», resaltó la abogada.

Tal y como ocurrió en el caso anterior, por órdenes de la Fiscalía fueron secuestradas las imágenes de la cámara de seguridad. «¡Ellos adulteran las cámaras de Seguridad!», denuncia Hermida Leyenda y agrega: «Los médicos evidentemente no deben tener nada que ver porque las especialidades de los cirujanos, en cada uno de los casos, son distintas. Lo único que tienen en común es que los médicos se van inmediatamente después de practicar la cirugía».

La abogada sospecha de los anestesistas que actúan en las operaciones dentro del Sanatorio y lógicamente del camillero, que fue detenido ese mismo jueves acusado de «abuso sexual doblemente agravado». «El camillero tiene varias denuncias de esta índole en su contra y mi pregunta es… ¿por qué lo dejan trabajando con varias acusaciones de abuso sexual en su lomo? Al llamar de forma inmediata, la Policía lo encontró trabajando y lo detuvo», explicó.

Con respecto a la salud de la víctima, Hermida Leyenda detalló que el elemento que utilizaron para «abusar» de ella provocó muchos cortes y que perdiera mucha sangre. «Está muy mal. No se puede ni sentar del daño que le hicieron. Le tuvieron que hacer transfusiones de sangre y es una mujer que apenas pudo dormir porque le pusieron un custodio policial. Con cada médico que viene, ella tiembla», contó.

Y agregó: «El corte vaginal merece tener una medicación importante que ella, por obvias razones, no puede ir a comprar. En el Güemes se la recetaron y no se la dieron».

En diciembre del año pasado, se había dado a conocer el caso de Noelia -de 28 años, casada, madre de una nena y trabajadora esencial- que se acercó para someterse a una colecistectomía laparoscópica de urgencia a causa de cálculos biliares que la tenían mal traer.

Pero lo que se presentaba como una cirugía de rutina se transformó en una dura pesadilla: denunció fue drogada, golpeada y abusada sexualmente en uno de los quirófanos del nosocomio. La causa quedó en manos de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 23, pero Hermida Leyenda denuncia que el fiscal Marcelo Retes tiene el caso «parado» por su propia «conveniencia». «Voy a intentar juntar las causas», aclara.

Y concluye: Tiene todo parado. Pedí el año pasado una restricción perimetral y me contestó a los seis meses. Un fiscal de investigación no puede estar haciendo home office porque es el que debe hacer los allanamientos». Cabe recordar que, en el caso de Noelia, el hospital Ramos Mejía comprobó la existencia del «abuso sexual» y que el Güemes fue acusado por la defensa de la víctima de aportar «pruebas erróneas y ocultar otras».

Fuente: BigBangNews

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