ARSAT dejaría quieto el precio de la banda ancha. Las proveedoras de internet buscan previsibilidad para mantener el negocio
Aunque no hay explícitamente un pacto de caballeros involucrado, hay negociaciones para mantener el precio de la banda ancha quieta hasta al menos fin de año. ARSAT mantendrá el costo del mega de internet en un valor apenas por encima del piso de la banda de flotación del dólar hasta enero del año próximo. El objetivo es que los abonos de banda ancha, que ya tuvieron aumentos al ritmo la inflación de los primeros tres meses del año, se mantengan quietos.
«Desde ARSAT acompañamos en el compromiso de mantener el dólar quieto, tal como lo hacen los demás», se limitó a decir a iProfesional una alta fuente de la compañía estatal. Esto significa que el valor del mega se mantendrá quieto desde la empresa estatal hasta enero del año próximo, según indicó la fuente consultada.
¿En qué valor? Apenas por encima del piso de la banda de flotación reformulada la semana pasada, es decir, arriba de los $39,75 y bien lejos de su techo, establecido en $51,45 por el Banco Central de la República Argentina (BCRA).
Esta medida tendría impacto en el mercado de la banda ancha que, según de qué operador se trate, experimentó aumentos en los primeros meses del año, en algunos casos del orden del 15%, justamente siguiendo el ritmo de la inflación y la devaluación.
De modo que la acción de ARSAT tendría impacto en el mercado general de banda ancha. Puesto que el insumo de este servicio, el mega, cotiza en dólares.
Los proveedores de internet compran el mb en el mercado mayorista donde la empresa estatal es uno de los jugadores, pues provee de ese insumo especialmente a los proveedores de internet provinciales, aunque también a varios de los principales carriers, es decir, las empresas más grandes de telecomunicaciones que o tienen negocio mayorista –Claro, Telecom, Telefónica- o sólo se dedican a ese mercado, como Silica y Century Link. De ahí el rol que cumple en el mercado.
En el país hay más de 7,32 millones de hogares que acceden al servicio de banda ancha. Esto equivale a una penetración de 61%, según los datos del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) a diciembre de 2018.
Entre enero y marzo de este año, los abonos de banda ancha sufrieron aumentos que, en promedio, rondaron el 15%, de acuerdo a lo relevado por iProfesional entre las distintas empresas consultadas. No obstante hubo compañías que no tocaron esos precios, como Claro, que encara la política de precios más agresiva del sector, en un comportamiento idéntico que ejerce en la región.
De modo que el pacto de caballeros celebrado con los tres operadores de telefonía móvil para no tocar los precios de este servicio en su modalidad prepaga hasta mediados de septiembre, y que alcanzará a unos 35 millones de líneas, se replicará, aunque con otras características, en el de banda ancha. Y con la expectativa de que se extienda hasta enero del 2020.
El valor quieto del dólar para el mercado de banda ancha será tanto para el mega por tránsito IP (es decir, el tráfico que se genera en las redes de internet), como para el transporte, es decir, la distancia que recorre esa información, y que varía de acuerdo a un esquema de kilometraje.
El costo de este insumo, el mega mayorista, estaba siendo objeto de preocupación y discusión entre los proveedores de internet por cuanto, hasta ahora, se estuvo acompañando la suba con aumentos en los abonos. Aunque todos son conscientes de que hay un momento en que los consumidores no pueden seguir sosteniendo aumentos. Y ante la eventual pérdida de un cliente prefieren buscar otras alternativas.
«El punto es tener previsibilidad hacia fin de año. Las tarifas de banda ancha se fueron actualizando al dólar a fin de llevarlas a un valor del mercado. En estos últimos tres meses algunos proveedores de internet lograron equipararse y otros aún están por debajo. Lo que no queremos es que haya un salto de parte de los carriers en el costo del mb», explicaron desde la comisión de ISP de la Cámara de Empresas de Internet (CABASE).
Hasta ahora, la administración nacional vía ARSAT venía bajando el precio en dólares. En marzo 2018 decidió llevar el mb mayorista de u$s18 a u$s14, y en noviembre pasado volvió a reducir el valor hasta los u$s10, aún cuando para ese entonces la devaluación había llevado el valor del dólar al doble.
En todos los casos se hizo con el objetivo de que los proveedores de internet pudieran actualizar la velocidad de sus redes sin tener que trasladar el aumento del costo a los consumidores. Situación que también se ha visto obstaculizada por cuanto esas subas han tenido un traslado, especialmente en los momentos en que la divisa pega saltos grandes. La prueba de ello es lo manifestado por las compañías que señalaron que, aún así, en los primeros tres meses del año hubo incrementos en los abonos.
Esto ocurre, además, en un contexto en donde el Gobierno quiere que crezcan la penetración de servicios de banda ancha mediante la tecnología de fibra óptica, que hoy representa sólo el 3% del mercado, por cuanto resulta la más eficiente para impulsar la convergencia de las telecomunicaciones. Además de la que puede impactar con mejores niveles de inversión, en infraestructura. Esas inversiones que desde hace más de tres años se hacen desear.
El Gobierno nacional pretende que, a finales de este año, el 93% de la población esté alcanzado por los servicios 4G. Hasta finales de 2018 ese nivel había llegado al 53%. Aspira a alcanzar esa amplia cobertura también a través de una especie de pacto de caballeros.
Pero para lograr esa mayor capacidad de servicio se requiere no sólo la instalación de nuevas antenas –objetivo que sigue siendo uno de los desafíos más altos del sector de las últimas dos décadas- sino también la conexión entre ellas mediante redes de fibra óptica.
Al despliegue de infraestructura 4G se suma el de redes de fibra óptica para el hogar, tarea en la que las pequeñas empresas están haciendo esfuerzos para actualizar esa tecnología, como estrategia de defensa frente a un panorama de mercado cada vez más concentrado. Y donde los que tienen mejor espalda financiera obtienen mejores condiciones de negocios.
Se trata de esfuerzos importantes por cuanto los agresivos cambios que la Argentina experimenta desde un año a esta parte obligó a los distintos actores del sector a frenar acciones hasta que aclarara.
Las negociaciones que por estos días impulsan los distintos proveedores de internetse enmarcan en este escenario. El Gobierno parece haber tomado el guante que les fuera planteado en sucesivas oportunidades, y el resultado es el descripto: el mb de ARSAT se mantiene en el mismo valor en dólares pero a una cotización que está por debajo de la diaria. En una nueva versión de un pacto de caballeros.
Fuente: iProfesional