Con el tercer incremento del año, la suba en los primeros nueve meses del año totalizará 38,9%. La mejora alcanza también a pensiones y asignaciones familiares, con excepción de la AUH. En total beneficia a 14 millones de personas.
En los últimos 12 meses a abril, las jubilaciones y demás prestaciones tuvieron un incremento de 35,9% frente a una inflación del 55,8%. Una pérdida de 19,9 puntos o del 12,8%. Por ejemplo, el haber mínimo que cobra casi la mitad de los beneficiarios en un año subió de $ 7.660 a $ 10.410, publica el diario Clarín.
Con relación a septiembre de 2017, con el cambio de fórmula, – cuando la promesa oficial decía que las prestaciones sociales mejorarían en términos reales entre 3 y 4 % en el primer año–la pérdida es mayor, de 37,5 puntos lo que representa una pérdida frente a la inflación del 20,7%. Una pérdida levemente mayor a la que sufrieron los asalariados en general.
Esto significa que si la jubilación mínima se hubiera ajustado por la inflación ahora debería ser de $ 13.129 en lugar de $ 10.410: una diferencia en menos de $ 2.719. Así se calcula que la pérdida acumulada actualizada desde el cambio de fórmula para los haberes mínimos suma unos $ 30.000 por jubilado.
A abril, la inflación sumó el 15,6%. Ahora, dependerá de la inflación de aquí a noviembre para saber la evolución reales de los haberes en el curso de 2019.
Según ANSeS, la «movilidad» engloba a más de 17,8 millones de personas:, 6,9 millones son jubilaciones y pensiones, 1,7 millón de Pensiones No Contributivas y Pensiones Universales para el Adulto Mayor y alrededor de 9,2 millones de asignaciones por hijo ( salario familiar y AUH).