Chile en alerta amarilla por el volcán Láscar: El noroeste argentino en vilo

El macizo comenzó a emitir ceniza, la que ha llegado a una altura de 2.500 metros, por lo que se encuentra en permanente monitoreo. En erupciones anteriores afectó a varias provincias del noroeste argentino

chile

El Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) informó esta mañana de un aumento en la actividad del volcán Láscar, ubicado en la comuna de San Pedro de Atacama, en la Región de Antofagasta, por lo que decidió aumentar el nivel de alerta técnica a amarillo.
Según explica el organismo especializado, el organismo detectó que «a través de la cámara web se ha observado una emisión de ceniza que presenta una altura de 2.500 metros, dirigiéndose hacia el costado NE del edificio volcánico, la señal sísmica que acompañó el proceso en superficie presenta un desplazamiento reducido de 1 cm2 valor considerado moderado a bajo».

Al respecto, el subdirector de Geología del Sernageomin, Mario Pereira, dijo a canal 24 Horas que «en este minuto, el nivel de actividad es mayor a lo normal. San Pedro está a 50 kilómetros. El pueblo más cercano está a 27-28 kilómetros del cráter. Todavía no podemos decir que haya riesgo para la población o animales».
El Sernageomin agrega que se «continúa con especial atención la vigilancia en línea» del volcán y que se informará de eventuales cambios en la actividad del macizo.

En las provincias del noroeste argentino que limitan con Chile hay volcanes en todos los estados conocidos y que se identifican como extinguidos, apagados, dormidos o activos.
Otros están latentes y pueden entrar en erupción en cualquier momento. Entre ellos se destaca el Láscar (5592 m), ya en territorio chileno y no muy lejos del famoso paso de Huaytiquina.
El volcán Lascar, que se encuentra en Chile a poco más de 350 kilómetros de Salta y además de afectar a esa provincia, también incluyó a Santiago del Estero y Jujuy.

El 16 de Septiembre de 1986 despertó súbitamente arrojando cenizas que cayeron sobre Salta al mediodía. Siete años después, volvió a rugir con toda la fuerza. Fue entre el 18 y el 20 de abril de 1993, donde volvió a lanzar a la atmósfera gigantescos chorros de ceniza que cubrieron con una delgada película grisácea gran parte del noroeste. La erupción generó una columna que ascendió entre 5 y 23 km de altura. El colapso de la columna eruptiva dio lugar a flujos piroclásticos que bajaron especialmente hacia el salar de Atacama. Sabemos que por su naturaleza un volcán es impredecible.

Fuente: Elonce.com

Comentarios