“Nosotros podemos hacer aportes, pero el que lo está escribiendo es él”. Mientras los primeros focos de la protesta contra el gobierno ya se hacían sentir en distintos puntos del país, Alberto Fernández avanzaba este sábado en el discurso que pronunciará el lunes en el Congreso, cuando se presente por segunda vez para disponer la apertura de sesiones ordinarias. Los desafíos en materia económica que afrontará su gobierno, un duro análisis del funcionamiento de la Justicia y mensajes para la oposición a horas de la manifestación por el vacunatorio VIP forman parte a priori del texto que pule el jefe de Estado.
Más allá de las restricciones físicas que por protocolo sanitario se plantearon en el recinto de la Cámara de Diputados, donde no habrá invitados especiales y apenas se sentarán 90 legisladores, no será un escenario cómodo para Fernández. A diferencia de lo que ocurrió en 2020, cuando se presentó en plena luna de miel, ahora el gobierno atraviesa su peor crisis política, en parte por las groseras falencias en el monitoreo del plan de vacunación.
Pero el Presidente está decidido a dar vuelta la página y, según confiaron altas fuentes oficiales a Clarín, tratará de dar “un golpe de efecto” para cambiar la agenda con una fuerte defensa de su gestión y el anuncio de cerca de 10 iniciativas importantes que impulsará durante el período ordinario.
A pesar de que en la preselección de los temas colaboraron el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el secretario general, Julio Vitobello; el vocero presidencial Juan Pablo Biondi; y los asesores Alejandro Grimson y Ricardo Forster, tras su regreso de México el propio Fernández se puso a trazar el discurso que “no demandará mucho más de una hora”.
Si bien un funcionario que le sigue los pasos al jefe de Estado exageró al señalar que el texto es “ultrasecreto”, el capítulo económico será central. No sólo hará un repaso por las medidas que se adoptaron ante la emergencia sanitaria y resaltará la decisión del mínimo no imponible de Ganancias: el viernes, junto al ministro de Economía, Martín Guzmán, el mandatario trabajó en la Quinta de Olivos en otras iniciativas para anunciar. Hay quienes afirman que llegó el momento de la tantas veces pensada –y postergada- reforma tributaria con eje puesto en sectores medios. Pero habría más. Tampoco faltará una fuerte mención a la herencia dejada por Mauricio Macri.
El control de la inflación será un apartado especial. Es, al cabo, una de los temas que más inquietan a Alberto Fernández, que revalidará su intención de alcanzar un acuerdo de precios y salarios, y la propuesta de trabajar entre todos los sectores en la cadena de valor, pero con la advertencia de que será “implacable” con quienes dispongan aumentos injustificados.
Por otro lado, con los jueces de la Corte Suprema presentes de forma virtual (¿Se conectarán todos?), la Justicia será otro de los ejes, pero su alcance todavía es una incógnita. Por caso, no hay unanimidad respecto a que anuncie el envío del proyecto de tribunal intermedio que le sugirió la “Comisión Beraldi”. Hay quienes en su entorno le sugirieron que no era momento de abrir otro frente de conflicto, pero la influencia de la vicepresidenta puede torcer la balanza.
Sí, en cambio, tras el último cruce que protagonizó esta semana, cuando instó a jueces y fiscales a terminar “con la payasada” de investigar el vacunagate, Fernández reavivará su pedido, en este caso a los diputados, de convertir en ley la reforma del fuero federal para licuar el poder de Comodoro Py. A los senadores, en tanto, les recordará la importancia de que designen al nuevo procurador General.
A dos meses de la aprobación de la legalización del aborto, el presidente le dará espacio a la agenda de género y comprometerá a su gestión y a los gobernadores (también estarán de forma remota) a trabajar para dar respuestas ante la violencia contra las mujeres.
Asimismo, en las alusiones a la oposición habrá una distinción a quienes contribuyeron en el trabajo parlamentario y a la gestión sanitaria, y las críticas a los sectores más radicalizados. “Está enojado con la oposición y con los medios. Y tiene razón. Nos están pegando desde todos lados cuando se reaccionó rápido. La convocatoria a la marcha fue demasiado”, reprochan desde el entorno presidencial.
Precisamente, en las últimas horas definirá si habla del vacunagate: el presidente está convencido de que no hubo delito, pero al mismo tiempo ya fue advertido por distintos sondeos de que el escándalo impacta de lleno en un sector independiente que votó por el Frente de Todos y, en consecuencia, de que no le conviene reflotarlo.