El hecho ocurrió en una localidad cordobesa, cuando las estudiantes de quinto año revisaban donaciones de libros. “Nunca vimos esa cantidad de dinero. Fue algo increíble”, dijeron y acotaron que el dueño les agradeció mucho el gesto.
Todos los años, el Instituto Miguel Cané, de la localidad cordobesa de Tránsito (Departamento San Justo) realiza una campaña de papel.
En ese marco, parte del alumnado recibe donaciones de libros y cuadernos de los vecinos.
Una vez receptadas esas donaciones, los alumnos comienzan a ver qué sirve y qué no de ese material. En ese marco, cuatro alumnas de quinto año se llevaron una sorpresa cuando abrieron un libro que llegó en uno de los bolsones.
Cuando se disponían a recuperar la tapa del libro se encontraron con un fajo de dólares. “Nunca vimos esa cantidad de dinero. Fue algo increíble”, contaron este martes Clara, Jazmín, Felicitas y Ludmila, que están en el quinto año del IPE Miguel Cané. Se trata de un colegio que cuenta con la Cooperativa Eco Cané a través de la cual realizan acciones en favor del ambiente.
En medio de esa campaña, las alumnas fueron convocadas a desarmar cuadernos que habían sido donados. Entre tantos libros que había en ese bolsón encontraron uno que en su interior tenía 5.000 dólares.
“En el momento nos miramos y nos quedamos como diciendo ‘¿qué hacemos?’”, expresó una de las protagonistas. Sabían de quién eran porque los bolsones venían de un mismo lugar y porque el libro llevaba el nombre del dueño.
“No nos íbamos a quedar con algo que no era nuestro”, aclaró otra de las alumnas, que aún sigue sin creer lo que vio. Las estudiantes les avisaron a las profesoras, que “pudieron manejar la situación muy bien” y ese mismo día le devolvieron el dinero al propietario.
Según contaron, el dueño de los casi 5 millones de pesos les agradeció por el gesto y como recompensa les regaló una cena. El hombre les dijo que “no se dio cuenta” y que eran ahorros que “tenía guardado”.
Las familias de las chicas “se pusieron muy felices” por este accionar. Y las alumnas destacaron que en ningún momento tuvieron la “intención de guardar y dividirse la plata” porque gracias a los valores que les inculcaron en sus hogares no dudaron en devolver los dólares.
“Gracias a ellos tomamos esa decisión, porque si no nos hubieran formado de esa manera, capaz hubiera sido otra persona y se la repartía y se lavaba las manos”, reflexionaron orgullosas. (El Doce)
