La Secretaría de Trabajo retomará su papel de intermediaria entre sindicatos y empresarios, luego de las marcadas diferencias que se evidenciaron en la última reunión del Consejo del Salario, celebrada este jueves.
El Gobierno nacional deberá resolver por decreto el nuevo valor del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM), actualmente fijado en $271.571 desde octubre de este año.
Posturas enfrentadas
En el encuentro, la Confederación General del Trabajo (CGT) propuso elevar el salario mínimo a $572.000 en diciembre, una solicitud respaldada por las dos representaciones de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA). Este nivel de consenso sindical no se había registrado durante la gestión del presidente Javier Milei.
Por su parte, las cámaras empresariales, lideradas por la Unión Industrial Argentina (UIA), presentaron una contrapropuesta significativamente menor. Propusieron un salario de $278.000 para diciembre, con incrementos escalonados: $284.000 en enero, $290.000 en febrero y $295.000 en marzo de 2025.
Ante la falta de acuerdo, la Secretaría de Trabajo, encabezada por Julio Cordero, será la encargada de determinar el nuevo monto mediante un decreto. Esta metodología ha sido la norma durante todo el año, con el último ajuste establecido en julio: un incremento del 15,9% en cuatro meses que fijó el salario vigente en $271.571, consignó Ámbito Financiero.
Pérdida del poder adquisitivo
Durante 2024, el salario mínimo acumuló un incremento nominal del 74,08%. Sin embargo, este porcentaje quedó muy por debajo de la inflación acumulada, que alcanzó el 107% en el mismo periodo. Según un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, el SMVM sufrió una pérdida interanual del 28% hasta noviembre de este año.
El estudio, titulado Panorama del empleo asalariado formal y de las remuneraciones, atribuye esta caída a la aceleración inflacionaria, que tuvo su pico del 25,5% en diciembre tras la devaluación, y al aumento de las tarifas. La retracción comenzó en diciembre de 2023, cuando el SMVM cayó un 15%, y se profundizó en enero con una merma del 17%.
Aunque hubo una leve estabilidad en los meses siguientes, los ajustes nominales lograron apenas acompañar la inflación, sin evitar nuevas caídas significativas. En junio se registró una contracción del 4,4%, seguida de una leve recuperación en julio (4,3%), pero los descensos continuaron en los meses posteriores.
El salario mínimo actual se encuentra en un nivel inferior al registrado en 2001, previo a la crisis de la convertibilidad, y representa una pérdida de casi el 60% respecto al valor máximo alcanzado en septiembre de 2011. La tendencia decreciente de los últimos años, sumada a la fuerte contracción de 2024, refleja un deterioro histórico del poder adquisitivo de los trabajadores más vulnerables.
Con este panorama, el nuevo decreto gubernamental será clave para determinar si el salario mínimo logra recuperar parte de su poder adquisitivo perdido o si seguirá en una senda de deterioro frente a una inflación persistente y salarios que no logran acompañar el costo de vida