Dos maestras del jardín Tribilín condenadas por maltratos fueron beneficiadas con la prisión domiciliaria

El Tribunal Oral Criminal 4 de San Isidro dispuso que Mariana Buchniv y Gisela Diap vuelvan a sus casas con tobillera electrónica.jardin-tribilin-770
Dos de las cinco maestras condenadas por maltratar y amenazar a nenes del jardín de infantes Tribilín hace un mes y medio continuarán con el castigo en sus casas. La Justicia resolvió este lunes la morigeración de la pena y dictó la prisión domiciliaria para Mariana Buchniv y Gisela Diap.

La defensa de las cinco mujeres había pedido este beneficio para todas pero el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 4 de San Isidro sólo lo aceptó en estos casos. Para Buchniv, condenada a cinco años y seis meses de prisión, por padecimientos psiquiátricos y porque no le administraban la medicación necesaria en el penal, y para Diap, cuya pena fue de cuatro años y seis meses, porque su castigo es el más bajo.

Además, ninguna de estas dos docentes aparece en el audio de cinco horas que sirvió como prueba clave para las condenas, registrado en el verano de 2013, por idea del papá de una nena alumna de este jardín de infantes ubicado en Beccar, San Isidro.
El Tribunal resolvió que Buchniv y Diap deberán estar en sus casas, ubicadas en las localidades de Pilar y Garín, respectivamente, con tobilleras electrónicas. El abogado de las familias querellantes, Sergio Arenas, aclaró no obstante que la morigeración no queda firme hasta tanto se defina si se apelará.

Las maestras fueron condenadas en primera instancia el pasado 18 de octubre (aunque las penas se conocieron el 5 de noviembre). Noemí Núñez, directora de Tribilín, recibió una pena de siete años y siete meses de prisión; Yanina Gogonza, siete años; Noelia Gallardo, seis años y tres meses, además de Mariana Buchniv y Gisela Diap. Todas fueron encontradas culpables de los delitos de «abandono de persona, amenazas y lesiones» contra al menos 40 niñas y niños.

«¿Podés sacar el cuaderno en vez de ponerte a boludear? Dejá de gritar, callate. ¿Querés ir a la pileta?», es una de las frases que se escuchan con llantos de fondo en el audio. La pileta era una de las formas de castigo. Una de las madres que denunció los maltratos contó luego de la sentencia que su hija, que ahora tiene seis años, todavía no quiere bañarse sola en la ducha porque no tolera el agua en la cabeza.

Los alumnos sufrían tormentos a toda hora, incluso en el momento de comer. «Comé vos. Abrí la boquita. Guay que vomites», se escucha en la grabación que una maestra le grita a una nena, o ataques como: «Decime por qué vomitaste. ¿Por qué vomitaste, pendeja de mierda? Por tu bien que hayas tragado, mogólica».

Comentarios