Las yarará son animales peligrosos. Se encuentra principalmente en países como Argentina, Uruguay, Brasil, Bolivia y Paraguay. Es conocida popularmente como la víbora de la cruz y se caracteriza por ser potencialmente venenosa.
La yarará, como todas las culebras, puede realizar movimientos bruscos y rápidos por su estructura larga y vertebrada. Aunque pueda parecer torpe, pues carece de buena visión y oído, es capaz de percibir la presencia de otros seres vivos gracias a la activación de sus otros sentidos. La vibración hace que se active y se aliste para el ataque. Sale con mayor frecuencia por las noches, cuando aprovecha para cazar a sus presas.
Días atrás, el propietario de uno de los campos de la zona del Salto de Méndez, río Gualeguaychú arriba, se encontró en su camino con una yarará de más de dos metros de largo y un diámetro que llegaba a los 20 centímetros en la parte más gruesa del animal. Un tamaño extraordinario para las víboras de esta especie que se suelen encontrar en la zona.
Quienes saben del tema, dicen que, por las características del animal, debe haber tenido varios años y celebran que no haya atacado a nadie. Fuente eldiaonline.com