Fue confirmado por un asambleísta y aseguró que Gilda Bilinsky, encargada de llevar la misiva había emprendido el regreso a Gualeguaychú. En la carta piden por la protección y cuidado del Río Uruguay, Río de la Plata y toda la región.
El objetivo fue cumplido: la carta llegó a manos del Papa Francisco en Asunción de Paraguay. La ambientalista Gilda Bilinsky de Veronesi fue la encargada de viajar a Paraguay junto a la Asamblea Ambiental de Formosa. Participó de la multitudinaria misa de despedida de Francisco.
En las líneas entregadas, la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú expresó: «Santo Padre Papa Francisco, lo saludamos en nombre de la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú, a través de la cual nos unimos con todos los que desean defender la Vida y el Ambiente en este rincón del planeta en que nos toca vivir.
Le expresamos nuestro agradecimiento y nuestra alegría por tenerlo unos días en nuestro querido suelo Americano.
En oportunidades anteriores (Monseñor Jorge Lozano, mediante) le enviamos por carta, nuestra preocupación por el atropello de empresas contaminantes que se instalan aquí, y en particular por lo que nos afecta la empresa Botnia ? U.P.M.
En aquellos momentos le pedíamos su expresión de apoyo y su consejo sobre esta cuestión. Hoy recibimos con inmensa satisfacción y agradecimiento la Encíclica «Laudato si» que tan sabiamente ilumina muchas cuestiones que nos preocupan a todos. Apreciaremos su bendición y, de ser posible, unas palabras de aliento para esta comunidad que seguirá luchando junto a Usted en defensa de una Vida Digna».
Una pastera ilegal
También se adjuntaron párrafos de cartas escritas años anteriores. En una nota escrita el 15 de julio de 2013, los ambientalistas manifestaron: «Con la alegría y esperanza que nos da nuestra Fe, alentados por los gestos que día a día Su Santidad nos marca como el camino indicado, nos animamos a mostrarle nuestra angustia y desesperación por la situación que padecemos.
Pertenecemos a la comunidad de Gualeguaychú, ribera oeste del Río Uruguay, frente a la vecina ciudad de Fray Bentos de la República Oriental del Uruguay.
Esta región de aproximadamente trescientos mil habitantes, nos muestra claramente, el regalo de la creación con la que el Señor nos bendijo.
Vivíamos disfrutándola, cuidándola, como hermanos felices, hasta que la ambición de los poderes económicos de países del Norte, y la necesaria complicidad de funcionarios responsables de evitarlo, permitieron la instalación ILEGAL de la monstruosa mega pastera de celulosa BOTNIA, hoy UPM. (1.200.000 toneladas de producción anual, el doble de la mayor planta de Finlandia).
A diferencia de lamentables tragedias imprevisibles que sólo permiten llorar sus víctimas, nosotros gritamos mucho antes del primer paso de la instalación, nos movilizamos por miles y miles, marchando al puente que era la unión. En paz, en familia, siempre acompañados por nuestro Obispo y los representantes de todos los credos que cobijan espiritualmente a nuestra comunidad, repetimos nuestro reclamo por más de nueve años.
El poder del dinero permitió la concreción del proyecto y su nefasto funcionamiento.
Atravesamos etapas muy variadas: con fuerte presencia mediática y gran apoyo estatal, a través del gobierno, luego el «encapsulamiento», ahora la desinformación, el acostumbramiento y el silencio cómplice.
En Fray Bentos días en que el aire se torna irrespirables y el pueblo sigue en voz baja. Días infernales en este julio 2013: ya no vinieron medios periodísticos, o alguien con voz potente que ayude a un pueblo golpeado.
Lo anunciado por organizaciones mundiales de salud se va haciendo realidad, tristemente en los más débiles, los que estaban por nacer.
Las autoridades de Salud del Departamento Río Negro, pusieron de manifiesto el incremento de la mortalidad fetal en Fray Bentos que pasó de 1 a 2 casos por año a la escalofriante cifra de 5 casos en dos meses ¿A qué se debe?
Lamentables consecuencias para el agua dulce, 180 millones de litros diarios, usada y contaminada, y devuelta al Río Uruguay a 37º, encontrándose con el agua natural de nuestro río a 10º.
Suelos agotados y destruidos por inmensas plantaciones tratadas con agrotóxicos y el aire envenenado con gases tóxicos y olor insoportable de las emisiones atmosféricas. La mentira de fuentes de trabajos, la destrucción del tejido social con la miseria y la prostitución fueron inevitables».