La UTI del Hospital San Antonio está en crisis. La falta de personal médico se agravó en las últimas semanas a punto tal que, en un par de circunstancias, debieron derivar pacientes a otros lugares de la provincia. Una fuente del nosocomio definió a este medio la situación como ‘desesperante’ y no descartó un cierre definitivo si la crisis se extiende.
La explosiva situación de la Terapia Intensiva del Hospital San Antonio de Gualeguay estalló el fin de semana pasado cuando dos días se quedó sin médicos terapistas. Al cierre de esta edición, trascendió que habrían conseguido un profesional para hacer una guardia de 36 horas, pero sin abarcar todo este fin de semana.
A la histórica carencia de profesionales se sumó en los últimos días una indisposición cardíaca que sufrió su jefe, el Dr. Marcelo Osman a quien le ordenaron ‘bajar los decibeles’ porque venía realizando hasta 2 guardias por semana. El propio médico siguió yendo para cubrir algunas urgencias, incluso hasta la madrugada de ayer que fue convocado de urgencia.
En 6 meses la UTI sufrió la pérdida de 3 profesionales. Incluso la mayoría de los que cumplían tareas no eran oriundos de Gualeguay, con lo que profundizaba aún más la problemática. En diciembre, todos recuerdan, a poco de hacerse cargo de la intendencia Verónica Berisso, fue recibida por el propio gobernador Gustavo Bordet. A él le entregó en mano una carta del jefe de la UTI de Gualeguay donde se describía el panorama de falta de médicos, enfermeras y hasta kinesiólogos, entre otros especialistas. Pero pasó el tiempo y las soluciones nunca aparecieron.
En plena pandemia fueron varios los profesionales que por propia voluntad y en su afán de colaborar se acercaron. Pero todo tiene un límite. Hace dos semanas los médicos de la guardia también levantaron la voz ante los pobres salarios que perciben y la exigencia del trabajo. Sin contar el eterno reclamo de enfermería y personal contratado que parece no estar en el radar de las autoridades.
La UTI de Gualeguay es considerada una unidad modelo en la provincia. Por la calidad de sus componentes, capacidad de trabajo y apoyo que recibe por parte de la comunidad en general, y especialmente de la Cooperadora del Hospital. Pero las palabras no alcanzan para pagar sueldos o contratar médicos. Tampoco las promesas que ya no cree nadie.
Gualeguay, a diferencia de Gualeguaychú por ejemplo, tiene una sola terapia. La vecina localidad tiene 4. ¿Se puede cerrar tan livianamente? ¿Puede un alto funcionario decir que la cierren y listo? ¿Se puede dejar una ciudad de 50.000 habitantes a la deriva de la alta complejidad?
“La verdad que estamos hartos. Hace un año que empezó la pandemia y nunca paramos de trabajar. Cobramos poco y mal y te viven mintiendo porque las soluciones nunca aparecen. Es lamentable”, se sinceró uno de los profesionales del nosocomio pidiendo anonimato. Lo cierto es que la que hoy está en terapia intensiva es la Terapia Intensiva de Gualeguay.