Afirman que hay menos dureza que la esperada, al menos en la concreción de las metas comprometidas para este año. Habría aceptación desde el organismo sobre las reales posibilidades del Gobierno de cumplir con la meta de déficit primario.
Los tres principales técnicos negociadores del país ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), volvieron el fin de semana al país y trajeron noticias alentadoras. Las discusiones con el organismo van rápido, al punto que, probablemente entre el viernes de esta semana y el comienzo de la próxima viaje a Washington Nicolás Dujovne. Si esto ocurre, afirmaban en Buenos Aires, querrá decir que los puntos de acuerdo son más que los desencuentros y que la presencia del ministro de Hacienda será necesaria para que avancen las definiciones ante el cuartel político del FMI.
Las novedades que trajeron el viernes a la Argentina el viceministro de Dujovne, Guido Sandleris; el secretario de Hacienda, Rodrigo Pena (hombre clave en las negociaciones); y el secretario de Finanzas, Santiago Bausili fueron que, en general, desde los cuadros técnicos del FMI hay menos dureza que la esperada, al menos en la concreción de las metas comprometidas para este año. En particular habría aceptación desde el organismo sobre las reales posibilidades del Gobierno de cumplir con la meta pactada de un déficit primario de 2,5/ 2,7% sobre el PBI. Los números sobre esta variable planteados en las mesas de negociaciones con el ala técnica del FMI manejada, en el caso argentino, por el italiano Roberto Caldarelli, serían creíbles. Dos últimos argumentos apoyarían la visión. Por un lado, el programa de reducción extra del gasto que anunciará el Gobierno por unos $20.000 millones apuntaría a medidas que podría adoptar el propio Ejecutivo sin la necesidad de recurrir a apoyos políticos extras ya que se basan en el funcionamiento de la propia administración. El diseño final a este programa será planteado por Dujovne en unos 10 días, cuando vuelva a reunirse con los 9 ministros colegas que forman el Gabinete económico que el debe coordinar.
Hacienda tiene otro argumento a favor del compromiso de lograr la meta de déficit primario. Hasta mayo (los datos finales se conocerán el viernes), la recaudación impositiva de la AFIP viene mostrando un alza de 5 puntos porcentuales por encima de la inflación, con un IVA (el principal impuesto aportante) que viene creciendo a más 40% interanual. Si bien el Gobierno es prudente en cuanto al dato final que puede proyectarse para todo 2018, el alza en la recaudación de impuestos podría aportar entre $30.000 y $50.000 millones extras. Obviamente en este crecimiento ayudan las alzas de los precios por encima de lo esperado para este año; sumado a cierta tendencia a una mejora en las fiscalizaciones de la AFIP, ahora manejada por Leandro Cuccioli. Si esto resultara, entre el nuevo plan de ajuste del gasto público sumado a los ingresos extras de la recaudación, garantizarían el 2,7%; y hasta podrían llevar el porcentaje final a un 2,5%. Para esto, ayudará la devaluación generada durante la última corrida cambiaria, que potencia en un 7% los ingresos por las liquidaciones de dólares.
Todo esto ayudará a que desde el FMI haya buenas señales en cuento a las metas fiscales para este año. Y para 2019 todavía hay tiempo de diseño local aunque los primeros sondeos hablen de un nivel de déficit primario de 1,5% sobre el PBI. Esto es, un punto porcentual menos que el esperado este año.
Los tres negociadores argentinos (Sandleris, Pena y Bausili), volverán a viajar a Washington mañana a la noche. Volvieron a Buenos Aires el viernes y aprovecharán a estar hoy en el país y encontrarse con Dujovne y otros ministros del Gabinete, ya que no habrá hoy actividad en Washington ya que es feriado nacional por el Memorial Day. El martes por la tarde volverán a encontrarse con los hombres de Caldarelli, para continuar con las negociaciones. Se abrirá un nuevo capítulo donde las definiciones aún son más complejas: las metas monetarias. Y, dentro de estas, las de inflación. Aquí el panorama es más complicado y el cierre de las negociaciones dependerán, más que dé explicaciones técnicas, de la capacidad de convencimiento político que los enviados argentinos puedan tener con el ala política del FMI. Para que al gobierno de Mauricio Macri se le acepten los datos sobre la inflación prometida para este año y para el 2019, habrá que tener gran capacidad de convencimiento ante el director para el Hemisferio Occidental Alejandro Werner, y con la titular del FMI Christine Lagarde.
Será este tipo de negociaciones las que quiere tener en persona Dujovne. Y, si llega el momento, será lo que el ministro irá a conversar entre el viernes o el lunes y martes próximo a la sede del organismo en Washington. El ministro de Hacienda esperará en Paris un guiño de sus hombres en la capital norteamericana. En esa ciudad permanecerá entre el martes y el jueves para discutir otro capítulo que la Argentina tiene en agenda: el potencial ingreso del país a la OCDE.
Además de Dujovne, otros funcionarios locales están entusiastas con lo que se está negociando en Washington. A la jefatura de Gabinete llegaron este fin de semana datos políticos sobre los movimientos dentro del FMI de la propia Lagarde. Según la información, la directora de origen frances ya dio la orden dentro del Fondo de tener la mayor condescendencia posible ante el caso argentino. Sabe la exministra francesa que se acerca el final de su gestión en el organismo, y que en general el balance de su gestión es bueno. Para coronar su faena de reformulación del FMI, necesita un caso exitoso en su currículum. Y, para esto, Argentina sería un ejemplo ideal, publica Ámbito Financiero.