Para Ricardo Larrivey y Daniel Texera fue cerrar un capítulo de sus vidas. Y el periodista Alejandro Bustos fue un testigo privilegiado de eso. Los tres charlaron en el programa Lo Bueno, Lo Malo, Lo Feo y contaron detalles de su viaje a Río Grande (Tierra del Fuego) para participar de los actos centrales por el 2 de Abril.
“Yo pertenecí al BIM 5 que es donde estuvimos con Daniel y Alejandro. Ahí estuve en la época de Malvinas 18 meses y necesitaba cerrar una historia pero quería, en este caso que fuera Alejandro, para que filmara todo. Yo les decía que quería ‘chupar’ todo lo que viéramos porque mi ambición es traerlo a Gualeguay. Por supuesto que cuando pensamos en un periodista lo hicimos en Alejandro porque ha sido el vocero de nuestra peña todos estos años”, cuenta Larrivey. El veterano de Malvinas revela que “hay mucho material que no se ha visto como el encuentro con un correntino que fue compañero mío”.
Texera contó que “nosotros íbamos con el pensamiento de la Vigilia por Malvinas y encontrarnos con compañeros. Pero no pensábamos encontrar tanto conciudadanos gualeyos radicados hace 30 años algunos all´. Cuando Alejandro empezó salir y se comunicaron diciendo soy fulano o mengano de Gualeguay, eso nos conmovió”. Larrivey recordó que “hace unos años hicimos una campera para nuestra peña que no es militar ni nada, pero dice Gualeguay, Entre Ríos. Nos veían y se venían corriendo para saludarnos. Fue impresionante”.
A su turno, Bustos le agradeció especialmente a Daniel y Ricardo por la invitación, y a todo el equipo de LT38. “Vivir estos momentos en el sur fue espectacular. Por supuesto que no fue de alegría sino de homenaje, fue todo muy conmovedor”, reseña ante la consulta. “La verdad que poder salir desde allá, además con tantos copoblanos, fue emocionante. Todos se brindaron, nos invitaban a comer, hasta querían sacarse fotos”, agrega. Y lo refrenda Larrivey: “Nos abrazaban y se sacaban fotos …después analizándolo entre los tres y con la gente del Batallón, nos dimos cuenta que era el calor entrerriano el que extrañaban. La tierra tira y por más tiempo que estuvieron lejos, seguían sintiendo su provincia. Cuando llegamos el primer día y nos esperaban en el Batallón, también fue impresionante. La recorrida que hicimos de la ciudad la hicimos con un hombre que no conocíamos pero se pasó de amable”.
En Río Grande “no hay grieta”, sostiene Texera. “Si el gobierna A no terminó algo viene el B y lo continúa o lo mejora”, lo que ha provocado un crecimiento notable de la ciudad, hoy de alrededor de 100.000 habitantes. “Cuando me fui hace 37 años –recuerda Larrivey- no había Vigilia, el Batallón era mucho más grande. Ahora tiene apenas 180 personas. Pero lo bueno que he notado es el ensamble que hay entre militares y civiles. El Batallón participa de todas las actividades que se hacen y hay un gran respeto por todos. Acá estamos en las pequeñeces y en las diferencias lamentablemente”.
Los veteranos se volvieron con muchas ideas para implementar en Gualeguay, sin abandonar el viejo sueño del Museo de Malvinas. “Tenemos gente en Buenos Aires que está trabajando en eso, hay cosas importantes para traer. Lo que trajimos ahora es para los chicos que necesitan saber lo que pasó. Desde el miércoles que llegamos no he parado de hablar en el negocio. Todos quieren saber”. Bustos admitió que “fue una experiencia linda y ojalá se vuelva a repetir. Lo más impactante para mí fue la gente que respeta a las Malvinas. Hay un espíritu de Malvinas que se respira en el aire. La misma gente te cuenta de esos días de guerra, cuando sonaba la sirena, se metían en las casas, los cortes de luz a la noche para no quedar visibles a los aviones…lo sienten de esa manera”.
Para Larrivey “lo que se mama es Malvinas. Entrás a un negocio y ves la bandera de las islas, los nombres de las calles. Y te reconocen como veterano y te saludan. Caminás por la calle y te reconocen, se paran y te saludan. Ellos sienten a las Malvinas como una ciudad que les pertenece. Y lo mejor saben qué es? Que está lleno de argentinos de otras provincias”.