¿Quiénes serán los herederos de la fortuna de Raffaella Carrà?

No tenía hijos, pero se hizo cargo de dos sobrinos que ella consideraba como tales y a los que podría ser destinado gran parte del patrimonio, al menos la legítima, la porción de herencia asignada por ley a los parientes más cercanos.

raffaella

Los italianos se preguntan quiénes serán los herederos del patrimonio de Raffaella Carrá, la diva cuyo funeral fue celebrado el fin de semana en la iglesia de Santa María de Ara Coeli, en la plaza del Capitolio.

La reina de la televisión italiana fallecida a los 78 años a causa de un cáncer de pulmón no tenía hijos, pero se hizo cargo de dos sobrinos que ella consideraba como tales y a los que podría ser destinado gran parte del patrimonio, al menos la legítima, la porción de herencia asignada por ley a los parientes más cercanos.

Se trata de Matteo y Federica tras la muerte de su hermano Renzo Pelloni (el nombre de la artista era Maria Roberta Pelloni), fallecido en el año 2001, a causa de un tumor cerebral, a la edad de 56 años.

Matteo rompió el silencio para destacar la relación que él y su hermana Federica mantuvieron con su tía: «Ocupó el lugar de mi padre cuando falleció, siempre nos brindó el mejor cariño y educación».

Raffaella Carrá tuvo dos grandes amores. Durante mucho tiempo mantuvo una relación con el realizador de televisión Gianni Boncompagni, autor de sus grandes éxitos en programas musicales, fallecido a los 84 años tras una larga enfermedad.

Cuando se fue a convivir con él, hizo de madre de las tres hijas pequeñas de Boncompagni, cuya mujer se había marchado de la casa. Ellas podrían figurar también en el testamento. Bárbara, la mayor de las tres, se despidió de ella de forma muy emotiva: «Nos unía una condición especial: el abandono. Nosotras habíamos tenido el de la madre, ella el del padre. Fue una madre para nosotras; dentro de casa era un ciclón, como Mary Poppins. Su característica más evidente fue la sencillez, con matices de torbellino, nunca mediocre, nunca banal, capaz de divertirse de igual manera con un rey o con el inmigrante de su programa Carramba. Era muy empática».

No pudo tener hijos
Durante un periodo, Raffaella comentaba que le hubiera gustado tener hijos, pero no pudo, según recuerda ahora Bárbara Boncompagni: «No tuvo hijos porque, cuando era joven, solía decir que un niño no se puede empaquetar y llevar contigo por las plazas. Luego, en el entorno de los 40 años, cuando se sintió en una situación más idónea para la maternidad, la naturaleza le dijo que ya no era posible. Pero Raffaella aceptó esta condición, no se embarcó en una obsesiva terapia para tener hijos».

Segundo gran amor
Su segundo gran amor fue Sergio Iapino, realizador de televisión, que fue su compañero de trabajo y de vida sentimental durante 17 años. Tras separarse, siguieron manteniendo una relación de amistad muy estrecha.

Iapino fue quien hizo el anuncio de su muerte y ha aparecido siempre emocionado, recibiendo a los amigos y compañeros de la artista, durante los tres días en que estuvo abierta la capilla ardiente. .

“Gano mucho dinero”
No se dan cifras sobre la valoración del patrimonio, pero se considera que es importante. Ella misma reconoció: «Ciertamente gano mucho dinero, pero el mío es un trabajo duro y pago muchos impuestos». Vendió millones de discos en Italia y en muchos países, sobre todo del mundo hispano, muy en particular en España, donde fue muy querida.

Patrimonio inmobiliario
Aparte de los derechos televisivos y por sus canciones, está su patrimonio inmobiliario. La reina de la televisión italiana vivía en una residencia muy lujosa en vía Nemea 21 en Roma, en el barrio de Vigna Clara, una zona elegida por las personalidades de la televisión porque es residencial y está llena de jardines, cerca del centro histórico, pero lejos del caos. Además de la espléndida casa romana, Raffaela tenía otra propiedad, igualmente muy lujosa, en la Toscana: Una villa inmersa en la exuberante vegetación de Cala Piccola, en el corazón de Monte Argentario.

Fuente: ABC / Vanitatis

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