Ocurre en una escuela del norte de Entre Ríos. Más precisamente, en San José de Feliciano, a 256 kilómetros de Paraná.Se trata de la Escuela Secundaria N° 7 Felix Alfredo Rico.
Este año hubo una buena nueva: aumentó la matrícula. Suman alrededor de 300 alumnos.
Pero la Escuela Secundaria N° 7 de Feliciano no tiene edificio propio. Comparte espacio con la Escuela Primaria N° 31. Y utiliza una construcción al fondo que se utiliza de modo precario: las aulas se separan con biombos.
Pero este ciclo lectivo 2019 el aumento de la matrícula de alumnos derivó en una situación enojosa: se quedaron sin bancos.
La sala de preceptores, un espacio reducidísimo, no tiene sillas. Entonces los preceptores se sientan en mesas más o menos de una altura que permite escribir sobre otra mesa de una altura superior. Cuando no, buscan un cajón de manzana. Y así.
Cristian Lapeyre, profesor de Artes Visuales, dice que el descalabro ocurrió este año y que a pesar de las sucesivas notas de reclamo la solución no llega, y la precariedad aumenta.
“Primero funcionábamos en el mismo edificio de la escuela primaria. Después, construyeron esto al fondo, una construcción larga que se fue subdividiendo. Así empezó a funcionar la secundaria. Como las aulas no eran suficiente, se empezaron a subdividir con biombos. Entonces, si hay hora libre, hay que hablar despacio, con señas, para no molestar al profesor que está dando clases al lado”, cuenta.
Todo en la Escuela Secundaria N° 7 es precario. Las aulas se dividen en dos, en tres, los docentes y los preceptores se sientan en lo que encuentran, y el mobiliario es siempre escaso.
La escuela tiene una radio, un proyecto de los programas nacionales que supo financiar la Nación, el Centro de Actividades Juveniles (CAJ), pero la radio ocupa lo que puede, y comparte. A veces es estudio de radio, a veces aula.
Un biombo divide fronteras y usos.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.