Ocurrió en Tucumán y todo se trató de una broma. El hombre terminó detenido
Un hombre fue detenido tras manifestar en un mostrador del aeropuerto de Tucumán que si el vuelo de Latam explotaba «era porque su suegra venía abordo», lo que activó un operativo de seguridad que provocó pánico entre cientos de pasajeros.
La Policía Aeroportuaria investigaba si se trató de una broma o si realmente fue una amenaza. La situación activó un plan de emergencia para desactivar la supuesta bomba que habría viajado a bordo del Airbus A320 del vuelo 4156 de Latam.
Mientras tanto, hasta que se resolviera la situación, el vuelo 1470 de Aerolíneas Argentinas sobrevoló Tucumán durante media hora hasta que fue desviado al aeropuerto Ambrosio Taravella de Córdoba, donde aterrizó alrededor de las 23:30. Aunque parece un episodio de película, la realidad superó a la ficción, señala el diario La Gaceta en su página web.
Cientos de pasajeros entraron en pánico, el aeropuerto se convirtió en un pandemonium y no faltó la desesperación de un familiar por la enfermedad de un pariente. El revuelo se desencadenó cuando un individuo se acercó al mostrador de Latam para preguntar por la demora y afirmó: «vine a esperar a mi suegra, si se cae el avión es porque yo puse una bomba».
Ese vuelo debía estar aterrizado, ya que había partido a las 18.40, aproximadamente. En el pasaje decía que el horario de partida era a las 18.05, pero se había reprogramado para media hora después.
Mientras aquello ocurría en la terminal del «Benjamín Matienzo», el piloto anunciaba «señores pasajeros solicitamos que se queden sentados con el cinturón abrochado. En unos minutos personal policial revisará el equipaje debido a que hay una amenaza de bomba».
La aeronave estacionó lejos de la manga y en medio de la pista. Mientras esto pasaba en tierra, en el aire dio vueltas y vueltas el vuelo AR 1470, en el que se trasladaba curiosamente Gladys «La Bomba Tucumana», que debió aterrizar en el aeropuerto Pajas Blancas, de Córdoba. En el hall del aeropuerto el pánico, el enojo y la incertidumbre se habían apoderado de todos. Los pedidos de calma no alcanzaban.
Tampoco dentro de la nave se podía pedir mucha tranquilidad, los pasajeros no entendían por qué si existía la posibilidad de que estallara una bomba ellos seguían atados a sus asientos. «Cuestiones de protocolo», repitieron más de una vez las azafatas. Andrea Schlisserman, en tanto se sentía presa de una ataque de pánico al no poder salir, según contó.
Acostumbrado a los vuelos y más calmo, al entrenador de Los Pumas, Daniel Hourcade, le parecía todo insólito. Pensó que la amenaza de bomba era en el aeropuerto y no en el avión. Cuarenta minutos después se empezó a evacuar la nave y los pasajeros tuvieron que hacer un inesperado recorrido -con una improvisada señalización- para llegar al edificio central, donde fueron alojados en una sala.
«Nos tuvieron más de una hora. No hubo miedo ni histeria, pero sí enojo por cómo nos trataron. Es increíble: la última vez que vine me asaltaron y ahora, una amenaza de bomba», contó Hourcade.
Luego de que las valijas pasaron por los scanners empezó la normalidad. Los pasajeros fueron volviendo a sus domicilios. Con el aterrizaje del vuelo AR 1472 de Aerolíneas Argentinas, a las 8:14, el aeropuerto Benjamín Matienzo volvió a estar operable este miércoles. Fuente: Noticias Argentinas