Nuestro pastelero estrella continúa su labor en nuestra ciudad y ya anticipa sus preparaciones para Navidad. Entre recomendaciones a tener en cuenta a la hora de cocinar, revela algunos secretos de cocina y cómo fue el desenlace de Bake Off.
La pandemia lo retuvo en Gualeguay durante todo el año y regresó a Buenos Aires sólo unos días a buscar sus pertenencias, oportunidad que aprovechó para fotografiarse junto al Obelisco, tras su intento fallido por representarlo con placas de chocolate en el programa que lo llevó a la fama. “Explotó Instagram con los Me gusta, porque la gente quería ese reencuentro”, dice entre risas, mientras redobla la apuesta al señalar que “he hablado con gente que sabe de arquitectura y te dicen cómo hacerlo, porque no es tan fácil como yo creía, pero hoy pensándolo haría algo gualeyo, como el puente Pellegrini”.
-¿Cómo siguieron tus días después de Bake Off?
-No paré nunca de trabajar, el programa me dio un montón de posibilidades y de poder vivir de la pastelería, porque aunque vivo con mis padres tengo mis ingresos. Cocino en mi casa cada dos semanas, vendo por encargue y con la Municipalidad hicimos un par de trabajos, así que estoy bastante activo con la pastelería.
-¿Cómo es el contacto actual con la gente?
-Los nenes me siguen parando y me siguen pidiendo fotos, es increíble para mí el cariño. Es un flash para alguien tan joven y que vive en una ciudad como cualquier persona que te paren o que te lleguen mensajes, es un cambio total. Lo supe capitalizar bien, nunca me subí al pony como se dice y creo que me agarró a la edad justa, porque tengo tiempo, aprendí mucho de Bake Off y sigo aprendiendo.
-¿Qué te dejó el programa?
-Me dejó de todo, desde saber cómo se graba un programa de televisión a nivel nacional, conocer gente que no conocía y que hasta el día de hoy me encanta conocer y sobre todo pastelería. A partir de ahí empecé a cocinar todos los días y aprender del oficio, porque pienso que al que le gusta cocinar aprende cocinando, no hay otra forma. Cuando fui a Bake Off sabía mucha teoría, pero no tanto la práctica, hoy en día sé de las dos cosas, me perfeccioné mucho más.
Sobre sus elecciones a la hora de cocinar, Ángelo admite que es “bastante clásico. Hago alfajores, tartas, tortas, pastelería francesa por la que casi me echan de Bake Off, pero sigo. Hago de todo, no tengo un rubro específico, todo lo que sea cocinar me encanta. La gente me pide de todo, hoy en día mucho los macarrones que es el alfajor francés, que tuvo bastante venta para conocerlos y saber cómo son. En Gualeguay no hay mucha gente que los haga y están buenísimos, lleva tiempo hacerlos y me llevó años agarrarles la técnica, porque el horno es un horno específico, la preparación también, es difícil hacerlos”.
-¿Hacés todo solo?
-Sí, para lo único que me ayuda mi hermano es para poner en las cajas y guardar porque no doy abasto. Me ha pasado de estar cocinando 35 horas seguidas sin dormir, porque no me puedo acostar para terminar los pedidos. Es un poco la vida del gastronómico, no solamente en mi caso, estamos de madrugada cocinando y nos perdemos fiestas, cumpleaños, porque es así el oficio.
Por estos días, Ángelo realiza videos con recetas navideñas para la Secretaría de Producción y Hacienda de Gualeguay con “la idea de que sea una herramienta para emprendedores, que quienes se anoten en ese programa tengan la facilidad de tener los videos para aprender y emprender”, al tiempo que recibe pedidos de restaurantes para la confección de postres. “Está bueno que todo el mundo pruebe lo que hago, porque se tiene la duda de cómo cocina el que está en la tele y acá en Gualeguay lo pueden probar”, expresa.
-¿Continuarás tus estudios de chef?
-Sí, retomé online como todo el mundo, pero la parte práctica de la carrera me queda todavía, en agosto tengo que retomar, así que de marzo a agosto mi idea es trabajar o seguir aprendiendo. El día que me fui de Bake Off, el jurado Damián Betular me ofreció trabajar en el hotel, después me agarró la cuarentena y nunca se concretó, pero me encantaría. Él trabaja en el Palacio Dubois en Buenos Aires, que es un hotel cinco estrellas, es el jefe del área, el que contrata y supervisa todo y me invitó, así que sería un golazo estar ahí.
Luego de resaltar que su relación con la mayoría de los participantes de Bake Off quedó muy bien, Ángelo reconoce que no fue así con Samanta. “Lo que pasó fue lo que se vio en la tele, se descubrieron un montón de cosas, que trabajó en televisión, que tuvo su pastelería, que vivió de eso, así que era difícil que no la expulsen. Nosotros no sabíamos nada, éramos muy amigos y nos dolió que nunca se haya acercado a contarnos qué pasó. Una de las condiciones era que no vivamos de la pastelería, que no sea el principal ingreso, y ella claramente lo tuvo”.
-¿Percibían que ella sabía más?
-Siempre se notó que era una diferente, me pasó de darme vuelta cocinando, que por ahí estábamos todos con un lío y ella estaba con algo impecable, de pastelería de vitrina. Si alguien cocina todo el tiempo te das cuenta que sabe más que otro, no era amateur claramente.
-¿Hablás con el resto?
-Con todos un poquito, más que nada con la Tucu, con Agus y con Gerardo, que es mi grupito íntimo. También con Agustina y con Damián hablo bastante. La mayoría aprovechó el programa para vivir de la pastelería, Damián vive de las redes sociales, la Tucu también y nos dedicamos a esto gracias a Bake Off.
-¿Cómo es vivir de las redes?
-Se trata de tener contenido, público y que te contrate una marca para promocionarla, te pagan por subir una publicación, un video, una historia y así vas juntando plata, pero no es tan fácil y te lleva mucho tiempo.
Propuesta de Navidad
Degustar las elaboraciones del pastelero será posible del 18 al 24 de diciembre, días en que estará instalado en el primer piso del shopping Altos del Gualeguay. “La idea es que el que quiera encargarme pan dulce me contacte por Instagram, lo retire por el shopping y de paso vea porque voy a tener alfajores, macarrones, tortas, postres individuales, boxes navideños con un montón de cosas, de todo para que todos coman lo que hago”, anuncia.
-¿Es una receta fácil la del pan dulce?
-No es como hacer un pan casero que mezclás las cosas, lleva una masa previa que tiene que leudar, después se mezcla con un montón de ingredientes, tiene como tres leudados. Para que quede bien lleva tiempo y bastante teoría, pero con una receta en mano tal vez queda perfecto. Como hay mucho público para abarcar, yo voy a hacer el clásico con frutas abrillantadas y pasas de uva, el moderno que lleva Óreo y relleno de dulce de leche, bien goloso, y el otro también bastante clásico con chips de chocolate y frutas secas, como almendras y castañas.
-¿Se puede hacer pan dulce casero por 150 pesos?
-Si sabés dónde comprar sí, pero si vas al supermercado la manteca cuesta el doble que en una distribuidora. Yo con 200 gramos de harina y 50 gramos de manteca, hago un pan dulce de medio kilo con frutas abrillantadas, pasas y algunos chips por menos de 200 pesos.
-¿Qué otras preparaciones se pueden hacer para Navidad?
-Budín, que es muy fácil porque se bate manteca con azúcar, se agregan huevos y harina con polvo para hornear, después lo que uno quiera, frutas abrillantadas, pasas de uva, chocolate, se hornea y queda. Se hacen mucho turrones, garrapiñadas de maní que es espectacular la casera y también está bueno para emprender, hoy en día te hacés unos mangos vendiendo garrapiñada y va muy bien.
“Para las garrapiñadas —explica— se ponen azúcar y agua en una ollita, hierve un minuto, le agregás el maní, lo sacás del fuego y lo mezclás hasta que se cristaliza el azúcar. Lo volvés al fuego de nuevo y se empieza a caramelizar y te queda lista, bien doradita y bien rica. El maní cuesta 200 pesos el kilo, es mucho más económico que la almendra, por ejemplo”.
En tanto da cuenta que los macarrones están entre sus predilectos, Ángelo confiesa que lo que más le gusta hornear “son tartas, de lo que sea. Me gusta mucho la de frutillas con crema pastelera que sea suave en boca”.