Pablo Echarri y Natalia Oreiro estuvieron en pareja durante varios años. Tras su separación, cada uno rehízo su vida amorosa: ella junto a Ricardo Mollo y él, con Nancy Dupláa. A fines de mayo, los actores asistieron a la edición de los premios Platino del Cine Iberoamericano, pero no se saludaron públicamente.

Más allá de que ellos tomaron caminos diferentes, el protagonista y productor de La Leona confesó a la revista Pronto que no haría una novela con su ex: «Imposible. Porque sería abrir una caja de Pandora… Primero que nada creo que ya no estoy para que me elijan como galán de la novela aunque todavía por mi historia y el cariño de la gente cumpla ese rol… Más allá de que quizás sería un éxito para la prensa, tendría muchas posibilidades de fracaso«.

Cuando le preguntaron por qué fracasaría esa ficción, Echarri contestó: «Porque la gente no solo quiere ver si surge algo de aquello que fue una relación hace veinte años. Puede surgir la química laboral pero es un riesgo demasiado grande ya que podría correr el riesgo de que no funcionemos bien o que nos peleemos en el quinto capítulo y sería terrible. Sería arriesgarse demasiado, tanto nosotros como el productor como nuestras familias. Creo que es un riesgo para las familias de ambos y ellos son más importantes que cualquier novela. Así como cambié mi conducta cuando empecé mi relación con Nancy te digo que no pondría en peligro mi relación con ella por una novela».

Luego, Pablo admitió que su pareja no le permitiría trabajar con Oreiro: «Más allá de la plata que pueda ganar, no me dejaría… Igualmente tengo que reconocerte que hace muchos años tengo pensada una historia de una actriz de telenovela en la que su protagonista masculino se muere y los productores deciden reemplazarlo por el ex marido de ella con el que terminaron. Lo interesante es ver cómo iban a convivir estas dos personas que se detestaban y el ojo estaba puesto más que nada en lo que pasa entre ellos mientras el rating explota».

Por último, confesó que en una época salía con varias mujeres al mismo tiempo, pero poco a poco se fue cansando de ser infiel y decidió dejar de ser un «seductor serial» cuando conoció a la madre de sus hijos: «Con ella descubrí una personalidad distinta a las que había conocido. Una persona muy pragmática con una enorme capacidad de determinación. Y me di cuenta que jugar el mismo juego hubiera sido un factor para durar muy poco con ella». Fuente Infobae