Otitis externa y media, faringitis y faringoamigdalitis son las consultas más comunes durante esta época. La temporada de pileta y los cambios bruscos de temperatura hacen que estos problemas de salud aumenten.
La temporada estival hace propicio el incremento de enfermedades como otitis y faringitis en menores de edad. El Ministerio de Salud recomienda acudir a hospitales y centros de salud ante cualquier malestar. Dichos inconvenientes son frecuentes en función de que muchos niños asisten a colonias de vacaciones, así como piletas o visitan ríos o arroyos. Además, existen otras problemáticas comunes como el sangrado nasal o la introducción de cuerpos extraños que se ven a lo largo del año.
En este sentido, el jefe de servicio de Otorrinolaringología del hospital San Roque, Carlos Albornoz, indicó: “En todo lo que es el conducto auditivo externo queda agua con restos de cera. El chico pasa mucho tiempo en el agua y al quedar todo húmedo, se puede dar una infección”. Respecto de las faringitis, según comentó el especialista, esto sucede porque el organismo no alcanza a compensar los cambios bruscos de temperaturas.
En esta línea, quienes padezcan alguna de estas cuatros patologías pueden tener síntomas como dolor de cabeza, fiebre, dolor de oído y en algunos casos supuración. Para prevenirlas, Albornoz recomienda: “Cuando termina el día de pileta hay que secar el oído. A veces queda una burbuja de aire cuando el chico mete y saca la cabeza del agua. Un método muy fácil es colocar una o dos gotas de alcohol, esto seca las paredes y rompe esa burbuja”. Asimismo es importante fijarse si el agua donde uno se baña no está contaminada porque esto también puede causar problemas.
Otras patologías comunes durante esta época, aunque se pueden ver a lo largo del año son: el sangrado nasal y los cuerpos extraños. Ante estas cuestiones, Albornoz señaló: “El sangrado se da generalmente en los niños por congestión nasal. El chico se toca la nariz porque le pica y empieza a sangrar”. Respecto de la segunda problemática, se recomienda vigilar a los niños de entre 3 y 5 años porque al estar conociéndose se introducen diferentes objetos en la nariz o los oídos.