El estadounidense Mohamed Ali, considerado uno de los boxeadores más grandes de todos los tiempos, murió en un hospital de Phoenix a los 74 años, informó un portavoz de la familia a medios estadounidenses.
Minutos después, la confirmación llegó a través de su cuenta oficial de Twitter, en la que apareció una imagen suya como boxeador y las fechas 1942-2016.
El tres veces campeón de los pesos completos había sido internado el jueves por problemas respiratorios. De acuerdo al comunicado emitido en ese momento, su estado era bueno y se esperaba que permaneciera poco tiempo en el hospital.
Sin embargo, en las últimas horas, su salud empeoró de manera drástica, hasta que falleció en el hospital, acompañado por su actual esposa y cuatro de sus hijas.
Ali, que se retiró del boxeo en 1981, padecía de Parkinson, enfermedad que le fue diagnosticada en 1984. En los últimos años había requerido varias internaciones. En 2014 sufrió una leve pulmonía, pero tras un par de días los médicos le detectaron una grave infección urinaria. Poco después de ser dado de alta, Ali tuvo que ser hospitalizado de nuevo, aunque una noche después, volvió de nuevo a su casa.
Más allá de los tres títulos de los pesados, Ali también se consagró campeón olímpico en Roma 1960, cuando todavía se llamaba Cassius Clay, nombre que abandonó después de convertirse al islamismo en 1964, meses después de conseguir por primera vez el cinturón de campeón del mundo.
Dueño de un boxeo elegante, provocador y espectacular, Ali está considerado por muchos analistas como el mejor boxeador de todos los tiempos. «The Greatest» (El más grande) era uno de los apodos con los que era conocido.
Además de su exquisito boxeo, Ali, que nació el 17 de enero de 1942 en Louisville como hijo de un cartelista, también fue un activo defensor de los derechos de las minorías en los Estados Unidos.
Sus peleas con Sonny Liston, Joe Frazier y Ken Norton se convirtieron en clásicos, aunque su combate con George Foreman en Zaire, ante 60.000 espectadores, es quizás el más emblemático de la historia del boxeo.
En 1964, con apenas 22 años, Ali conquistó por primera vez el título de los pesos completos al noquear a Liston en el octavo asalto, justo el que había predicho en una de sus habituales bravuconadas.
Antes de esa pelea pronunció una de sus frases más famosas, al asegurar que «flotaría como una mariposa y picaría como una abeja», en relación a su estilo de pegar y esquivar los golpes de su adversario.
Sin embargo, en pleno apogeo de su carrera, fue requerido para alistarse al servicio militar. Su negativa por razones religiosas y la fuerte oposición a la guerra de Vietnam le valieron que le revocaran su licencia, situación que no le permitió combatir durante tres años y medio. Hasta ese momento ostentaba un récord de 29 triunfos, con 22 nocauts.
En 1970 regresó a los cuadriláteros y, un año más tarde, perdió su invicto al caer por puntos en 15 asaltos ante Frazier, en un combate épico. Después de esa derrota, prometió revancha y volver a entrenarse como antes.
En 1974, cumplió su promesa ante Frazier y recuperó el título mundial al vencer en la publicitada «The Rumble in The Jungle» al noquear a Foreman en Kinshasa.
Después de perder de manera sorpresiva ante un joven e inexperto Leon Spinks, en 1978 y a los 36 años, Ali se tomó desquite para convertirse en el primer hombre en ganar tres veces el título de los pesados.
Después de varias idas y vueltas respecto al retiro, en 1980, contra el consejo de sus médicos, pretendió recuperar el título ante su ex sparring Larry Holmes, que le provocó una de las mayores palizas de su carrera.
Un año más tarde, una innecesaria derrota ante Trevor Berbick en Bahamas terminó con la carrera de uno de los peleadores más grandes de la historia. Su balance final fue de 61 combates profesionales, con 56 victorias.
Ya enfermo, su aparición en 1996 en los Juegos Olímpicos de Atenas, cuando encendió el pebetero, es otra postal inolvidable del mundo del deporte.
«Ali, Frazier y Foreman, éramos prácticamente uno», escribió Foreman en su cuenta de Twitter. «Una parte de mí se ha marchado, ‘la pieza más grande'», agregó.
«Dios se ha llevado a su campeón -escribió el también ex rey de los pesos pesados Mike Tyson-. Hasta pronto, grande. #TheGreatest».