A una semana de las PASO monseñor Jorge Eduardo Lozano, obispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, envió una carta a la comunidad donde expresa, entre otros pensamientos, que los ciudadanos no deben reducir el voto a una simple obligación.
Por Monseñor Jorge Eduardo Lozano
El domingo que viene los ciudadanos en la Argentina estamos convocados para votar. Las elecciones internas abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) tienen lugar en todo el país, mientras que las generales ──en las que se elegirán además de presidente y vice, diputados y senadores nacionales, y en varios lugares también autoridades provinciales y municipales── serán el último domingo de octubre de este año.
Sé que en algunos distritos ya se ha votado, y en otros se hará por primera vez en el año. Pero para todos toca la misma responsabilidad, que es ineludible.
En el mes de marzo, los obispos hemos dado a conocer una Declaración titulada “Las elecciones, exigencia de compromiso ciudadano”. Allí hemos recogido la enseñanza de Francisco para ser “Ciudadanos responsables en el seno de un pueblo”.
También decíamos los obispos que «no hemos de reducir el ejercicio democrático sólo a la cuestión electoral cada dos años, sino asumir cada día la necesaria participación ciudadana».
A veces me da la sensación que no valoramos lo suficiente la Democracia como estilo de vida participativo y comprometido con el presente y el futuro del país. Si bien votar es muy importante, allí no termina el rol que cada ciudadano puede desarrollar en bien del conjunto. No debemos entender el comicio como dar una especie de “cheque en blanco” para que quienes son elegidos hagan lo que les plazca. Debemos pedir rendición de cuentas de lo actuado, y acompañar con compromiso ciudadano cada momento que nos toca vivir.
Algo esperable es que “en temas importantes y permanentes, sea posible acordar entre los distintos partidos y sectores sociales políticas de Estado que se desarrollen más allá de los cambios de gobierno, de manera que las legítimas iniciativas que cada nuevo candidato proponga implementar, no signifiquen hacer tierra arrasada y abandonar todo lo hecho hasta ese momento”. (…) “Pensamos en algunos objetivos que deberían ser compartidos por todos, como: la superación de la marginación y la pobreza extrema; la desnutrición infantil; la generación de fuentes de trabajo; el respeto de los derechos humanos y la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural; el fortalecimiento de una educación inclusiva y de calidad; la lucha contra el narcotráfico y la trata de personas; la disminución de la inflación que impide el crecimiento y erosiona gravemente los ingresos de los más pobres; la transparencia en la administración pública y la lucha contra toda forma de corrupción.” (CEA, ibíd.)
Insistimos en que «la elección de gobernantes, en los poderes ejecutivos y legislativos de todos los niveles, no debe ser el resultado del ‘marketing’. Queremos exhortar a los ciudadanos a un ejercicio de elección responsable, donde se evalúe a los candidatos no por su imagen mediática”.
“Es necesario que cada candidato haga conocer con claridad y detalle lo que se propone impulsar y realizar. En este sentido, nos parece indispensable que se organicen debates serios y a fondo, donde se puedan confrontar propuestas y proyectos. Es inaceptable evadir el debate de ideas y plataformas.” Es importante que votes de acuerdo con tus convicciones, sin dejarte llevar por especulaciones o supuestas conveniencias. Tampoco por encuestas que a veces confunden. Elegí a quienes te parece que de verdad pueden aportar las soluciones necesarias.
“La elección presidencial, con toda su importancia, no debe ocultar la relevancia de las elecciones en otros niveles, y en particular la de legisladores. La Nación exige fortalecer su calidad institucional en el proceso legislativo, para que el Congreso sea un ámbito de verdadera discusión de ideas y búsqueda del bien común.»
Por eso, recordemos que Francisco nos enseña que “convertirse en pueblo es todavía más, y requiere un proceso constante en el cual cada nueva generación se ve involucrada. Es un trabajo lento y arduo que exige querer integrarse y aprender a hacerlo hasta desarrollar una cultura del encuentro en una pluriforme armonía”. (Francisco, El gozo del Evangelio, N° 220)
Quiero sumarme a la oración de nuestro Papa: “¡Pido a Dios que crezca el número de políticos capaces de entrar en un auténtico diálogo que se oriente eficazmente a sanar las raíces profundas y no la apariencia de los males de nuestro mundo! La política, tan denigrada, es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común [174]. Tenemos que convencernos de que la caridad ‘no es sólo el principio de las micro-relaciones, como en las amistades, la familia, el pequeño grupo, sino también de las macro-relaciones, como las relaciones sociales, económicas y políticas’ [175]. ¡Ruego al Señor que nos regale más políticos a quienes les duela de verdad la sociedad, el pueblo, la vida de los pobres!”. (EG, 205)
La Acción Católica Argentina está realizando una campaña muy buena para concientizarnos en esta importante responsabilidad, llamada «Votá, tu voto vale». Te invito a buscarla en internet.
El martes 4 de agosto se celebra en la Iglesia la memoria de San Juan María Vianney, conocido como el «Cura de Ars», patrono de los sacerdotes. Tengamos una oración por todos curas de nuestras comunidades, y pidamos por el aumento y santidad de las vocaciones.