Por primera vez en Argentina, utilizan tecnología de punta para monitorear al aguará guazú. Usan collares que portan dispositivos GPS y conexión satelital. Además, los detalles de la vuelta de los guacamayos rojos a los esteros del Iberá.
La fundación Rewilding lleva adelante una innovadora operación para proponer medidas de conservación del aguará guazú, el mayor cánido de Sudamérica. La especie es categorizada como vulnerable a la extinción en Argentina y que ha perdido más del 50% de su área de distribución en el país.
“Para aumentar los conocimientos de la especie y así poder proponer medidas de conservación, comenzamos a equipar a ejemplares de esta especie con collares que portan dispositivos GPS y conexión satelital, tecnología que se utiliza por primera vez en Argentina”, informó la fundación.
En el Parque Iberá, ya son cuatro los ejemplares capturados y equipados con estos dispositivos, dos machos y dos hembras.
“A partir de los datos colectados esperamos poder tomar medidas de conservación que mejoren la situación de la especie donde aún habita, y permita recuperarla en algunos de los lugares donde ha desaparecido”, explicaron.
Guacamayos
Después de 170 años de extinción, los guacamayos rojos volvieron al Iberá y los movimientos diarios asombraron a los especialistas por su desarrollo en vida silvestre tras su reintroducción.
La fundación Rewilding Argentina informó las distancias que a diario recorren los guacamayos rojos para obtener alimento en el humedal.
En sus redes sociales, explicaron que “estos desplazamientos cambian a lo largo del año en función de la ubicación de fuentes de comida abundante, por ejemplo, un grupo de árboles con frutos”.
“Estos movimientos pueden ser seguidos gracias a la ayuda de los guardianes de los guacamayos de las localidades de Loreto y Villa Olivari, ya que las aves portan anillos y tienen marcas distintivas”, señalaron en una publicación.
La fundación indicó que se ha visto que “algunos individuos pueden volar hasta 80 kilómetros diarios desde sus sitios de descanso nocturno hasta sus sitios de alimentación, lo que da una idea de la enorme capacidad de desplazamiento de estas hermosas aves”.
«Si la población de guacamayos sigue aumentando y las personas los respetamos, en unos años sus colores volverán a inundar pronto otros cielos del norte argentino donde la especie también supo habitar”, sostuvieron. Actualmente, según uno de los últimos informes, existen 17 guacamayos rojos en la provincia, luego de decretarse extintos en 1850, tras un trabajo entre la fundación Rewilding Argentina y el Centro de Conservación Aguará.
Fuente: (El Litoral)