Luiz Inácio Lula da Silva será el nuevo jefe de Ministros de Dilma Rousseff

El ex mandatario estará al frente de la Casa Civil, el segundo cargo más importante de Brasil después del presidente. Puso como condición cambios en la política económica. El cargo le permitirá tener fueros en las causas que enfrenta por corrupción

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El ex presidente de Brasil (2003-2010) será el ministro más poderoso del gabinete. Tras una reunión en el Palacio de Alvorada en Brasilia con Rousseff y dos ministros, Lula ha aceptado ocupar el cargo de titular de la Casa Civil, como se llama a la oficina que coordina el trabajo de todos los ministerios del Ejecutivo, asesora el Jefe de Estado y coordina el trabajo con los gobernadores.

La información ha sido confirmada por el líder del Partido de los Trabajadores (PT) en el Congreso, Afonso Florence. Lula desplazará así a Jaques Wagner, que asumirá una secretaría ejecutiva, y tomará las riendas de la estrategia política del Gobierno. Ha sido una jugada de última hora con dos estrategias paralelas.

«Tenemos un ministro de la Casa Civil con amplia experiencia para ayudar a Brasil», festejó Florence. «La decisión de Lula en la Casa Civil se deriva de su compromiso con el país y tiene el fin de ayudar a salir de la crisis», agregó.

Una ha sido la de tener a Lula como piloto de tormentas. Su trabajo será rescatar la imagen del gobierno, golpeado por el escándalo de corrupción en Petrobras y los pedidos de juicio político de la oposición contra Rousseff. Una marcha contra la mandataria el domingo reunió a un millón de personas en las principales ciudades de Brasil.

Desde la Casa Civil, Lula podrá nombrar ministros, algunos de los cuales formaron parte de las negociaciones para aceptar el cargo. La prensa brasileña, como el diario O Globo, especula incluso con la salida del presidente del Banco Central, Alexandre Tamborini.

Durante las negociaciones, Lula habría dicho que de poco servirá su llegada al Gobierno si no hay cambios de política, incluso en el rumbo económico. Entre otras medidas, el ex mandatario elaborará en menos de 30 días un nuevo paquete de «medidas de emergencia» para sortear la crisis.

Otra condición sería el regreso de Celso Amorim al ministerio de Relaciones Exteriores, en ese mismo cargo desde el inicio del mandato de Lula en 2003 y hasta su salida del poder ocho años después. En agosto de 2011, Amorim fue ministro de Defensa de Rousseff, pero quedó fuera del gabinete cuando ésta inició su segundo mandato en enero de 2015.

Protección judicial

El otro motivo, no menor, será, blindar a Lula con fueros ante un posible pedido de detención del juez de Curitiba Sergio Moro, a cargo de la causa Petrobras y responsable de llevar a Lula ante un tribunal para declarar por el posible delito de lavado de dinero y enriquecimiento.

Con Lula como ministro, las causas que lo involucran pasarán en forma automática a la Corte Suprema, el único autorizado para decretar, por ejemplo, una eventual prisión del funcionario. Esto dilatará el proceso y dará más tiempo el Ejecutivo. De hecho, la oposición presentó este miércoles ante un tribunal de Brasilia que la Justicia impida un eventual nombramiento del ex presidente como ministro.

Lula tendrá también más herramientas para bloquear el juicio político que la oposición impulsa en el Congreso contra Rousseff. El ex mandatario ya ha iniciado conversaciones con el PMDB, el mayor partido político de Brasil y a cargo de la vicepresidencia. para revertir las reticencias que esa agrupación tiene con la actual alianza de Gobierno.

El diario O Globo ha revelado incluso una llamada de Lula al presidente del Senado y referente del PMDB, Renan Calheiros, en la que le consultó si su llegada al Gabiniete podría mejorar las relaciones con el PT.

Fuente: Infobae

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