Es reconocido como uno de los mejores fotógrafos de Gualeguay y sólo con ver alguno de sus trabajos puede comprenderse el por qué. Si bien destaca por sus fotos sociales, las imágenes urbanas que captura son de gran calidad artística. Con sólo 27 años, Luis Giménez Beresiartu no para de sorprender con su labor.
Es parte de una nueva generación de fotógrafos de Gualeguay que no dejan de asombrar por la excelencia, por el nivel que alcanzan al capturar bellas imágenes que para el resto podrían pasar desapercibidas. En tiempos en que las cámaras están al alcance de la mayoría, de la mano de los teléfonos celulares, el secreto para una buena foto parece estar en saber mirar.
En sus primeros años de vida, cuando todavía cursaba los estudios primarios en la Escuela Chiclana, Luis disfrutaba de pintar y dibujar, influenciado por su mamá, egresada de Bellas Artes. Eso fue quizá lo que despertó en él la inquietud de conocer más sobre el diseño gráfico, lo audiovisual y finalmente la fotografía, en la que se inició casi al finalizar la secundaria.
“Si bien tenía un tío fotógrafo, Aldo Giménez, nunca me había interesado mucho, me interesaba más el diseño de imágenes o el trabajo audiovisual, pero como en ese momento no podía ir a estudiar esa carrera, que se da en Buenos Aires, me encontré con la fotografía en Paraná”, relata Luis.
En seguida, agrega: “Así fue que me decidí a estudiar en la Escuela de Fotografía de la AFPER (Asociación de Fotógrafos Profesionales de Entre Ríos) y ahí me di cuenta que dentro del mundo de la fotografía hay un montón para hacer, porque yo lo que no quería era hacer sociales (risas). Cuando veía las fotos que se hacían antes, donde no había nada artístico, no me atraía, pero después al entrar en el mundo de la fotografía y conocer otros fotógrafos me empezó a interesar”.
Su trabajo profesional empezó en 2011 como fotógrafo de prensa de la Municipalidad y recién dos años después se inició en sociales. “Al principio no hacía eventos, primero porque no me conocía nadie y después porque sentía que no estaba capacitado para registrar lo que iba a ser un recuerdo para toda la vida. Cuando me sentí cómodo y preparado arranqué, tratando de darle mi impronta porque acá había muchos fotógrafos que ya estaban establecidos. Para eso hice varias capacitaciones, estudiando siempre para hacer algo distinto”.
-¿Qué es eso distintivo en tu trabajo?
-Los fotógrafos de acá siempre tuvieron el mismo estilo, la típica foto tradicional, muy posada, y cuando yo hacía capacitaciones veía que se hacían otras fotos, más espontáneas, naturales, con más movimiento. Además de no ir a los lugares tradicionales, como la plaza o el parque, sino buscar otros para darle un toque especial a la foto.
“Para eso —continúa—, cuando me encuentro por primera vez con el cliente le pregunto qué le gusta, qué le gustaría hacer y qué tipo de foto quiere, porque en el caso de los cumpleaños de 15 no todas las chicas son iguales ni tienen los mismos gustos. Hay chicas a las que les gusta la fotografía de campo y a otras en la calle, entonces cuando son urbanas me gusta buscar los lugares a mí porque muchas veces la gente no conoce o no se anima y estamos tan acostumbrados a la arquitectura de Gualeguay, que es muy interesante, que no la valoramos”.
El profesional explica luego que “siempre doy opciones de lugares y de qué se puede hacer. Por ahí hay chicas que tocan la guitarra y no te dicen y se pueden hacer un montón de cosas en el campo o en el río con la guitarra, un fogón, una canoa, darle como un entorno al lugar para que quede una escena fotográfica, siempre buscándole la vuelta para que quede algo diferente y preguntando qué les gustaría volver a ver dentro de 20 años”.
“Puerto Ruiz es uno de los lugares que más me gusta, por lo rústico, Gualeguay tiene muchos paisajes, mucho río, muchas casas antiguas, se pueden encontrar diferentes rincones en la ciudad, lugares que son muy vistosos, muy lindos. Por lo general trato de no hacer la misma foto en el mismo lugar y cuando me ha pasado que me las piden igual les digo que no, porque no me siento tranquilo repitiendo”, señala.
-¿Podés vivir de tu trabajo?
-Sí, hoy puedo vivir de la fotografía, por suerte tengo mucho trabajo y en el boca a boca me ha llamado mucha gente por recomendación. También he tenido trabajos en ciudades vecinas, en Buenos Aires, Rosario, Paraná, Villaguay y es buenísimo, porque salís de lo habitual y ves otras cosas, cómo son las fiestas en otros lados o la misma gente.
-¿Sentís que reconocen tu labor?
-Sí, aunque hay diferentes clases de clientes, hay gente a la que no le importa cuánto pagar siempre y cuando yo esté, me ha pasado que si yo no estoy disponible para esa fecha no hacen la fiesta y eso me pone re contento, es sorprendente. Además, aunque hoy en día cualquier celular tiene buena cámara y mucha gente no contrata fotógrafos, en ciertas ocasiones contratan a un profesional, porque podés tener la mejor cámara del mundo, pero si no sabés sacar…
-¿Cuál es el tipo de fotografía que más te gusta hacer?
-La de calle, urbana, que represente la ciudad o la gente haciendo algo en la ciudad. Me cuesta hacerlas por falta de tiempo, pero los días de lluvia dejo de hacer lo que tengo y salgo, porque podés hacer un montón de fotos cotidianas que quedan muy lindas. También me gusta la fotografía de viaje, pero obviamente hay que viajar. Son las que más me llegan y si bien la fotografía social es algo más comercial, trato de hacerla a mi modo y que me guste.
“En cuanto a las escenas —expresa—, no me gustan muy ambientadas, sino más naturales, un farol en el medio del campo es medio raro, así que trato de que concuerden con el lugar, aunque hay casos en los que la ambientación sí ayuda y el resultado es mejor”.
-¿Hay un buen nivel de fotógrafos en la ciudad?
-Gualeguay ha crecido un montón fotográficamente, lo mismo que la unión entre fotógrafos, que nos juntamos dos veces al mes y compartimos charlas, formas de trabajo y presupuestos. De los fotógrafos de antes muchos han dejado de trabajar, por la edad o porque no se han renovado, y hay una nueva generación que tiene otro estilo fotográfico y es lo que hoy en día se utiliza, por eso hay que tratar de renovarse permanentemente y mostrar otras miradas, que no sea siempre lo mismo y que no vean que lo que vos hacés es igual a lo que hace otro.
-¿Es muy retocada la fotografía actual?
-No, lo que ha cambiado, acá en Gualeguay recientemente, pero en otros lugares mucho antes, es que los fotógrafos están invirtiendo en equipos con una calidad de lente mucho mayor. La evolución de las cámaras te da otro tipo de imagen que antes no se podía tener, porque no había equipamiento o porque era muy costoso comprarlo. Hoy en día es más accesible, incluso los celulares tienen cámaras excelentes.
“En cuanto a retoque y revelado —indica— existen un montón de programas o filtros que se pueden aplicar y que dan una estética diferente, propia de cada fotógrafo, que lo destacan en su tipo de edición. No todos los fotógrafos editan igual, para mí es muy importante en cuanto al destaque del color y edito diferente a lo que otros fotógrafos editan acá en Gualeguay. No hago Photoshop ni nada, sino retoque de colores, porque hay varios formatos en las cámaras y uno que se llama Raw es crudo, entonces podés darle colores, más contraste, más iluminaciones, más exposición y una mejor calidad en cuanto a la imagen”.
-¿Seguís capacitándote?
-Sí, todos los años trato de hacer algo en diferentes áreas, como marketing, ventas, fotografía de bodas, de 15 años, fotografía creativa, lo que me parezca que me falta aprender. Lo novedoso para mí es que este año voy a capacitar yo a otros fotógrafos en el Congreso Nómade de Fotografía en Buenos Aires. Me eligieron como disertante y habrá mil fotógrafos de todo el país, así que estoy súper contento.
Son pocas las oportunidades en que Luis se presenta en un concurso y no seleccionan sus fotos, cargadas de arte. “Hace poco me seleccionaron seis fotografías de 15 años y quedé como en el primer puesto del país, porque fui al que más fotos le eligieron. Después siempre saco algún premio, primer o tercer puesto, en concursos que la mayoría son online. En el que hace la Vicegobernación de Entre Ríos gané dos veces el primer puesto y una vez el tercero y el año pasado obtuve el segundo puesto en este Congreso en el que voy a participar como disertante”.
-¿Te sorprende descubrir que tu trabajo es bueno?
-Cuando empecé veía que podía hacer lo que otros fotógrafos hacían y que me tenía que preparar y tratar de hacer las mejores fotos posibles. Ahora cuando saco una foto de un lugar por el que uno no da nada y ve un buen resultado dice “guau, qué bueno que se pueda hacer algo lindo en ese lugar”, me sorprendo cuando hago una foto que llama mucho la atención, más que nada para mí que siempre busco no hacer fotografías que sean iguales.
La vida profesional que Luis ha desandado en los últimos años la define él mismo en pocas líneas: “Empecé por el diseño, a retocar imágenes y vi que necesitaba que fueran de buena calidad, entonces me fui quedando con la fotografía. Descubrí que se podían retratar un montón de cosas, además de los momentos importantes de otras personas. La fotografía es un recuerdo para toda la vida”.