Dicen que es en tiempos difíciles cuando se conoce la bondad de las personas. Eso hoy se hace palpable y son muchísimas las personas e instituciones que trabajan para ayudar a los que menos tienen. En una situación que a muchos paraliza, otros ponen manos a la obra.
Desde la Escuela Técnica N° 1, que produce máscaras faciales y carpas de oxígeno, hasta los adultos mayores, que como grupo de riesgo deben cuidarse al máximo y aprovechan el tiempo confeccionando barbijos y ropa para recién nacidos, la solidaridad se ve todos los días.
Entre todos los que mostraron su bondad durante este aislamiento social, preventivo y obligatorio, elegimos dos ejemplos, personas que decidieron que podían hacer algo útil por los demás, en un caso para los que deben seguir trabajando durante la cuarentena y en el otro para aquellos que no pueden salir a trabajar y necesitan de la ayuda para algo tan básico como comer.
100 máscaras
Ese fue el nombre que eligieron Diego Cadirola y Víctor Durand para el proyecto, aunque ya superaron ese número. “Comenzó en una charla de amigos y nos planteábamos qué podíamos hacer para contribuir en esta emergencia —relata Víctor sobre el inicio—. Por entonces veíamos noticias de que los profesores y alumnos de las escuelas técnicas de Entre Ríos y en otros lugares también estaban haciendo máscaras en impresoras 3D, entonces nos planteamos la manera de construirlas también nosotros con las herramientas que teníamos y con materiales que sean resistentes y que no fueran tan costosos para fabricar una cantidad importante”.
En seguida, agrega: “Diego tiene una máquina de corte láser CO2, que puede cortar a la perfección distintos materiales como madera, acetato, gomas y acrílicos de alto impacto, entonces evaluamos varios diseños que Diego realizó en la computadora, para elegir la estructura de la máscara, probando distintos materiales que fueran flexibles, livianos y de fácil lavado para ser reutilizados, como así también el diseño ergonométrico que debe tener para que no sea una molestia al usarla y que tengan una buena cobertura facial para las personas que la van a utilizar en esta pandemia del Covid-19”.
Las pruebas que Víctor y Diego realizaron los llevaron a la conclusión de que “las placas de alto impacto y gomas de baja densidad eran las apropiadas para la estructura de las máscaras, mientras que el frente o pantalla debíamos hacerlo de acetato, que es el mismo material que se usaban en las radiografías viejas, así que conseguimos algunas, le pedimos varias placas al Hospital y se limpiaron con lavandina para dejarlas translúcidas. Sumado a esto se adquirió buena cantidad de broches, remaches, trancas, hilos de ajuste y todo lo necesario para el armado”.
Tras realizar algunas muestras y obtener la aprobación de profesionales, Diego y Víctor comenzaron la producción. “Inicialmente nos propusimos hacer 50 máscaras, pero después motivados por amigos que querían colaborar con el proyecto elevamos a 100 máscaras, que es un número importante en costo, tiempo y horas de desgaste de la máquina láser para cortar esa cantidad. Si bien tropezamos con el problema de la logística, ya que habíamos encargado los materiales y no llegaban por el problema de transporte y de correo, apenas llegaron nos pusimos a trabajar intensamente y al día de hoy hemos entregado varias máscaras faciales terminadas a distintas instituciones”.
-¿Cómo decidieron quiénes se verían beneficiados?
-Habíamos previsto un listado de entrega programada a distintas instituciones que se encuentran comprometidas en esta situación, como las entidades sanitarias, fuerzas de seguridad y servicios esenciales. Es así que en una primera etapa le entregamos al hospital San Antonio y a Bromatología de la Municipalidad, que se encuentra verificando los camiones en la ruta de acceso. Luego le entregamos a la Jefatura Departamental de Policía, al CEM Prestaciones Asistenciales, al Asilo de Ancianos y a Cáritas San José.
“El martes 14 le entregamos más material al hospital San Antonio y a la Asistencia Pública, en compañía de Cruz Roja, quienes han sido los que nos han acompañado en la recepción de los aportes con los que personas o instituciones querían colaborar”, señala Víctor.
Aún con todas las entregas realizadas, Víctor y Diego decidieron no parar con la labor solidaria. “Tenemos previsto en cuanto se terminen otras máscaras entregarle a Gendarmería Nacional y cumplir con lo prometido al Hospital y otras instituciones que les adeudamos material, hasta llegar a una cantidad de 110 máscaras faciales”.
Víctor y Diego agradecen “a todos los que han colaborado en este proyecto, amigos, familiares e instituciones, como la Cruz Roja que se ofreció a ser receptora de las donaciones, y a quienes nos donaron las placas radiográficas. Estamos muy contentos por todo el apoyo y aliento que muchas personas nos han transmitido por las redes sociales, creemos que solamente estamos aportando un granito de arena en esta contingencia, pero si ayuda en algo, ya estamos más que satisfechos”.
Viandas solidarias
En el Sindicato de la Carne de Gualeguay también pensaron de qué modo podían sumar ayuda en tiempos de pandemia, por lo que su secretario General, Aldo Díaz, no dudó en poner manos a la obra. Así fue que, en coordinación con el Municipio, y con ayuda del Sindicato de Empleados de Comercio y el Club Atlético Libertad el pasado fin de semana comenzaron la preparación de viandas para los barrios más carenciados.
“Hoy por hoy uno tiene la posibilidad, desde la institución que representa y a través de los contactos que tiene, de ayudar a la gente que realmente la está pasando mal a raíz de esta pandemia. Tratar de colaborar distintas instituciones, empresas y comercios y poner un granito de arena”, expresa Díaz ante la consulta.
Asimismo, da cuenta que el propósito fue “hacer una comida solidaria los sábados para la gente que realmente hoy no recibe nada. Nos pusimos en contacto con Dora Bogdan, que está en la Secretaría de Desarrollo Humano, que es la que sabe y tiene un relevamiento de la gente, porque son ellos los que están poniendo la cara y dándole contención a los barrios. Le explicamos cuál era la idea y como durante la semana ellos les dan esta contención, nosotros lo hacemos los sábados. El pasado hicimos alrededor de 170 viandas, para lo cual estuvieron los cocineros del Club Libertad, que además nos prestó las cosas para cocinar”.
“También colaboró el Sindicato de Empleados de Comercio con un poco de mercadería, el frigorífico Soychú y el almacén de Quelo Nosiglia. La idea es que todos podamos aportar, no sólo desde lo económico, sino que también pasa por una cuestión de ayudar con lo que uno pueda”, continúa Díaz, quien sostiene: “Estamos pasando por una situación complicada, hay gente que vive el día a día y no puede salir a trabajar por estar haciendo la cuarentena, por eso nosotros queremos colaborar con algo para que esa gente pueda quedarse en su casa”.
Más adelante, el sindicalista destaca: “Muy contentos y agradecidos con la gente del Club Libertad, que a pesar de que la pelean día a día ponen su granito de arena para ayudarnos. A uno lo emociona y lo pone contento que la gente que realmente quiere colaborar lo hace con el corazón, acá no tiene nada que ver la política, no queremos mezclar las cosas, la gente que menos tiene necesita de todos nosotros, por lo que la gente que pueda colaborar con lo mínimo, bienvenido sea”.
Díaz indica luego que “el fin de semana pasado hicimos arroz con pollo y papas, ahora se sumaron otras instituciones para colaborar, recibí el miércoles de Margarita Viviani, la presidenta de Cáritas San José, arroz y puré de tomate, también el presidente del Iosper (Fernando Cañete) va a colaborar y el frigorífico El Turco de Galarza. Si ponemos todos un poquito esto se puede ampliar más y si podemos hacer más de 170 viandas lo vamos a hacer, porque lo hacemos con el corazón”.
-Siempre aparece la solidaridad en tiempos difíciles…
-Sí, en estos casos siempre van a estar las instituciones, como la nuestra, el Sindicato de Empleados de Comercio o el Club Libertad, eso es lo que a uno lo llena de orgullo, saber que lo hacemos por solidaridad. Hoy nosotros debemos agradecer, así lo hemos estado hablando con el compañero Marcelo Alessandri, y ayudar a los que menos tienen. Nuestros afiliados, nuestros trabajadores, pueden llevar la comida a su casa, porque gracias a Dios es una actividad que no ha parado, pero no debemos mirar para otro lado y olvidar a la gente que realmente no tiene nada.
“Debemos ser solidarios y colaborar con aquellos que la están pasando mal, es lo que podemos aportar desde el Sindicato en este momento y esperamos que la gente pueda seguir colaborando y sumarse para poder llevar más viandas a los barrios”, concluye.
En tiempos de pandemia y cuarentena, la bondad y la solidaridad emergen y aparecen aquellos que deciden ponerse en movimiento y pensar en el otro, porque quedarse en casa para muchos significa no tener comida sobre la mesa. Para quienes más sufren el aislamiento social, está el Estado, pero también están las manos solidarias.