Es uno de los instructores de tiro con más experiencia de la región. En una entrevista con ElDía explicó cuáles son las posibilidades que una pistola 9 milímetros se dispare accidentalmente. Opinó sobre el relato de Nahir Galarza: “un arma no se dispara por incidente dos veces”.
En la tarde del martes, la imputada pidió ampliar su declaración y cambió rotundamente su relato. Del “fui yo”, pasó al relato de la violencia de género y finalmente desencadenó en un supuesto accidente.
ElDía consultó a un profesional en la materia que prefirió resguardar su identidad para no verse relacionado a un caso tan polémico y de extrema sensibilidad social. Con más de dos décadas de experiencia, el instructor de tiro explicó que “una pistola antigua como las Fabricaciones Militares (FM) Hi Power provistas a la Policía, si se cae y golpea contra el piso el martillo, se puede disparar accidentalmente porque no poseen doble seguro”.
En cambio, explicó que “las pistolas modernas, Glock, H&K, CZ, S&W, Bersa, tienen varios seguros manuales y automáticos, por lo que hay un 99,99% de probabilidades que no se disparen” y agregó: “lo que sí hay que aclarar es que un arma no se dispara por accidente dos veces a quemarropa: una vez por la espalda y otra por el frente”.
Respecto a la declaración, Nahir Galarza se explayó sobre un recorrido en moto a alta velocidad, donde el que portaba el arma de Marcelo Galarza, habría sido Fernando Pastorizzo.
En ese circuito que ella relata, hace mención a un forcejeo y a intentar quitarle el arma a la víctima. “Cuando me agarré de él le saqué la pistola, ni siquiera miré cómo la agarré. En ese momento él frena de golpe y yo sentí la primera explosión”, dijo Nahir ante las autoridades judiciales.
Luego, ambos habrían caído de la moto, y al acercarse al joven vuelve a sentir “la segunda explosión”. Nunca habló de disparos ni de la forma en que se manipula una pistola como sí lo hizo en la declaración del 29 de diciembre a las 22.30, cuando se autoinculpó y asumió la responsabilidad del hecho.
La seguridad de un arma
El instructor consultado por ElDía indicó que hay pistolas 9 milímetros “de simple acción, o sea que hay que montar ese martillo con el dedo y queda lista para disparar. Con el dedo en el disparador es un peligro porque podes apretarlo involuntariamente. Las otras de doble acción son más seguras”.
De todos modos, descartó la posibilidad que se “escapen dos tiros” de manera involuntaria. Asimismo, la Justicia evaluará si es factible que dos disparos presuntamente accidentales impacten en la espalda y luego en el pecho de una persona.
En caso que así sea, también deberán evaluar por qué Nahir no pidió ayuda inmediatamente y reportó el supuesto accidente, o evaluar una tercera posibilidad: la del abandono de persona entendido como “el que pusiere en peligro la vida o la salud de otro, sea colocándolo en situación de desamparo, sea abandonando a su suerte a una persona incapaz de valerse y a la que deba mantener o cuidar o a la que el mismo autor haya incapacitado, será reprimido con prisión de dos a seis años”.
La pistola arriba de la heladera
El especialista coincidió con lo explicado desde la fuerza policial: Los funcionarios no tienen la obligación de guardar su arma en una caja fuerte. “El arma reglamentaria tiene una forma de portar; la condición de pronto uso para la Policía significa que si bien no la puede llevar con una munición en la recámara, debe ir con un cargador colocado con munición y adosada al cuerpo. Esa persona en la calle tiene portación de armas”. En el caso de los instructores de tiro, también pueden llevarla junto a ellos, pero oculta.
Respecto al lugar donde Galarza dejaba el arma que le dio muerte a Fernando de 20 años, opinó que “tal vez haya sido un exceso de confianza”. Todo quedó en manos no sólo de la Justicia, sino de Asuntos Internos de la fuerza de seguridad.