La criatura falleció a causa de una falla multiorgánica por deshidratación y desnutrición. Un dato que grafica su calvario indica que al momento de su deceso pesaba apenas 5 kilogramos, cuando por su talla debería haber pesado 8.
El sufrimiento y la agonía que padeció un bebé de apenas cuatro meses en la localidad misionera de Oberá fueron brutalmente plasmados por la autopsia que confirmó que la criatura falleció a causa de una falla multiorgánica por deshidratación y desnutrición.
Un dato que grafica su calvario indica que al momento de su deceso el pequeño Brandon pesaba apenas 5 kilogramos, cuando por su talla debería haber pesado 8, según precisaron fuentes del caso.
En tanto, si bien no se hallaron signos de violencia externa, subrayaron que «el bebé literalmente murió de hambre», ante lo cual en la víspera la jueza de Instrucción Uno, Alba Kunzmann de Gauchat, ordenó la detención de la progenitora, identificada como Celeste R. (18).
Precisamente, desde el lunes la joven permanecía internada en el sector de psiquiatría del hospital Samic con custodia policial, al tiempo que se aguardaba el resultado de la autopsia que se concretó en la Morgue Judicial de Posadas. Mientras tanto la causa estuvo caratulada como «muerte dudosa».
Asimismo, en dicho lapso la progenitora fue evaluada para determinar si padece algún tipo de trastorno psiquiátrico, lo que habría sido descartado por el informe preliminar. Sí se estableció que padece adicción a las drogas.
En este contexto, y con el informe forense sobre su escritorio, a primera hora de la tarde de ayer la magistrada interviniente cambió la carátula del expediente por «abandono de persona seguida de muerte», lo que complica la situación de la madre de la víctima, publica El Territorio.
La joven fue alojada en la Seccional Segunda y en los próximos días sería citada a indagatoria. Por otra parte, al cierre de esta edición se aguardaba el arribo del cuerpito para el velatorio e inhumación.
Maltrato e inanición
El lunes el bebé fue ingresado sin vida al hospital Samic y el primer informe médico determinó que a simple vista evidenciaba «signos de maltrato y abandono».
En tanto, en la posterior autopsia también se constataron «lesiones ulcerativas en región perianal de larga data».
Al respecto, fuentes con acceso al expediente indicaron que las citadas úlceras en la zona anal tendrían relación con la falta de higiene y descartaron la posibilidad de abuso sexual.
Por otra parte, si bien el informe forense descartó la muerte violenta, para la Justicia existirían elementos suficientes para imputar a la progenitora.
«Si dejar morir de inanición a un bebé de cuatro meses no es violencia, habría que rever los parámetros que se usan para juzgar a una persona», subrayaron.
Tampoco se puede soslayar la opinión de los vecinos de la joven, en Villa Sapucay, varios de los cuales refirieron situaciones de maltrato hacia el bebé, lo que desde un primer momento dejó bajo sospecha a la propia madre.
Incluso, citaron que el domingo protagonizó una escena que ante el fatal desenlace cobra dramática relevancia y deja la sensación de que se trató de una tragedia anunciada.
«El domingo, en pleno culto, empezó a gritar que iba a matar a su bebé y que después se iba a suicidar, pero nadie pensó que hablaba en serio», lamentó Verónica Dos Santos en diálogo con este matutino.
Ayer, en tanto, recordó que «era una pelea para que Cecilia le dé la teta al bebé. Ella no cocinaba ni para ella. Ni calentaba agua para mate. Venía a mi casa a pedir comida y le dábamos, y aprovechábamos para darle algo de leche al bebé. Mis nenas lo cuidaban más que la mamá. Estamos todos muy tristes».
Génesis de la tragedia
La joven y su pequeño residían en una precaria casilla de madera que ella misma mandó a construir meses atrás y que pagó con dinero que percibe por una pensión por discapacidad, aunque en general malgastaba en vicios, siempre a partir del testimonio de los vecinos.
«La casita no se la hizo la Municipalidad, ella pagó con su sueldo. Pero adentro tiene sólo la cama, nada más. Comían de lo que le dábamos los vecinos. En realidad, el bebé estaba más en casa de los vecinos que con ella», comentaron.
La precaria vivienda no cuenta con electricidad ni agua potable, al igual que la mayoría de las familias del lugar. «Para que se dé una idea, en la casa de Cecilia no hay ni un kilo de harina. Nunca vimos que compre mercadería», graficaron.
Además, tal como constató este medio, en el lugar son innumerables los adictos y la droga hace estragos desde temprana edad. En ese caldo de cultivo prosperó la tragedia de Brandon.
Ante la consulta de este matutino, Verónica Dos Santos precisó que la madre del bebé «consume marihuana y clonazepam. Ella cobra una pensión por discapacidad y gasta todo en drogas».
La última pareja de la joven fue un sujeto que no sería el padre del bebé fallecido, aunque los habitantes del lugar coincidieron en que el hombre nunca habría maltratado a la criatura.
Incluso, mencionaron que el último sábado la joven trató de suicidarse colgándose del techo de su casilla y fue su ex quien la rescató, a instancias de otra vecina que lo alertó.
Cecilia R. residió en Villa Sapucay por el lapso de ocho meses y por el momento no existen mayores precisiones de su anterior domicilio.
«Ella contó que se crió en el kilómetro 13 (de la ruta Nacional 14), pero hace unos años murió su mamá y al poco tiempo se fue de la casa. Parece que pasó algo con el papá, aunque ella no hablaba de eso. Sí se nota que la afectó la muerte de la mamá», comentó un vecino.
Drogas, adicción y posteos en las redes sociales
En sus últimas publicaciones en Facebook, la joven ahora detenida hizo referencia explícita al consumo de marihuana. Por ejemplo, el pasado 17 de mayo compartió una foto donde se la observa fumando un porro y la frase «matando la careta». Horas antes escribió: «fumando uno para matar la careta», lo que acompañó con la imagen de un porro. En publicaciones anteriores mostró una planta de marihuana: «Hola, qué hacen, yo acá observando mi hierba sana… porfa crecé y haceme reír y olvidarlo todo».