Fuentes del gobierno nacional, del Pami, y del gobierno bonaerense confimaron a Télam que, luego de un trabajo conjunto y coordinado entre Nación Provincia y Municipios, el funcionamiento de varios de aquellos, que están ubicados en el área metropolitana de Buenos Aires, será a partir de octubre de este año, algunos de los cuales se pondrán en marcha por etapas, y otros abrirán recién el año próximo, según el estado avanzado de las obras.
En otros casos, donde el funcionamiento es parcial, se requerirá reformular las prestaciones que impiden la culminación de las obras.
La historia de los hospitales del bicentenario se remonta al 17 de octubre del 2008, fecha emblemática del peronismo que ese día celebra el día el militante, cuando la ex presidenta anunció la creación de 7 hospitales de agudos nacionales en las zonas de Escobar, Esteban Echeverría, Ituzaingó, Matanza (aquí dos, Laferrere y Favaloro), General Rodríguez, y otro en Paraná (Entre Ríos), atendiendo a las necesidades urgentes de la región en salud y de déficit de camas por habitantes, lo que generó muchas expectativas de la población.
Sin embargo, las obras sufrieron varios traspiés antes de empezar y cada una tuvo su particularidad. En general, no comenzaron antes del 2011 y, si bien hubo casos de aperturas parciales, ésas no culminaron antes del traspaso de mando.
En algunos casos, hubo cortes de cintas en etapa electoral pero, en verdad, ninguno abrió las puertas a los pacientes.
No faltaron en el ínterin denuncias de la oposición por demoras en la definición y habilitación de la localización de las obras, a raíz del origen de su financiamiento, por la incompatibilidad de intereses en las auditarías y por sobreprecios, más allá de la inflación generada durante estos años. En concreto, el anuncio de las obras de los 7 hospitales totalizaba unos 722 millones de pesos, y las cuentas finales al 2015 superaron ampliamente 1500 millones de pesos, sólo para los hospitales del bicentenario.
En tanto que la construcción de la Cuenca Alta de Cañuelas demandó una inversión de más de 500 millones de pesos, cuando el anuncio inicial había sido de cerca de 300 millones.
Uno de los puntos cuestionados fue que los proyectos hospitalarios de semejante envergadura, que normalmente demandan entre 18 y 24 meses, no pudieron ser puestos en funcionamiento.
«Encontramos dificultades de orden de concepción del proyecto institucional, ya que no estaba claro el costo operativo, tampoco estaba claro el proyecto médico y algunos tenían problemas de infraestructura», explicó el titular del Pami, Carlos Regazzoni.
A modo de ejemplo, en infraestructura deficitaria, el Esteban Echevarría no tenía diagramado en el diseño de planos un lugar para hacer un resonador ni para poner hemodinamia, dos necesidades básicas en un hospital de agudos.
«Legalmente son propiedad del Pami los hospitales del bicentenario Ituzaingó, Esteban Echevarría, Escobar y Paraná (Entre Ríos); el gobierno anterior hizo una serie de esquemas legales de financiamiento y de préstamos de terreno que nosotros no estamos de acuerdo porque no quedaba claro que el dinero del Pami iba a ser usado para construir algo que era para beneficio del Pami y los jubilados», precisó Regazzoni.
De todos modos, la actual gestión se vuelca por mirar hacia adelante. «Nuestro objetivo es hacerlos funcionar, adecuarlos legalmente y terminar las obras», agregó.
En este sentido, Regazzoni reveló que en octubre abrirá las puertas el Esteban Echeverría, a tono con el compromiso de Mauricio Macri en febrero último, y luego de que fuera inaugurado ocho veces por la administración anterior, pero nunca habilitado. También en octubre se prevé la inauguración del hospital ubicado en Entre Ríos, que ya tiene servicio ambulatorio, pero a fines de dicho mes incorporará internados.
El hospital de Ituzaingó tiene un estado de avance de obra del 90%, en tanto que el de Escobar es el más retrasado, ya que se decidió realizar una obra hídrica para evitar inundaciones, y hoy tiene una estructura de la obra realizada de 50%; por lo tanto, no estaría listo hasta el año próximo.
En cuanto a los dos hospitales de la Matanza, el Rafael Castillo (Favaloro) y el Laferrere, las obras tampoco se terminaron; el primero funciona con consultorios externos en pediatría, y las obras están entre el 50% y 70% de realización. Aquí la gestión provincial que conduce María Eugenia Vidal está negociando con el distrito de la intendenta Verónica Magario, debido a que sostiene que es necesario cerrar los servicios para terminar las obras, mientras que el municipio argumenta que realizó una inversión millonaria para poner en servicios y resiste su cierre momentáneo.
«Hay una toma de parte del municipio de la Matanza, que se resiste a que se avance con las obras, y en estos momentos los servicios se otorgan en condiciones precarias porque no hay servicios básicos como la luz», denuncia el director de hospitales de Salud de la Nación, Eduardo Munin.
Sin embargo, «existe un diálogo al respecto, aunque se avanza con trabas; hubo recientemente una reunión con el municipio y ya se definió el perfil materno infantil que tendrá el hospital, una vez terminado, contemporizó la ministra de salud bonaerense, Zulma Ortiz, quien mantiene la esperanza de habilitar el hospital terminado a mediados de 2017.
Respecto del de Laferrere, se encuentra cerrado, y está al 80% de construcción y no abriría sus puertas sino hasta el año que viene.
Ambos hospitales son nacionales pero para el servicio requieren de la coordinación provincia-municipios, y el gobierno bonaerense está planificando un nuevo sistema de salud coordinado, para garantizar acceso a todos los servicios de salud.
Viene al caso que, en Matanza, abrió recientemente el hospital provincial Balestrini que, si bien no es «del Bicentenario», el proyecto tuvo características similares. El mismo funciona hoy con un capacidad operativa de 50% en recursos humanos y camas, denunció Vidal quien precisó que ese hospital había abierto casi sin recursos, y que desde su gestión acondicionó el lugar para comenzar con el servicio de partos.
El caso de Cañuelas tiene una historia similar de marchas y contramarchas, si bien tampoco es del Bicentenario, debido que su creación fue producto de la exigencia de la justicia bajo el marco de Acumar (Acuerdo Matanza-Riachuelo).
Este hospital también tuvo su primera licitación en el 2008, y aún no fue inaugurado, pese a que Cristina Kirchner cortó cinta el pasado 8 de octubre de 2015. Pero el hospital está cerrado y en la puerta hay ambulancias equipadas, con precinto y sin patentar, aguardando a ser desempolvadas. Las puertas del hospital de Cañuelas abrirán a fin de año.
Por último, el ambicioso proyecto de construcción de un nuevo hospital en General Rodríguez quedó trunco. Nunca comenzó.
*Del equipo de investigación de la agencia Télam.