San Lorenzo se consagró una vez más campeón de la Liga Nacional, siendo tetracampeón y el equipo que reinó la competición durante estos últimos años. Es la primera vez en la historia de la Liga que un equipo consigue cuatro veces consecutivas el título, dejando atrás el récord del tricampeonato y dejando una prestigiosa huella a través de los tiempos. Reinado para los de Boedo, que festejaron en las finales del 2016, 2017, 2018 y la presente 2019.
Fue 79-71 contra Instituto, en un partido definición que tuvo a Dar Tucker como la máxima figura tras despacharse con 25 puntos. Detrás del escolta extranjero, el Ciclón tuvo otros puntos destacados como Jerome Meyinsse (15 unidades) y Donald Sims (10 tantos). En Instituto lo mejor pasó por Rodney Green (16 puntos), mientras que otros destacados en el goleo cordobés fueron Luciano González (13), Facundo Piñero (13) y Gastón Whelan (10).
El primer tiempo
Instituto fue quien golpeó primero en la fría noche de Capital Federal. En el primer cuarto, los cordobeses demostraron una sobriedad y solidez muy notoria, teniendo la iniciativa a través de la intensidad. Más allá de que el Ciclón arrancó con un 11-7 con varios puntos en la mano de Tucker, Instituto fue equiparando la balanza poco a poco, con Whelan en la conducción, Clancy en el juego interno y un protagonista destacado como Green.
El escolta extranjero tuvo un primer periodo clave, y en base a su goleo la Gloria comenzó a despegarse ante la batalla que presentó un San Lorenzo hasta ese momento desordenado. El resultado fue un parcial de 10 a 2 en los últimos 2:30, favorables a una visita que se escapó a 28-17 al cabo de los primeros 10 minutos de acción.
Pero San Lorenzo reaccionó, y lo hizo con una velocidad notable. La revolución que tuvo el Azulgrana desde el banco, con dos exponentes clave como Sims y Fjellerup, permitió una carrera de 13 a 2 en los primeros tres minutos del segundo cuarto. Así, en un abrir y cerrar de ojos, los de García empardaron la historia en 30 y desde entonces se empezó a tejer otro partido.
Y mientras San Lorenzo siguió apoyándose en la verticalidad que aportaron sus relevos, Instituto encontró soluciones en el juego interno de Clancy junto con algunos buenos aportes de Batista. El tándem Sims-Fjellerup sumó 17 unidades en la primera mitad (10 y 7 puntos respectivamente), y aunque Instituto se fue al descanso largo arriba por la mínima de 38-37, el trámite cambió y se tornó sumamente parejo y abierto de cara a la segunda parte.
El complemento
San Lorenzo entró mucho más fino en el tercer capítulo, con mucho juego y acierto para aprovechar al máximo cada oportunidad que se le presentó. Pasándose la bola, siempre buscando el pase extra y con exponentes importantes como Tucker o Meyinsse, el Ciclón encontró buenas resoluciones cerca del aro, penetrando o encontrando jugadores bien posicionados dentro de la pintura.
En la otra vereda, a Instituto la costó entrar en ritmo y tardó más de cuatro minutos en anotar sus primeros puntos del parcial, algo que utilizó bien San Lorenzo para sacar una buena ventaja. Es verdad que los cordobeses se pusieron a tiro y redujeron la brecha cuando se acomodaron, donde hay que destacar el buen pasaje de Whelan, no obstante San Lorenzo sacó una luz de distancia gracias a su intensa defensa y un par de lanzamientos oportunos, en los que hay que destacar el bombazo de Vildoza que cerró el periodo: 58-51 para los capitalinos al finalizar el parcial.
El duelo siguió muy reñido en los últimos 10 minutos, el panorama siguió abierto y las rachas fueron cada vez más importantes, por el peso que tenían dentro del momento que atravesaba la noche. En ese aspecto, San Lorenzo tuvo el plus de tener a un jugador tan determinante como sobresaliente, y el protagonista fue Tucker, dueño de puntos claves dentro del pasaje bisagra de la noche.
Instituto peleó y no bajó los brazos, sin embargo ni la salida de Tucker por faltas impidió que San Lorenzo termine cerrándolo mejor. Fue final por 79-71, con un cierre de mucha autoridad para el elenco Azulgrana, que volvió a vestir a Boedo de fiesta. San Lorenzo festejó una vez más y así, de local en el Pando y en un séptimo partido vibrante, se abrazó a una nueva corona.