El martes los gobernadores sentarán postura sobre la reforma a Ganancias. Macri, en tanto, amenaza con desfinanciar obra pública
Luego del duro revés político que significó el proyecto de modificación al Impuesto a las Ganancias consensuado por la oposición en la Cámara de Diputados, Mauricio Macri salió a mostrar los dientes. El presidente le habría informado a los gobernadores que la ley tendría un impacto fiscal adicional para las provincias de alrededor de 7 mil millones de pesos. Dejó entrever además que la Casa Rosada cubriría el hueco con fondos hoy previstos para obra pública, desfinanciando trabajos previstos para los distritos.
Los gobernadores, especialmente los del PJ, están entre la espada y la pared: de un lado los senadores amenazan con acompañar la norma girada desde Diputados. Del otro lado la Administración de Cambiemos parece definida a disciplinar con la caja el comportamiento de los mandatarios. El nunca tan ponderado “látigo y billetera” -tan criticado por el macrismo en campaña- estaría siendo el arma más fuerte que tiene hoy el Jefe de Estado, que ya vio como su proyecto fetiche, la reforma electoral y el voto electrónico, se caían por decisión justicialista.
El martes los gobernadores irán a la Cámara Alta nacional. Allí, en plenario de comisiones, sentarán postura, ante la mirada de Alberto Abad– director de AFIP-, Alfonso Prat-Gay -ministro de Hacienda- y Rogelio Frigerio -minstro del Interior-. El Gobierno confían en revertir la decisión y volver con modificaciones el proyecto a la Cámara Baja, al tiempo que Macri exteriorizó que la iniciativa no es más que una medida para “llevarse puesta” su gestión.
En medio de las negociaciones, el que se sentó a hacer números es Frigerio. Según el ministro del Interior el impacto fiscal de la norma de la oposición será de 65.557 millones de pesos. El presupuesto 2017 prevé 27.000 millones para reformar Ganancias, con lo cual la pérdida sería de 38.557 millones. De esos, 20 mil serían absorbidos por la provincia y el resto -casi 19- por la Nación. Según los cálculos, los nuevos impuestos recaudarían 25 mil millones, que irían casi en partes iguales para Nación y provincias –12 mil millones y 13 mil millones-. De modo tal que la pérdida neta de la Casa Rosada rondaría los 7 mil millones, que Macri estaría dispuesto a recuperar de fondos previstos para obra pública.
