La Ministra de Desarrollo Social de la Nación, Dra. Carolina Stanley; el titular del Sedronar, Mg. Roberto Moro y el Arzobispo Coadjutor de San Juan, Mons. Jorge Lozano, visitarán este miércoles 8 de febrero en horas de la mañana el Hogar de Cristo Nazareth de Gualeguaychú.
Los funcionarios nacionales junto al ex obispo de nuestra diócesis dialogarán con los jóvenes y los integrantes del equipo de Pastoral de Adicciones que llevan adelante el hogar para interiorizarse sobre su funcionamiento y las obras proyectadas.
El Hogar de Cristo Nazareth, es un espacio en el barrio La Cuchilla de Gualeguaychú, donde afectados por las adicciones encuentran un lugar donde recuperarse y salir de la exclusión social. El centro barrial comenzó a funcionar el 8 de enero de 2015 y permanece abierto desde entonces las 24 horas del día, todos los días. El mismo surgió como respuesta de una Iglesia preocupada por el aumento del consumo de drogas en el interior del país.
Durante el 2016, que fue el Año de la Misericordia, la diócesis encaró como proyecto la construcción en el lugar de una casa amigable “Padre Misericordioso” que ofrecerá un espacio más agradable para el desarrollo de las actividades y como lugar de contención y alojamiento antes o después de la recuperación.
El centro tomó el modelo de funcionamiento de los hogares de Cristo de las villas de Bs. As., tratándose de la primera experiencia en el país que se realiza fuera de una villa.
Estos centros barriales fueron naciendo como respuesta a las dificultades de las personas con el consumo de droga. Es un espacio alojador, un dispositivo comunitario de acompañamiento para la vida, con un equipo de personas comprometidas con los demás.
El Hogar de Cristo encontró un sentido espiritual en su acción porque toda su intervención tiende a comprender la trayectoria de la vida de cada persona que viene a nuestro centro. Esto implica entender la historia sagrada de cada persona, imagen y semejanza de Dios, con igualdad de derechos y posibilidades. Solo desde esta mirada de la vida se respetan los tiempos de cada uno, se arma un plan de acompañamiento único sin recetas, se recibe la vida como viene sin modelos estándar de progreso o éxito en la vida.