Francois Hollande apeló ante la Asamblea Nacional y el gabinete a la unidad de los franceses «contra el terrorismo» y a coordinar esfuerzos para combatir en Siria al Estado Islámico, que es el «verdadero problema, y no al Assad».
El discurso, que duró 40 minutos, fue solemnizado al efectuarse en el histórico palacio de Versailles y no en la sede habitual del Legislativo francés, en una sesión que fue abierta puntualmente doce minutos antes del comienzo del mensaje.
Tras un minuto de silencio, que fue cumplido hasta el último segundo, el presidente de Francia abrió su alocución afirmando, como lo reiteró repetidamente en su mensaje, que «Francia está en guerra» y «los actos cometidos son actos de guerra».
Se trata, continuó, de una «agresión a nuestro país, nuestros valores, nuestra juventud, nuestro modo de vida».
El mandatario admitió que sus medidas para reforzar la lucha contra el terrorismo supondrán un aumento del gasto, pero consideró que «en las circunstancias actuales, el pacto de seguridad se sobrepone al pacto de estabilidad» presupuestaria
«La atacada fue la Francia abierta al mundo», señaló, para luego detallar que en los ataques «hubo víctimas de 19 nacionalidades».
«Toda Francia es blanco de los terroristas, sin diferencias de orígenes ni religiones», reiteró ya en los tramos finales de su discurso.
Ante este «ataque innoble», convocó a la unidad nacional, pero aclaró que Francia no está en una «guerra de civilizaciones», sino que enfrenta al EI, que, enfatizó, «amenaza al mundo entero y no sólo a Francia».
Hollande se refirió también a uno de los puntos de disidencia en la cumbre del G20, donde Estados Unidos, por oposición a Rusia, insiste en que un objetivo primario del conflicto en Siria es el cambio de régimen en Damasco.
Frente a esa postura, Hollande adoptó una posición concordante con la de su par ruso, Vladimir Putin, y aseguró que el presidente de Siria, Bashar al Assad, «no puede ser el objetivo del conflicto en Siria, nuestro enemigo debe ser el EI» y pidió, por el contrario, «más golpes y apoyo a los que luchan contra el EI».
Su país «no busca contener al Estado Islámico sino de destruirlo», agregó, por lo que aseguró que intensificará sus ataques en Siria.
El presidente galo anunció que se reunirá con los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Rusia, Vladimir Putin, para coordinar esfuerzos internacionales, y amplió que «Francia se dirige a todos, a Irán, a Turquía, a los países del Golfo».
Requirió además una reunión, «a la máxima brevedad», del Consejo de Seguridad de la ONU para tratar al máximo nivel mundial la amenaza que plantea el EI, al que repetidamente señaló como «nuestro enemigo» en esta «guerra con un adversario de nuevo tipo».
Los ataques, detalló, fueron «decididos y planificados en Siria», pero también fueron «organizados en Bélgica y hubo cómplices en Francia»
En ese sentido, reconoció que «sabemos, y es cruel, que se trata de franceses que mataron a otros franceses», y agregó que «hay individuos que viven en nuestra tierra y eligen pasar a la criminalidad terrorista».
Para responder a estos nuevos desafíos, Hollande informó a la Nación francesa que el Parlamento ya había aprobado la prolongación por tres meses del estado de emergencia, pero que además era necesario que la Constitución «evolucione».
Para ello, anunció la convocatoria a una reforma constitucional, que mejore las medidas para luchar contra el terrorismo al tiempo que «se protejan las libertades fundamentales».
El mandatario subrayó que uno de los objetivos fundamentales de la reforma es quitarle la nacionalidad francesa a quienes atenten contra el Estado.
El primer mandatario galo hizo saber que los «efectivos de defensa» se mantendrán en las mismas dimensiones «hasta 2019» y anunció también una «larga lucha contra el EI».
En el plano del combate fronteras adentro, Hollande pidió que la legislatura discutiera la cuestión de la «legítima defensa policial», y anunció la incoporación de 5000 policías y gendarmes nuevos.
Admitió, por lo demás, que esas medidas incrementarán el gasto público, pero se adelantó a las eventuales críticas monetaristas dejando en claro que «en las circunstancias actuales, el pacto de seguridad se sobrepone al pacto de estabilidad» presupuestaria.
En otro tramo de su mensaje, el presidente de Francia advirtió que era necesario establecer «controles coordinados y sistemáticos en las fronteras de la Unión Europea (UE)», pero alertó contra la «deconstrucción» de la UE que se preanunciaba en la aparición de vallas y alambrados de púas en algunos de los límites entre los países miembros.
«Si siguen alzándose muros en Europa y cercas de alambre de púa, será la deconstrucción de la Unión Europea», aseveró.
Cerca del final, y como una reafirmación de la voluntad francesa de enfrentar al EI y sus amenazas, el presidente de Francia confirmó que la conferencia del clima, prevista para el 30 de noviembre en París, se mantendrá sin cambios.
La democracia francesa, dijo, «respondió a peores amenazas» sin «rebajarse a la altura de estos asesinos».
Finalmente, reiteró de sus palabras su llamado a la unidad, «nuestro bien más precioso», para «erradicar el terrorismo sin perder los valores de la república».
«El terrorismo no destruirá a la República, porque la República lo destruirá. Viva la República, viva Francia», concluyó entre fuertes aplausos de toda la concurrencia.