El ex presidente fue intervenido en el Instituto Argentino del Diagnóstico por un cáncer de vejiga, según confirmaron sus allegados. Está en terapia intensiva
Fernando de la Rúa se recupera en estos momentos en una habitación del Instituto Argentino del Diagnóstico en la Ciudad de Buenos Aires, tras una intervención programada que se realizó en los últimos días por un cáncer de vejiga.
Allegados a la familia confirmaron que fue un procedimiento «complejo y delicado», pero en principio con buenos resultados.
Más tarde, su abogado Jorge Kirszenbaum negó que su estado sea preocupante. «Desmiento que esté en grave estado, está bien y la operación fue exitosa», dijo, en diálogo con el periodista Rodrigo Lussich en radio Belgrano.
«El Dr. De la Rúa fue operado de un pólipo en la vejiga urinaria pero desmiento que esté mal. Está muy bien y permanece en terapia intensiva pero está convaleciente, de buen humor o mal humor dependiendo del horario en que le suministran la medicación», detalló.
No es la primera vez que el ex mandatario, de 78 años de edad, sufre inconvenientes de salud. En septiembre de 2014, el dirigente radical estuvo en terapia intensiva en el mismo centro médico por una afección pulmonar que incluyó una intervención quirúrgica. En aquel entonces, la intervención estuvo a cargo del cirujano Elías Hurtado Hoyo, médico personal del ex presidente, quien ya lo había operado en 1999 por un neumotórax.
En los últimos años, el ex presidente se dedicó sobre todo a su defensa en las causas penales por la represión del 19 y 20 de diciembre de 2001 y por el escándalo de coimas en el Senado. La semana pasada, al menos tuvo una buena noticia: la investigación abierta a partir de la denuncia por sobornos para votar la ley de reforma laboral fue declarada prescripta luego de que se cumplieran quince años del hecho.
En diciembre de 2015, la Cámara Federal de Casación había ratificado la absolución del ex presidente y del resto de los acusados. En esa oportunidad, los magistrados declararon que no había elementos que probaran que los sobornos hayan existido y que, por lo tanto, correspondía aplicarse el beneficio de la duda.
Fuente: Infobae
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